La moral de los drones

Nuestro hijo se rompi¨® la pierna la semana pasada y los dispositivos tecnol¨®gicos de la familia se han llenado de anuncios de centros de rehabilitaci¨®n y seguros m¨¦dicos. Podr¨ªa ser peor. Si fu¨¦ramos militantes de Hezbol¨¢, el ej¨¦rcito israel¨ª analizar¨ªa nuestros movimientos con drones invisibles y secuestrando las im¨¢genes de las c¨¢maras de seguridad de las calles o el micr¨®fono del control remoto de la televisi¨®n. Como informa Financial Times, Israel ha localizado as¨ª a los l¨ªderes de la milicia chi¨ª que, como Hasan Nasral¨¢, llevaban a?os viviendo en el subsuelo, yendo de un b¨²nker a otro. Cualquier pieza de informaci¨®n, la imagen de una acera o una pared, el sonido de un coche o un p¨¢jaro, es filtrado por un cerebro casi omnisciente de Inteligencia Artificial (IA).

La brutal m¨¢quina de matar israel¨ª vive de la tecnolog¨ªa m¨¢s sofisticada. Todo artefacto electr¨®nico, de los buscas y walkie talkies explosivos a los cuentakil¨®metros de los coches, es un zombi de metal al servicio del Mosad. Y el problema es que, cuanto m¨¢s sobrehumana es una tecnolog¨ªa, m¨¢s inhumana es su aplicaci¨®n. Lo hemos visto durante meses en los bombardeos sobre Gaza, selectivos en teor¨ªa pero indiscriminados en la pr¨¢ctica.

La destrucci¨®n de ciudades, la sangre derramada y los gritos de dolor que se oir¨¢n durante generaciones, no son efectos colaterales o accidentales. Hay responsables, personas conscientes que toman decisiones sabiendo sus consecuencias, empezando por el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, que parece m¨¢s interesado en extender el conflicto a los ¡°siete frentes¡± (Gaza, Cisjordania, L¨ªbano, Ir¨¢n, Siria, Irak y Yemen) que en acotarlo y buscar una soluci¨®n pac¨ªfica.

Pero tambi¨¦n hay una culpabilidad no deliberada que emerge del subconsciente de las nuevas m¨¢quinas de guerra, que afecta a las decisiones de muchas personas y que nos deber¨ªa inducir a reflexionar a todos. Es lo que los fil¨®sofos llaman la ¡°descualificaci¨®n moral¡±. La automatizaci¨®n de toda actividad humana ¡ªya sea tejer jers¨¦is con telares mec¨¢nicos o bombardear con sistemas armament¨ªsticos aut¨®nomos¡ª interpone una distancia entre la persona y la realidad que propicia un desapego moral. La industrializaci¨®n facilit¨® abusos como el trabajo infantil en las f¨¢bricas y la IA ha deshumanizado muchos procesos, como la selecci¨®n o el despido de trabajadores sobre la base de algoritmos. En el terreno militar, las posibilidades de degradaci¨®n moral por las nuevas tecnolog¨ªas son casi infinitas. El nuevo francotirador no tiene coraz¨®n. @VictorLapuente