Falsedades contra la inmigraci¨®n
Hay una distancia abismal entre la opini¨®n general y la experiencia real de ser inmigrante
Hein de Haas es un catedr¨¢tico de sociolog¨ªa que lleva d¨¦cadas estudiando la inmigraci¨®n con una perspectiva amplia. Pen¨ªnsula acaba de publicar la traducci¨®n de su libro Los mitos de la inmigraci¨®n. Me ha venido bien tener a mano la lectura de este exhaustivo y esclarecedor trabajo durante un verano en el que tema ha vuelto al debate p¨²blico con tantas pasiones encendidas. Ver una sola tertulia sobre el asunto en televisi¨®n es una aut¨¦ntica tortura para cualquiera que sea parte de este fen¨®meno. Hay una distancia abismal entre las opiniones expresadas y la experiencia real de ser inmigrante. Y no tiene que ver con estar o no estar de acuerdo, sino con que siempre se hable de nosotros siempre como si fu¨¦ramos extraterrestres y no pudi¨¦ramos entender lo que se dice. Vuelvo a ser parte de ese otro ¡°nosotros¡± ¡ªa pesar de que hace mucho que disfruto de ciudadan¨ªa plena¡ª porque el tratamiento que se da a la inmigraci¨®n en muchos medios hace que vuelva a sentirme extranjera y porque, por muy integrados que estemos, todos los que nos hemos incorporado a esta sociedad vamos en esos cayucos y estamos en esos centros de menores.
El libro de De Haas es de una enorme utilidad porque ampl¨ªa la perspectiva con la que se analiza el asunto y, datos en mano, desmonta muchos de los mitos que se han difundido sobre inmigraci¨®n, tanto a derecha como a izquierda. Desmiente, por ejemplo, que este sea el momento hist¨®rico de mayor desplazamiento de personas, cuando las cifras demuestran que este se han mantenido en un sostenido 3% en las ¨²ltimas d¨¦cadas. De hecho, a finales del siglo XIX y principios del XX fueron muchos m¨¢s los europeos que emigraron, y se podr¨ªa considerar que la colonizaci¨®n fue la mayor inmigraci¨®n ilegal de la historia. Que haya m¨¢s ilegales, que los inmigrantes vayan a solucionar el problema del envejecimiento de la poblaci¨®n o que nuestras sociedades sean m¨¢s diversas que antes tambi¨¦n son mitos falsos. Este ¨²ltimo es fruto de un relato ilusorio que dibuja un mundo anterior a la globalizaci¨®n m¨¢s puro y m¨¢s blanco. Algo interesante que se?ala el autor es que tanto en la derecha como en la izquierda existe una distancia entre los discursos y las medidas que se toman en esta materia. La primera es m¨¢s dura de palabra que en los hechos, mientras que la segunda suele presentarse como favorable a los reci¨¦n llegados a la vez que aplica las mismas restricciones que su oponente. Es decir, que lo que m¨¢s abunda, como en tantos otros asuntos, es la hipocres¨ªa.
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