Maduro se atrinchera
Por remota que parezca, la ¨²nica soluci¨®n para evitar una escalada de represi¨®n en Venezuela es abrir un canal de negociaci¨®n
Las elecciones celebradas en Venezuela el pasado domingo est¨¢n todav¨ªa lejos de un desenlace claro, pero su efecto inmediato es un acelerado deterioro del conflicto pol¨ªtico y social del pa¨ªs. La negativa del presidente, Nicol¨¢s Maduro, a mostrar las pruebas de su triunfo frente al candidato opositor Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia ha agravado la crisis interna y ha desencadenado una reacci¨®n mundial que, conforme pasan los d¨ªas, ha elevado la presi¨®n sobre el actual presidente desde distintos frentes, todos para exigir transparencia sobre el resultado de la votaci¨®n.
Potencias latinoamericanas gobernadas por la izquierda como Brasil, M¨¦xico y Colombia han pedido una ¡°verificaci¨®n imparcial¡± de los resultados del 28 de julio. Estados Unidos y la Uni¨®n Europea solicitaron desde el primer momento la publicaci¨®n de las actas de votaci¨®n en las que reside la ¨²nica posibilidad de comprobar los resultados anunciados. El jueves, Washington fue m¨¢s all¨¢ y reconoci¨® como ganador al aspirante opositor citando ¡°pruebas abrumadoras¡± de su victoria.
Adem¨¢s de las denuncias de fraude de la oposici¨®n, que asegura tener copias de las actas que demostrar¨ªan una victoria de su candidato por amplio margen y cuyas cifras no han sido desmentidas, las dudas se han multiplicado por la opacidad del proceso electoral. Lo certifican, por ejemplo, los observadores del Centro Carter, una de las misiones independientes que presenci¨® los comicios, que emiti¨® un demoledor informe cuestionando el car¨¢cter democr¨¢tico de la jornada. El Consejo Nacional Electoral (CNE), bajo el control mayoritario del chavismo, proclam¨® como ganador a Maduro horas despu¨¦s del cierre de los colegios. Lo hizo anunciando unos n¨²meros provisionales, con el 80% escrutado, que otorgaban al sucesor de Hugo Ch¨¢vez una victoria con un 51,2%, siete puntos por delante de su principal rival. Pero una semana despu¨¦s la situaci¨®n se ha precipitado.
En primer lugar, han comenzado las movilizaciones y, con ellas, la represi¨®n de las fuerzas de seguridad. Distintos organismos en defensa de los derechos humanos cifran los muertos entre 10 y 20 hasta el viernes, adem¨¢s de decenas de heridos y cientos de detenidos. La l¨ªder de la oposici¨®n, Mar¨ªa Corina Machado, que no pudo concurrir por estar inhabilitada, se refugi¨® en un lugar seguro ante las amenazas de Maduro, quien dijo que tanto ella como Gonz¨¢lez Urrutia ¡°deber¨ªan estar tras las rejas¡±. Machado reapareci¨® este s¨¢bado arropada por sus seguidores en la manifestaci¨®n de Caracas.
En este contexto, Maduro y su c¨ªrculo m¨¢s cercano han optado por atrincherarse. El Gobierno ha rechazado mostrar las actas de las elecciones, escud¨¢ndose en un supuesto ataque inform¨¢tico lanzado, afirman, desde Macedonia del Norte, o en los des¨®rdenes callejeros. Despu¨¦s, ha jugado la carta de la justicia. El presidente solicit¨® al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) una auditor¨ªa de las elecciones y afirm¨® que est¨¢n dispuestos a entregar a esa instancia la totalidad de las actas. El gesto tendr¨ªa sentido en un sistema con separaci¨®n de poderes real, pero la m¨¢xima instancia judicial de Venezuela tambi¨¦n est¨¢ cooptada por el aparato gubernamental. El viernes, Maduro compareci¨® ante ese ¨®rgano judicial y fue ratificado como ganador de las elecciones ante la silla vac¨ªa de su principal oponente, que rechaz¨® participar en el acto.
La maniobra de dilaci¨®n en la publicaci¨®n de las actas, que a todas luces parece dirigida a ganar tiempo, se produce en medio de un clamor por la transparencia. Caracas respondi¨® a la presi¨®n internacional con la ruptura de relaciones con siete Gobiernos latinoamericanos, entre ellos los de Argentina, Per¨² y tambi¨¦n el de Chile, encabezado por el progresista Gabriel Boric. Maduro decidi¨®, adem¨¢s, difundir un memorando de entendimiento con Estados Unidos alcanzado durante una negociaci¨®n en Qatar el a?o pasado, irrelevante para la cuesti¨®n fundamental, que es qui¨¦n tuvo m¨¢s votos en las elecciones. Poco despu¨¦s el secretario de Estado, Antony Blinken, asegur¨® que cuentan con pruebas fehacientes de la victoria de Gonz¨¢lez Urrutia.
La actitud del r¨¦gimen chavista, que parece decidido a considerar un ataque al Estado cualquier cuestionamiento del resultado electoral, desemboc¨® este s¨¢bado en manifestaciones masivas en las calles convocadas por la oposici¨®n y contestadas por partidarios del chavismo. Ante las amenazas, no es impensable un escenario de violencia pol¨ªtica si una serie de actores internos y externos no consiguen reconducir la escalada de tensi¨®n.
Por muy lejana que parezca en estos momentos, la ¨²nica soluci¨®n viable para evitarlo es una negociaci¨®n. Y para que esa hip¨®tesis se concrete resulta clave el papel de las potencias regionales lideradas por referentes de izquierda, como el brasile?o Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro o los mexicanos Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y Claudia Sheinbaum, que son quienes conservan canales de interlocuci¨®n con el atrincherado r¨¦gimen de Maduro. EL PA?S revel¨® el viernes que los tres presidentes act¨²an de forma coordinada y coinciden en dos elementos centrales para reconducir la crisis: exigir al chavismo la publicaci¨®n de las actas electorales y tratar de abrir una negociaci¨®n directa entre Maduro y Gonz¨¢lez, sin la presencia de Machado. Todos los actores internos y externos dispuestos a mantener la cabeza fr¨ªa deben poner de su parte en estas horas cruciales para que se cumpla la voluntad de los venezolanos expresada en las urnas.
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