Sobredosis de psicotr¨®picos
Los lectores escriben sobre el excesivo consumo de medicamentos, la carta de ??igo Errej¨®n, la ¨²ltima tribuna de Garton Ash y el cambio de hora de este fin de semana
No aguanto m¨¢s. Estoy cansada de contribuir a la polimedicaci¨®n de mis pacientes, de dispensar psicotr¨®picos como si de gominolas se tratase. Los clientes, adictos a estas sustancias, se enfadan porque no puedo venderles m¨¢s sin receta. Su organismo se acostumbra a una dosis inicial y, luego, una pastillita m¨¢s porque no pueden dormir, hasta que acaban una caja antes de que les salga otra en el plan de tratamiento. Pero la culpa es m¨ªa porque no quiero ayudarles, seg¨²n ellos. Precisamente, s¨¦ el da?o que se est¨¢n haciendo. Desear¨ªa que el sistema sanitario espa?ol, uno de los mejores del mundo, siguiera evolucionando y les ayudara como se merecen, sin poner tiritas y tratando los problemas desde la ra¨ªz.
Joana Riverol. Arona (Tenerife)
Se me acaba la esperanza
Se me acaba la esperanza en unos chavales indignados que ocuparon la Puerta del Sol, se apagan mis ilusiones. Supongo que no soy el ¨²nico que al leer que un pol¨ªtico de ese movimiento dice haber llegado al l¨ªmite de la contradicci¨®n entre el personaje y la persona se da cuenta de que todo fue una farsa, que interpretaban un papel que yo me cre¨ª y me hizo pensar que se pod¨ªa ambicionar un mundo mejor. Al leer la carta me doy cuenta que es la carta autoinculpatoria de un cobarde, de un actor que me enga?¨®, de alguien que ni siquiera es capaz de decir a las claras que ha cometido un grave error. Hoy estoy triste.
Israel Garc¨ªa Crespo. M¨²nich (Alemania)
Lecciones sobre el muro de Berl¨ªn
Le¨ª el excelente art¨ªculo de Timothy Garton Ash sobre la posible divisi¨®n de Ucrania y la llamada ¡°soluci¨®n de Alemania Occidental¡±. El mundo que conocemos se abre bajo nuestros pies. Albert Camus escribi¨® aquella demoledora sentencia: ¡°Fue en Espa?a donde mi generaci¨®n aprendi¨® que uno puede tener raz¨®n y ser derrotado¡±. En todo caso ser¨ªa bueno poder comprender c¨®mo fue y qu¨¦ supuso la divisi¨®n de Alemania. Estos d¨ªas he visitado en Madrid una muestra extraordinaria realizada por la Fundaci¨®n del Muro de Berl¨ªn y Musealia. Llevo 35 a?os trabajando en museos y puedo decir que he visto pocas exposiciones como esta, El muro de Berl¨ªn. Un mundo dividido. B¨²squenla si pueden.
Ernesto P¨¢ramo Sureda. Granada
Cambio de hora
Al parecer, volvemos al horario de invierno para ahorrar energ¨ªa, aunque eso signifique que muchos de los que trabajamos en interiores por la ma?ana dejemos de ver la luz del d¨ªa durante unos meses. Me llama la atenci¨®n esa preocupaci¨®n por un ahorro energ¨¦tico, en un mundo en el que no dejo de ver farolas encendidas iluminando la nada en cualquier calle a cualquier hora. Y eso sin mencionar que muchas oficinas permanecen iluminadas cuando el sol ya est¨¢ alto en el cielo, algo que te¨®ricamente se pretende evitar con el cambio de hora. La contaminaci¨®n lum¨ªnica en algunas ciudades es tan extrema que afecta un radio de cientos de kil¨®metros. Pretendemos ganar una hora de luz natural solo para sobreiluminar la noche artificialmente, sin sentido.
Demetrio Carriedo Gonz¨¢lez. Le¨®n
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