Errej¨®n en el pozo
Si un fan¨¢tico se empe?a, encuentra en los libros sagrados la justificaci¨®n a cualquier fechor¨ªa. El expol¨ªtico de Sumar no se excusar¨¢ en un Dios, pero parece haber encontrado en razones de orden psicol¨®gico la explicaci¨®n a su desvar¨ªo
Fue en extremo parad¨®jico que justo este viernes en el que se analizaba en voz alta o susurros el inaceptable comportamiento de un pol¨ªtico descontrolado un grupo numeroso de gente nos reuni¨¦ramos en torno al querido y admirado psiquiatra Guillermo Lahera. El libro reci¨¦n publicado lo merece, Las palabras de la bestia hermosa. Breve manual de psiquiatr¨ªa con alma, un ensayo al modo de Oliver Sacks que nos introduce en la enfermedad mental a trav¨¦s de las voces de quienes la padecen, personas que llegan a su consulta lidiando con la paranoia, el trauma, la depresi¨®n severa, la bipolaridad. Lahera es el humanista que escucha, que rompe esa barrera que empeque?ece al paciente para ayudarle a desliar la mara?a mental. Es curioso, pienso, que el asunto de ??igo Errej¨®n sobrevolara en el acto porque fue el portavoz de Sumar quien llev¨® al Congreso la necesidad de aumentar la inversi¨®n en asistencia psiqui¨¢trica y psicol¨®gica en este pa¨ªs que tiene cuatro veces menos profesionales en la sanidad p¨²blica que la media europea y unos tiempos de espera de alrededor de tres meses, aunque el 35% haya de aguardar seis. Hablamos de enfermos que experimentan un sufrimiento extremo que se extiende al ¨¢mbito familiar. Errej¨®n sac¨® a relucir este asunto en el momento en el que el mundo comenzaba a despertar de la pesadilla de la pandemia y, c¨®mo no, hubo diputados que se mofaron. Qu¨¦ terrible que el h¨¢bitat enconado y propenso a la vileza en el que pasan los d¨ªas nuestros representantes favorezca la burla hacia quienes ah¨ª fuera, donde hace fr¨ªo, esperan aliviar su desamparo.
La paradoja se encuentra en c¨®mo el mismo pol¨ªtico que quiso traer a la conversaci¨®n p¨²blica la necesidad de un buen programa de salud mental se autodiagnosticara tramposamente para justificar su error. Su confusa declaraci¨®n recordaba a esas comparecencias de perd¨®n con que tantos pol¨ªticos y celebridades americanas buscan redimir sus pecados para, de la mano de Dios, regresar al reba?o. A veces vuelven victoriosos del viaje y a¨²n se les atribuye m¨¢s m¨¦rito tras la penitencia. As¨ª es como los evang¨¦licos han coronado a Donald Trump como a un rey David, que por ser pecador en el pasado se encuentra a¨²n m¨¢s preparado para defender la fe. Si un fan¨¢tico se empe?a, encuentra en los libros sagrados la justificaci¨®n a cualquier fechor¨ªa. El joven Errej¨®n no usar¨¢ como escudo el perd¨®n de un Dios, pero parece haber encontrado en razones de orden psicol¨®gico la explicaci¨®n a su desvar¨ªo. Les recomiendo echar un vistazo a la historieta de Pantomima Full Famoso mal bien, en la que se parodia a ciertos famosos que hacen caja a costa de sus delirios mentales. El humor cuenta lo que nadie se atreve a decir. Y, como siempre, las v¨ªctimas olvidadas, los que no tienen la posibilidad de airear su pena por los escenarios siguen anhelando un acomodo social: sus delirios u obsesiones no est¨¢n provocados por las drogas, las fiestas o la desproporcionada opini¨®n que tienen de s¨ª mismos. Muchos hemos recordado aquellos d¨ªas en que, con aires de estrellas del rock, una nueva generaci¨®n de pol¨ªticos, en su mayor¨ªa varones, salt¨® a la arena p¨²blica. C¨®mo no entender la fascinaci¨®n que provocaban en una generaci¨®n ansiosa de nuevos referentes. Pero el instinto nos dec¨ªa a las mujeres maduras que en algunos de estos nuevos h¨¦roes se advert¨ªa cierto parecido con aquellos progres de nuestra juventud que haciendo uso del verbo te la colaban, en toda la extensi¨®n de la palabra. Estos j¨®venes airados de ahora llegaron hablando de pollasviejas, adjetivo con el que denigraban a los hombres mayores, poniendo el acento de la decadencia en la polla, c¨®mo no. Un discurso feminista con simbolog¨ªa f¨¢lica, ?toma ya! Este asunto nos deja una ense?anza: los hombres, j¨®venes o no, deber¨ªan ser prudentes a la hora de soltar su fil¨ªpica feminista porque a veces se les advierten las costuras. Por una vez y, por favor, escuchen.
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