Limpiarle el culo a un padre
?En qu¨¦ condiciones cuidar¨¢ de sus progenitores ancianos la generaci¨®n sin casa, la de los salarios precarios, la de los empleos inestables?
En Los siguientes, la nueva novela de Pedro Sim¨®n, a una de las protagonistas su hijo le pide una playstation. Ese mismo d¨ªa, le ha tocado limpiarle el culo por primera vez a su padre, viudo y con achaques. Aunque trabaja con ancianos y conoce las mejores formas de retirar un pa?al dependiendo de si el paciente est¨¢ sentado o de pie, aquello se le hace rar¨ªsimo. Y no lo dice en alto, no se lo comenta ni al chaval ni al anciano, pero piensa: ¡°En la vida hay una bonita pantalla de la Play que te pasas cuando le limpias el culo a tu beb¨¦, y luego hay otra bien fea que te toca cuando tienes delante la mierda del que te la limpi¨® a ti¡±.
El libro nos lleva a ese momento vital en el que te invitan casi a m¨¢s tanatorios que cumplea?os. A esa etapa en la cual, muchas veces teniendo a¨²n hijos al cuidado, a uno le toca hacerse cargo de los padres. Suele suceder en torno a los 50, aunque hay excepciones. Una de las personas a las que m¨¢s quiero aprendi¨® a cambiar pa?ales quit¨¢ndoselos a su padre enfermo, as¨ª que cuando llegaron sus hijos ya ten¨ªa ma?a. Pero esa es la inversi¨®n del proceso, un bug en el videojuego. Lo natural es tener que empezar a cuidar a los padres cuando se est¨¢ dejando de cuidar tanto a los hijos. Y, en ese momento, comprobar si uno es o no un hijo de puta. As¨ª de crudo lo describe Sim¨®n.
Lo leo y me entra el miedo. Con suerte me quedan m¨¢s de dos d¨¦cadas para llegar a lo que cuenta: mis padres son poco m¨¢s mayores que ¨¦l. Me consuelo pensando que la gente no sabe si es una abuela demasiado joven o una madre demasiado mayor cuando ve a mi madre con mis hijos, y en que hace unos d¨ªas mi padre me vino chuleando del n¨²mero de dominadas que se hace en el gimnasio. Pero no puedo evitar pensar en c¨®mo voy a vivirlo, en c¨®mo vamos a vivirlo los de mi quinta. Limpiarle el culo a un padre por vez primera y sentir esa extra?eza de la protagonista de Los siguientes es una experiencia atemporal e intergeneracional. Pero, como sucede con el cuidado de los ni?os, en el de los padres tambi¨¦n hay particularidades.
?En qu¨¦ condiciones cuidar¨¢ de sus padres ancianos la generaci¨®n sin casa (sobrepasados los 30, solo el 36% de nosotros somos propietarios), la que se deja el sueldo en alquiler, la de los salarios precarios y los ahorros inexistentes, la de los empleos inestables, la de los campeones de Europa en paro juvenil, la que forma familias casi con 40, as¨ª que va a encadenar llevar a sus hijos a la guarder¨ªa y a sus padres al centro de d¨ªa? ?C¨®mo asumiremos que el forever young est¨¢ muy bien, pero que un d¨ªa te llaman y te dicen que tu madre se ha ca¨ªdo, los que hemos crecido con la idea de que uno es lo que produce y consume, nuestra profesi¨®n es la biograf¨ªa de Twitter y nuestros viajes son los stories de Instagram? ?C¨®mo nos organizaremos las familias de dos hermanos y uno viviendo en el extranjero, los hijos ¨²nicos (que no son pocos), los de padres separados (que somos a¨²n m¨¢s) a los que nos toque cuidar a una madre con una cadera rota en una casa y a un padre al que hay que monitorizarle la glucosa en otra? Si las preguntas me asustan, las posibles respuestas a¨²n m¨¢s.
Vuelvo a la lectura acord¨¢ndome de que mi padre hace unas semanas me dijo que ¨¦l echaba la Primitiva, pero que lo que realmente pedir¨ªa si alguien le concediera un deseo es que el tiempo se detuviera, que todo siguiera como est¨¢ ahora mismo. Seguramente, yo pedir¨ªa lo mismo: que cada semana venga chule¨¢ndose de hacer una dominada m¨¢s.
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