Se acerca la hora de la verdad
El lenguaje del Antiguo Testamento, escrito durante la Edad del Bronce, contin¨²a vigente en plena era nuclear
1. En mi casa de Lisboa tengo sobre la mesa dos hermosas granadas de cer¨¢mica, que me regal¨® un diplom¨¢tico israel¨ª, en nombre de la fertilidad que, como s¨ªmbolo de Jerusal¨¦n, esos frutos representan. Nos hall¨¢bamos frente a las murallas, sentados en un restaurante, hablando de lo que suced¨ªa en el mundo, en un momento en que Trump impulsaba una agresiva pol¨ªtica contra Europa y dispensaba sus bendiciones al Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu. Mi amigo, sin embargo, que es de los que han recorrido el mundo y saben mucho m¨¢s de lo que dicen, me confes¨® en determinado momento que no estaba contento con lo que hab¨ªa encontrado. En ese preciso instante pas¨® frente a nosotros una muchacha embarazada, a¨²n joven. Iba vestida de negro y la segu¨ªan varios ni?os, todos vestidos con ropas oscuras y con sombreros de ala ancha.
El diplom¨¢tico a?adi¨® entonces que cada d¨ªa que pasaba Jerusal¨¦n se iba pintando m¨¢s y m¨¢s de negro. Y, en lo que tom¨¦ como un simple desahogo ocasional, mencion¨® que Israel corr¨ªa el riesgo de alimentar el crecimiento de una formaci¨®n ortodoxa en su pa¨ªs, tan brutal como Ham¨¢s y Hezbol¨¢. Las consecuencias que se derivar¨ªan de ello ser¨ªan muy graves. En privado, aconsejaba a los j¨®venes israel¨ªes que intentaran obtener un segundo pasaporte. Sin embargo, cuando quise profundizar en el asunto, mi amigo cort¨® el grifo de las confidencias. Prefiri¨® decirme que apreciaba un desequilibrio en el derecho de opini¨®n en este mundo, porque mientras los israel¨ªes eran parcos en palabras sobre otros pa¨ªses, cualquier extranjero se sent¨ªa con derecho a dar una opini¨®n sobre Israel, como si su naci¨®n fuera un juguete que todos manipulan con superficialidad y crueldad. Como diplom¨¢tico, tal asimetr¨ªa se le antojaba intolerable.
2. Evoco este encuentro en Jerusal¨¦n, ciudad que amo y a la que atribuyo la met¨¢fora del mundo, precisamente en el momento en que la aviaci¨®n israel¨ª acaba de bombardear el sur de Beirut, supuestamente para intentar eliminar a Hashem Safieddine, a quien se atribuye la condici¨®n de sucesor de Hasan Nasral¨¢, fulminado la semana pasada, cuando se encontraba reunido con sus sicarios, en una s¨¦ptima planta bajo el suelo. No se sabe nada con certeza, solo que en el lado liban¨¦s se suceden estampas de fuego y humo, y sobre Israel los cielos se ven surcados de proyectiles. Esta combinaci¨®n de im¨¢genes a un lado y al otro, de hechos ocurridos hace veinticuatro horas con las noticias recibidas en directo, ahora que es medianoche, hacen de la informaci¨®n un espejo de lo que debe suceder sobre el terreno: un magma ca¨®tico, furioso, fratricida, donde es imposible determinar causas y efectos, la magnitud de la provocaci¨®n y de la respuesta, la ley que determina la venganza y la fuerza de la guerra con el objetivo de ampliar fronteras, la ret¨®rica de los acuerdos de alto el fuego con aparente voluntad por un bando y otro, para continuar la agresi¨®n rec¨ªproca. Y por eso no me sorprende que la mayor¨ªa de los comentaristas que siguen las im¨¢genes sean ambiguos, afirmando el derecho de Israel a defenderse de Ir¨¢n, multiplicado en sus tres lacayos, Ham¨¢s, Hezbol¨¢ y los hut¨ªes, comprendiendo que los israel¨ªes pretendan matar a los l¨ªderes de estos grupos dondequiera que se encuentren, pero al mismo tiempo condenando que lo hagan mediante la aniquilaci¨®n de miles de civiles inocentes atrapados en la estrategia de esta eliminaci¨®n. Si hay alg¨²n experto en derecho internacional y reglas de la guerra justa, que intente explicar este sangriento embrollo sin parti-pris.
El caso es que, en estas horas amargas en que se produce la escalada, ¨ªntimamente deseada por muchos, pese a que todos quieran ostentar esp¨ªritu pac¨ªfico, hay algo por parte de Israel que resulta sorprendente: el empe?o con el que el Gobierno israel¨ª adopta un tono de voz altivo y brutal parecido al del l¨ªder espiritual de Ir¨¢n, dejando a Occidente sin palabras y sin sosiego.
