Ucrania y la soluci¨®n de Alemania Occidental
La pertenencia a la OTAN es lo ¨²nico que puede ofrecer a Kiev un futuro como el de la potencia dividida durante 45 a?os tras la Segunda Guerra Mundial
Mientras el presidente Volod¨ªmir Zelenski busca apoyos para su ¡°plan de victoria¡±, las capitales occidentales son cada vez m¨¢s conscientes de que nuestra pol¨ªtica respecto a Ucrania debe evolucionar. El paso siguiente y fundamental es que Washington se comprometa a que Ucrania ingrese en la OTAN y las disposiciones de defensa mutua del art¨ªculo 5 de la Alianza protejan las partes del pa¨ªs que controla Kiev.
Esta es la que se conoce en clave como la soluci¨®n de Alemania Occidental, as¨ª que merece la pena explicar las similitudes y diferencias con la situaci¨®n de Alemania despu¨¦s de 1945.
Alemania se dividi¨® porque era el pa¨ªs que hab¨ªa empezado la guerra. Ucrania se dividir¨ªa por una guerra que empez¨® Rusia. Los principales criminales de guerra alemanes fueron juzgados en N¨²remberg. Hay pocas probabilidades de que se vaya a juzgar a Vlad¨ªmir Putin y sus secuaces en un futuro pr¨®ximo. El punto de partida hist¨®rico y el balance moral no pueden ser m¨¢s diferentes.
Alemania se dividi¨® con arreglo a unos l¨ªmites claros, acordados por los aliados vencedores de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, las fuerzas angloamericanas tuvieron que retroceder desde el territorio que hab¨ªan ocupado en 1945. En Ucrania no hay ning¨²n acuerdo sobre l¨ªmites.
En Alemania Occidental hubo desde el principio un gran n¨²mero de soldados de los aliados. En Ucrania, hoy, no se ve ninguna bota occidental (aunque s¨ª unas cuantas deportivas de marcas occidentales).
Alemania Oriental estaba muy sovietizada, pero era un Estado independiente. Segu¨ªa siendo, como puedo atestiguar por experiencia personal, muy alemana. Por el contrario, las partes de Ucrania ocupadas por Rusia est¨¢n sufriendo una rusificaci¨®n brutal y Putin las reclama como nuevas provincias de la Federaci¨®n Rusa. Las probabilidades de que, en el futuro, alg¨²n dirigente ruso devuelva estos territorios a Ucrania mediante una negociaci¨®n pac¨ªfica, como devolvi¨® Mija¨ªl Gorbachov Alemania Oriental a Occidente, son escasas. Y esa es una perspectiva que atormenta a todos los ucranios y horroriza a quienes todav¨ªa viven en los territorios ocupados. Los pol¨ªticos occidentales no hablar¨ªan con tanta ligereza de que hace falta un ¡°acuerdo territorial¡± si se estuviera hablando, por ejemplo, de que Estados Unidos tiene que ceder Florida, Alemania, Baden-W¨¹rttemberg, o Gran Breta?a, Gales.
Alemania Occidental ingres¨® en la OTAN en 1955, solo seis a?os despu¨¦s de que se creara la Alianza, y fue cofundadora de la Comunidad Econ¨®mica Europea en 1957. Ucrania ya es candidata a la adhesi¨®n a la UE y est¨¢ en plenas negociaciones; pero, para que la analog¨ªa con Alemania Occidental sea algo m¨¢s que unos pa?os calientes para compensar la insuficiente implicaci¨®n de Occidente, a la UE hay que a?adir la OTAN, la alianza de seguridad encabezada por Estados Unidos. Lo fundamental es la seguridad. Sin seguridad, los ucranios que est¨¢n en el extranjero no volver¨¢n para reconstruir su devastado pa¨ªs, ni llegar¨¢n inversiones para financiar la reconstrucci¨®n, ni habr¨¢ un gobierno estable capaz de llevar a cabo las reformas necesarias para entrar en la UE.
Perder de facto parte de su territorio ser¨ªa desgarrador, pero, a pesar de ello, en una encuesta del Instituto Internacional de Sociolog¨ªa de Kiev hecha el pasado mes de mayo, el 47% de los ucranios respondieron que, si a cambio se les ofrecieran financiaci¨®n suficiente para la reconstrucci¨®n econ¨®mica y la adhesi¨®n tanto a la UE como a la OTAN, podr¨ªan hacer esa concesi¨®n, por dif¨ªcil que fuera, como forma de poner fin a la guerra.
No va a haber ninguna novedad antes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre. Si el vencedor es Donald Trump, es imposible predecir qu¨¦ pasar¨¢. Sin embargo, una transici¨®n de Joe Biden a Kamala Harris brindar¨ªa una oportunidad de oro para hacer realidad este giro.
Har¨ªa falta un gran incremento de la ayuda militar durante el pr¨®ximo a?o para estabilizar la l¨ªnea del frente y poner a Rusia a la defensiva. Putin no parar¨¢ mientras piense que sigue ganando. Una primera medida concreta podr¨ªa ser la instalaci¨®n de defensas a¨¦reas para proteger las infraestructuras nacionales vitales, incluidas las centrales nucleares. Conseguir que los 32 miembros de la OTAN ratificaran ese incremento es una tarea larga y pesada, por lo que ser¨ªa fundamental contar con compromisos militares de transici¨®n de los principales aliados europeos. Francia y el Reino Unido ya est¨¢n debati¨¦ndolo en las m¨¢s altas instancias, pero el elemento crucial es Alemania, la potencia central de Europa.
Aunque contar con canales extraoficiales de comunicaci¨®n con el enemigo siempre es ¨²til, todav¨ªa falta mucho tiempo, probablemente, para una negociaci¨®n formal con Rusia. Puede que incluso falten a?os. Al fin y al cabo, la negociaci¨®n de paz definitiva para la Alemania posterior a 1945 no se produjo hasta 1990. Pero, como demuestra la historia de la Guerra Fr¨ªa, los acuerdos de facto pueden durar mucho tiempo e incluso ser bastante estables.
Los obst¨¢culos que salpican este camino son temibles. Pero la alternativa es peor: una Ucrania derrotada, dividida, desmoralizada y despoblada, que tiemble de ira contra Occidente y ¡ªcomo insinu¨® Zelenski la semana pasada¡ª probablemente intente adquirir armas nucleares. Mosc¨² triunfante. El resto del mundo, convencido de que Occidente es un tigre de papel. Xi Jinping envalentonado para atacar Taiw¨¢n. Biden y Harris en los libros de historia como los l¨ªderes que ¡°perdieron Ucrania¡±. Hay una v¨ªa mejor.
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