Donar sangre, donar vida

Durante una campa?a para la donaci¨®n de sangre en la Universidad de Sevilla vino a nuestras clases un hombre que hab¨ªa perdido a su hijo por leucemia. Casi suplicando, nos pidi¨® que fu¨¦ramos a donar sangre. No paraba de repetir el sentimiento tan gratificante de donar sangre y saber que esa misma sangre correr¨ªa por las venas de una persona enferma en cuesti¨®n de d¨ªas. Emocionado, se fue del aula, pero el peso de sus palabras se qued¨® entre nosotros. En tan solo dos d¨ªas he visto a decenas de estudiantes donando sangre en una sala de la Universidad habilitada para ello. Cada vez que paso por all¨ª, veo a decenas de alumnos haciendo cola para donar sangre, para dar vida. Si alguien necesita una gotita de esperanza para seguir creyendo en la humanidad es esta.

Itxaso Ruiz Alzola. Sevilla

Reducir la jornada laboral

La nueva propuesta del Gobierno para reducir la jornada laboral a 37,5 horas es un paso necesario para lograr un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal. Despu¨¦s de a?os sin cambios en la duraci¨®n de la jornada, es justo que los aumentos en productividad se traduzcan en mejores condiciones para los empleados. Esta medida, que se aplicar¨¢ gradualmente, no afectar¨¢ los salarios y beneficiar¨¢ a millones de trabajadores. Aunque algunas empresas plantean dificultades, el proceso escalonado permitir¨¢ adaptarse sin perjudicar la actividad econ¨®mica.

Daniel Rodr¨ªguez Mart¨ªn. Barcelona

Toma de posesi¨®n de Sheinbaum

El tema de la presencia de Espa?a en la toma de posesi¨®n de la presidenta mexicana est¨¢ fuera de la realidad. He vivido recientemente en M¨¦xico y al mexicano de a pie no le importa la conquista, pues tiene otros problemas sin resolver. Existe un racismo entre los mexicanos pobres (con rasgos ind¨ªgenas) y los ricos (con rasgos m¨¢s g¨¹eritos). Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador lleg¨® hablando de resolver los temas de Enrique Pe?a Nieto: corrupci¨®n, desaparecidos, desigualdad... y como no lo logr¨® pas¨® a hablar de estos otros asuntos fuera de la realidad social. Es como si Espa?a no invitara a Giorgia Meloni a un acto institucional por no disculparse el actual Gobierno italiano por las formas en la conquista de Hispania por el Imperio Romano.

Rafael Moreno Santos. Madrid

Sufrir por nuestros hijos

El otro d¨ªa, el novio de una amiga dec¨ªa que ¨¦l prefer¨ªa tener un hijo var¨®n por aquello de que ¡°sufres menos por ellos¡±. Tras pedirle que desarrollara su idea, deduje que hablaba de que fuera v¨ªctima de una agresi¨®n sexual. Yo pens¨¦, entonces, que mi temor era otro: que mi hijo un d¨ªa se r¨ªa de los pechos de una compa?era de clase prematuramente desarrollada, que llame puta, zorra o ballena a otra, que toque sin consentimiento un culo en un bar y que, adem¨¢s, despu¨¦s busque la risa y la complicidad de sus amigos, que invite a chupitos a una chica para emborracharla, que ignore un ¡°por favor, para¡±, o que no sea capaz de preguntar ¡°?quieres seguir?¡±. Y creo que mientras el miedo no sea ese, lo dem¨¢s seguir¨¢ ocurriendo.

Maite Arciniega Rodr¨ªguez. Vitoria-Gasteiz