Ahora Ucrania invade Rusia
Si se acerca el momento de que callen las armas, a Kiev le interesa contar con territorios ajenos que pueda canjear por los que ha ido perdiendo desde 2014
La guerra es de naturaleza incierta y variable. La gu¨ªa el azar, en una secreta combinaci¨®n de variables ocultas a la percepci¨®n humana. Quien lleva la iniciativa, como Rusia en Donb¨¢s, puede verse s¨²bitamente atacado por el flanco m¨¢s inesperado hasta obligarle a desguarnecer el frente donde est¨¢ avanzando.
Desde hace ya cinco d¨ªas, una fuerza militar motorizada y armada con lanzacohetes ha penetrado en la provincia rusa de Kursk, al menos 30 kil¨®metros adentro del pa¨ªs. No es una peque?a incursi¨®n guerrillera, de valor m¨¢s simb¨®lico que militar, como en anteriores ocasiones, ni un solitario ataque con drones o cohetes en la profundidad de la geograf¨ªa rusa. Tiene todo el aspecto de una aut¨¦ntica ofensiva, todav¨ªa de tama?o indeterminado, para distraer al ej¨¦rcito ruso y aliviar su constante y exitosa presi¨®n en la l¨ªnea del frente.
Parar el avance ruso en territorio ucranio con una entrada y ocupaci¨®n del territorio enemigo es, al parecer, el prop¨®sito de la ofensiva, un hecho que constituye por s¨ª solo una novedad. Ucrania est¨¢ recuperando de nuevo la iniciativa, por primera vez desde la exitosa contraofensiva de finales de 2022 con la que reconquist¨® la provincia de Jers¨®n. Adem¨¢s de exhibir la vulnerabilidad de las defensas rusas, rompe la asimetr¨ªa en la que el pa¨ªs invadido se limitaba a defenderse en su casa, pero no pod¨ªa entrar en el territorio enemigo como es lo propio de cualquier guerra entre pa¨ªses contiguos.
Volod¨ªmir Zelenski ha conseguido romper el tab¨² y, sobre todo, usar las armas suministradas por los aliados para una tarea b¨¦lica probablemente imprescindible para evitar la derrota. Hasta ahora, ha luchado con una mano atada a la espalda frente a un enemigo superior en tama?o, armamento, demograf¨ªa y econom¨ªa, pertrechado adem¨¢s con la capacidad disuasiva y amenazadora que proporciona el arma nuclear. Mosc¨² ha calificado la operaci¨®n de provocaci¨®n; Washington y Bruselas, en cambio, de leg¨ªtimo ejercicio del derecho de defensa. Los aliados de Ucrania no la han interpretado en ning¨²n caso como una contribuci¨®n a la escalada hacia el conflicto regional, tan temida cuando empez¨® la guerra.
Un simple movimiento de distracci¨®n en territorio enemigo pudiera parecer una operaci¨®n t¨¢ctica menor, y quiz¨¢s lo ser¨¢ si no se consolida. Pero contiene, a la vez, una apuesta de profundidad estrat¨¦gica. Si se acerca el momento propicio para que callen las armas, a Ucrania le interesa contar con valiosos territorios ajenos a canjear por los que le pertenec¨ªan y ha venido perdiendo desde 2014, cuando Rusia se anexion¨® Crimea.
Para negociar la paz antes hay que reconocer la guerra, algo que pretende ocultar desde el principio el eufemismo de la operaci¨®n t¨¦cnico-militar decretada por Vlad¨ªmir Putin y que desmiente la entrada de la guerra en territorio ruso. La guerra no se intensifica cuando Ucrania invade Rusia. Solo se equilibra. Significa que la paz est¨¢ acerc¨¢ndose.
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