Israel marca el camino
La guerra est¨¢ transformando Oriente Pr¨®ximo y empuja al pa¨ªs a devenir vanguardia mundial de un nacionalismo populista extremista y enfrentado al islam
Empez¨® dentro de Israel el 7 de octubre. Prendi¨® luego en Gaza, pronto un campo de ruinas y de muerte multitudinaria. Se encaden¨®, en sordina, con Cisjordania, donde solo en un a?o han muerto 700 palestinos en las agresiones de los colonos israel¨ªes y los ataques del ej¨¦rcito, y ahora empiezan a caer las bombas en sus ciudades. Ahora ha entrado de lleno en territorio liban¨¦s, despu¨¦s de los bombardeos de ciudades, asesinatos selectivos y siembra de explosivos en los sistemas de comunicaci¨®n de Hezbol¨¢. Y asoma ya en Ir¨¢n con la amenaza israel¨ª que pesa sobre las instalaciones petroleras y la correspondiente inflamaci¨®n de los precios mundiales de la energ¨ªa.
As¨ª son los grandes incendios b¨¦licos de las guerras descontroladas y dirigidas por la escalada vengativa y el instinto de destrucci¨®n. Se apagan cuando no queda combustible de vidas, riqueza y voluntad pol¨ªtica para alimentarlas. Todo lo arrasan: legalidad internacional, fronteras, soberan¨ªas ajenas, derecho a la vida y a la dignidad, cualquier sentido de compasi¨®n y de decencia. Preverlas, evitar las escaladas y negociar luego treguas sostenibles para sentar en la mesa de negociaci¨®n a los contendientes es la obligaci¨®n de la diplomacia, los gobiernos responsables y las instituciones internacionales, empezando por Naciones Unidas, todo lo que ha fallado desde hace un a?o.
Es asombroso este fracaso generalizado, desde que Ham¨¢s entr¨® de improviso en el sur de Israel, con un balance terrible de muerte, tortura y destrucci¨®n y el secuestro de rehenes a centenares, como si se hubieran abierto las puertas del infierno. Fallaron los servicios secretos israel¨ªes. Tard¨® su ej¨¦rcito en responder. Fall¨® su Gobierno, el aut¨¦ntico responsable de la seguridad de los ciudadanos. Y sigui¨® fallando de forma todav¨ªa m¨¢s catastr¨®fica con su respuesta militar excesiva y vengativa, que desbord¨® el derecho a la defensa y toda proporcionalidad, animado por las ideas expansionistas del gabinete m¨¢s extremista de la historia de Israel.
Ha fallado Joe Biden, el l¨ªder del mundo libre, que solo consigui¨® una exigua tregua y no ha podido impedir la escalada. Tambi¨¦n el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, doblemente bloqueado por el veto de Estados Unidos ante la guerra de Gaza despu¨¦s del bloqueo de Rusia y China por la de Ucrania. Para nada ha contado la Uni¨®n Europea, tan dividida en su voto en Naciones Unidas como el resto del planeta. Nunca hab¨ªa quedado en evidencia tan crudamente el doble rasero utilizado por todos a la hora de condenar las atrocidades ajenas y de justificar las propias.
Todo ha fallado y todo ha cambiado. Vamos a ver qu¨¦ queda de esos pobres pa¨ªses y c¨®mo queda el mapa de la regi¨®n. Israel, la naci¨®n m¨¢s poderosa y armada, se siente fr¨¢gil y vulnerable. No le basta con neutralizar a Ham¨¢s, sino que necesita terminar con Hezbol¨¢ y luego con el r¨¦gimen islamista de Ir¨¢n. Su diplomacia ya no cuenta, si acaso, para obtener armas y apoyos ante las acusaciones de cr¨ªmenes de guerra, genocidio y apartheid ante los tribunales internacionales. Ni siquiera parecen importar las vidas de los rehenes, de los que solo ha rescatado a siete con medios militares de las mazmorras de Ham¨¢s.
Hay oposici¨®n a la guerra, naturalmente. Los familiares de los rehenes, las madres de los soldados, los contados militantes del campo de la paz. Pero es la hora de los halcones. Del mundo en blanco y negro. De los mapas enfrentados de la maldici¨®n contra la bendici¨®n, con Israel convertida en vanguardia del mundo occidental atacado por un terrorismo isl¨¢mico que tiene el auxilio de Rusia. Benjam¨ªn Netanyahu ganar¨ªa ahora las elecciones. Las armas convocan a todos los demonios hasta convertirlos en realidad: unos y otros se acusan mutuamente de fascistas y de nazis; como antisemitas y filoterroristas quienes se oponen a Israel, y supremacistas antimusulmanes sus defensores.
La guerra alimenta la simetr¨ªa del odio y de la deshumanizaci¨®n. Seg¨²n el exministro Shlomo Ben Ami, ¡°todav¨ªa no ha aparecido un l¨ªder israel¨ª que sienta verdaderamente l¨¢stima por la parte de responsabilidad de Israel en la tragedia palestina de desposesi¨®n y exilio. (¡). Es la abdicaci¨®n moral de Israel y su completa indiferencia, la falta de imaginaci¨®n para concebir el sufrimiento del otro ¡ªt¨ªpica de los enconados conflictos nacionales, que siempre tienden a metamorfosearse en una historia de victimismo competitivo¡ª¡±. Tambi¨¦n el historiador palestino Rashid Khalidi denuncia esos dos nacionalismos mim¨¦ticos en su ceguera ante los sufrimientos del adversario: ¡°La iron¨ªa es que, como todos los otros pueblos, los palestinos asumen que su nacionalismo es puro e hist¨®ricamente enraizado mientras lo deniegan a los jud¨ªos israel¨ªes¡±.
¡°Israel marca el camino¡±, ha escrito en la red social X (antes Twitter) S¨ªlvia Orriols, presidenta y diputada del partido independentista de extrema derecha Alian?a Catalana. Dif¨ªcil encontrar en ella solidaridad con Israel, sino con Netanyahu y sus propios fantasma xen¨®fobos. La guerra no es un camino. Es la destrucci¨®n de cualquier camino.
Para leer m¨¢s:
¡®Palestina. Cien a?os de colonialismo y resistencia¡¯
Capit¨¢n Swing, 2023
¡®Profetas sin honor. La lucha por la paz en Palestina y el fin de la soluci¨®n de los dos Estados¡¯
RBA, 2023
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