El mito de la meritocracia
Los lectores escriben sobre el malestar de los j¨®venes, la sociedad instant¨¢nea, la necesidad impuesta de hacer fotograf¨ªas a todo y la desconexi¨®n de WhatsApp
Hay una juventud enojada que reclama lo que se les prometi¨®. Ellos han cumplido su parte: estudiaron, practicaron, se esforzaron, pero no recibieron su gran premio ni su trabajo de ensue?o. La juventud est¨¢ enojada, pero sin saber a qui¨¦n culpar, se miran a s¨ª mismos en el espejo y encuentran el problema en ellos. Tal vez escogieron la carrera incorrecta, el camino incorrecto. ?Ser¨¢ que nacieron en el continente incorrecto? Pues en un mundo capitalista, donde la meritocracia es una religi¨®n, Dios es un hombre blanco de clase alta, y no es una coincidencia que estos mismos sean los creyentes m¨¢s devotos del mito de la meritocracia. Una sociedad marcada por un mito que se debe dejar de contar y, asimismo, empezar a cambiar. Pero en una sociedad donde no se ve la necesidad de un cambio, ?c¨®mo se puede crear uno?
Daniela Ledesma. Barcelona
Sociedad y comida basura
Me encanta el paralelismo entre los restaurantes de comida basura y la sociedad actual. En ambos casos lo ¨²nico que se busca es que te sirvan r¨¢pido para engullir en el menor tiempo posible algo que se ha elegido seguramente por la foto ¡ªsiempre alterada¡ª y cuya ingesta, aunque resulte sabrosa y sacie una necesidad casi de forma instant¨¢nea, es en realidad poco saludable. La aut¨¦ntica comida no se presenta en fotos retocadas ni en campa?as de publicidad. Tampoco se cocina r¨¢pido ni busca saciar ansia alguna. La comida m¨¢s buena se cocina a fuego lento, se sirve con cari?o y nunca quieres que se acabe.
Ignacio de la Corte Cala. Sevilla
Fotografiar todo todo el rato
Me agota la necesidad que nos han creado de fotografiar todo lo que hacemos. Salgo a correr y pienso: ¡°Ojal¨¢ tener el m¨®vil aqu¨ª, el cielo se ve bonito¡±. Salgo de fiesta con mis amigas y siempre propongo sacarnos una foto. Voy al monte y, tras haber hecho la foto, pienso: ¡°No le hace justicia¡±. Hay quien dice que si no compartes lo que haces en redes sociales es como si no lo hubieras hecho. Las ansias de querer inmortalizar cada momento me hacen no disfrutarlo. Pero me he dado cuenta de que mis fotos favoritas son cuando miro al momento con mis propios ojos.
Carla P¨¦rez Soria. Caparroso (Navarra)
Sin WhatsApp por un d¨ªa
He decidido dar vacaciones por un d¨ªa al WhatsApp, a ver qu¨¦ pasaba. Y la verdad es que no pasa nada, nada malo, quiero decir. Al rev¨¦s, la experiencia es muy enriquecedora. Ha sido como recobrar la libertad. Desde mi aislamiento virtual no pod¨ªa evitar comparar a quienes me rodeaban con sus m¨®viles con perros atados a sus correas. Y es que ese invento maravilloso se ha convertido en una correa de la que nos tiran/tiramos a decenas, cientos de contactos, las m¨¢s de las veces para hacer perder el tiempo con mensajes prescindibles; un tiempo precioso que bien podr¨ªamos dedicar a observar el mundo que late delante de nuestros ojos, por desgracia ya m¨¢s acostumbrados a mirar la vida a trav¨¦s de las pantallas que en directo. Basta ir a un concierto para comprobarlo.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logro?o
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