3. Lo cierto es que Israel conserva el apoyo de Occidente, incluso cuando guarda silencio. Occidente sabe que Israel naci¨® de la desesperaci¨®n milenaria de sus gentes, y que su reconocimiento y sost¨¦n surgi¨® sobre todo tras el ¨¢pice de su persecuci¨®n como pueblo, el Holocausto. Israel encarna para los europeos su propio remordimiento, y los mejores l¨ªderes israel¨ªes han convertido el reconocimiento de esa percepci¨®n en una alianza positiva. Estados Unidos, a su vez, combina el deseo de recompensa con un inter¨¦s geoestrat¨¦gico anclado en la simpat¨ªa por la ¨²nica democracia de la regi¨®n, e Israel aprovecha ese apoyo. Con su enorme poder, Estados Unidos es la placenta que reconforta y alimenta a distancia a Israel. Pero eso deber¨ªa conllevar una compensaci¨®n que, en este momento, Israel evita: Netanyahu desaf¨ªa los l¨ªmites de la agresi¨®n, transformando al Gobierno de Biden en una especie de lacayo impotente, ante su ambici¨®n de establecer nuevas fronteras para su seguridad, empuj¨¢ndolo hacia la guerra regional, algo que hoy en d¨ªa no es m¨¢s que un eufemismo, ya que todos los conflictos tienden a expandirse a escala global. Est¨¢ muy claro que Netanyahu est¨¢ esperando extender una alfombra roja a Trump sobre los escombros de Gaza y el sur de Beirut.
4. Por si fuera poco, Israel porf¨ªa en atacar al secretario general de la ONU, la ¨²nica instituci¨®n que todav¨ªa se re¨²ne en nombre de las naciones de todo el mundo. Por incre¨ªble que parezca, desde el fat¨ªdico 7 de octubre, Netanyahu y el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, leen en las palabras de Ant¨®nio Guterres lo que no est¨¢ ah¨ª. Ni siquiera cuando el secretario general de la ONU se prodiga cautelosamente en aclaraciones y subraya su condena de todos los actos que materializan la escalada, parece conforme el primer ministro israel¨ª. La ¨²ltima declaraci¨®n israel¨ª, en la que proclama persona non grata al secretario general de la ONU, y lo hace de forma grosera, situ¨¢ndose con su lenguaje al nivel de Vlad¨ªmir Putin con su acci¨®n, cuando lanz¨® misiles que explotaron a dos pasos de Guterres en Kiev, muestra hasta qu¨¦ punto se constata un sentimiento de irrealidad en Israel.
5. Despreciar al secretario general de la ONU, en los t¨¦rminos en lo que lo hace, es algo m¨¢s que un gesto temerario: es ruinoso para el mundo entero. Significa que Netanyahu no entiende que si la ONU no funciona, como viene sucediendo desde hace mucho tiempo, no es porque la dirija Ant¨®nio Guterres, un hombre cuyo defecto consiste en ser m¨¢s sensible al sufrimiento de v¨ªctimas, desplazados, hambrientos, muertos, asesinados, que al dilema fronterizo. La ONU no funciona, en ese equilibrio mult¨ªvoco en el que est¨¢n representados pr¨¢cticamente todos los Estados de la Tierra, porque en su mesa circular se sientan ahora los verdugos de la humanidad y sus c¨ªnicos enviados. Cont¨¦moslos uno por uno y veremos cu¨¢ntos deber¨ªan estar encarcelados o en un manicomio, y mientras tanto dirigen naciones e intentan definir fronteras, arrasando todo lo que encuentran a su paso.
Voces importantes, pocos d¨ªas despu¨¦s del salvajismo del 7 de octubre, hablaron de perd¨®n y retirada. Creo que muchos israel¨ªes que hoy escuchan m¨²sica desde por la ma?ana hasta por la noche mientras est¨¢n encerrados en sus habitaciones para sobrevivir les dar¨¢n la raz¨®n. El lenguaje del Antiguo Testamento, escrito durante la Edad del Bronce, contin¨²a vigente en plena era nuclear. En los altares pol¨ªticos digitales sigue erigido el mismo Dios de la Venganza. Es un momento peligroso, este. Sab¨ªamos que alg¨²n d¨ªa suceder¨ªa algo as¨ª. Para evitar que suceda lo peor ser¨ªa necesario que alguien como el diplom¨¢tico, sentado ante las murallas de Jerusal¨¦n, hablase en voz alta. Del otro lado, no s¨¦ qui¨¦n hablar¨¢. Son quienes ocultan los rostros de las mujeres con telas, asesinan a sus propios ciudadanos y no dejan respirar a nadie.
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