La dana como problema ideol¨®gico
Es importante que lo sucedido el 29 de octubre no se quede tan solo en la estupefacci¨®n, en el miedo o en una indignaci¨®n difusa; los negacionistas del cambio clim¨¢tico tienen apellido pol¨ªtico
¡°Estamos al borde de un desastre clim¨¢tico irreversible. Sin duda, esta es una emergencia global. Gran parte del tejido mismo de la vida en la Tierra est¨¢ en peligro. Estamos entrando en una nueva fase cr¨ªtica e impredecible de la crisis clim¨¢tica¡±. As¨ª comienza el Informe 2024 sobre el estado del clima, publicado por la revista BioScience el pasado 8 de octubre.
Es imposible no acordarse de este documento viendo la enorme devastaci¨®n que la dana del martes ha provocado en el sureste de Espa?a, con especial intensidad en las provincias de Albacete y Valencia. Este fen¨®meno se produce cuando una masa de aire fr¨ªo desciende abruptamente sobre otra de aire caliente, provocando grandes perturbaciones atmosf¨¦ricas que duplican el umbral de torrencialidad. Esto siempre ha ocurrido en el Mediterr¨¢neo. La diferencia actual estriba en su intensidad y frecuencia.
El estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de cient¨ªficos dirigidos por William Ripple y Christopher Wolf, se titula de manera descriptiva: Tiempos peligrosos para el planeta. Nos explica, sin paliativos, c¨®mo de los 35 indicadores de salud de la Tierra, 25 se encuentran en el peor nivel registrado, entre ellos la temperatura de los oc¨¦anos o la extensi¨®n del hielo marino.
La concentraci¨®n de di¨®xido de carbono (CO?), metano y ¨®xido nitroso, marcadores principales del cambio clim¨¢tico, ha alcanzado niveles r¨¦cord, mientras que la cubierta forestal, encargada de paliar los efectos del calentamiento global, est¨¢ en m¨ªnimos hist¨®ricos. Adem¨¢s de los indicadores directos, los expertos destacan los bucles de retroalimentaci¨®n: si las temperaturas anormalmente altas derriten el permafrost, se liberan a¨²n m¨¢s gases de efecto invernadero.
Estos informes, a pesar de su contundencia, de un lenguaje que puede parecer catastrofista, no tienen demasiado eco en la opini¨®n p¨²blica. Pero los datos, cifras y gr¨¢ficos al final cuentan con una correlaci¨®n directa en las im¨¢genes que todos hemos visto: camiones volcados por el viento como si fueran de juguete, ancianos con el agua hasta la cintura en una residencia, riadas arrasando pueblos, desesperaci¨®n por el familiar que no contesta a la llamada.
Es importante que lo sucedido el 29 de octubre no se quede tan solo en la estupefacci¨®n, en el miedo o en una indignaci¨®n difusa. Los negacionistas del cambio clim¨¢tico tienen apellido pol¨ªtico. Y no descansan ni tienen l¨ªmites. Mientras el cielo se derrumbaba, los agitadores ultras llenaron las redes de bulos con la ¨²nica intenci¨®n de rentabilizar el desastre y de paso encontrar una coartada para sus l¨ªderes. Santiago Abascal, el mismo que ha llamado ¡°chamanes del fin del mundo¡± a los cient¨ªficos y habla de ¡°fanatismo medioambiental¡±, dec¨ªa rezar por los desaparecidos.
No son las plegarias las que han salvado a muchos ciudadanos, sino los servicios p¨²blicos: bomberos, militares y polic¨ªas que se jugaron la vida para socorrer a la gente, a menudo en condiciones imposibles. El Estado salva vidas, a pesar de las privatizaciones, de las llamadas a bajar impuestos de la derecha o una imp¨²dica campa?a digital por la insumisi¨®n fiscal dirigida a nuestros j¨®venes. Algo nos ense?¨® la pandemia, algo que hemos olvidado.
En 2020 la respuesta de toda Europa al coronavirus fue muy lenta por el miedo de los Gobiernos a ser tachados de alarmistas, tras haber empleado cuantiosos recursos en la pandemia de gripe A de 2010. Este fue uno de los principales factores para que el covid nos golpeara de lleno: no se trat¨® de una incapacidad cient¨ªfica o t¨¦cnica, sino de un problema ideol¨®gico: reducir gastos sin valorar las contingencias.
Pese a los esfuerzos de los servicios p¨²blicos, es evidente que algo ha fallado en la prevenci¨®n de la dana. La AEMET hab¨ªa advertido d¨ªas antes del peligro, elevando a las ocho de la ma?ana a ¡°aviso rojo¡± por ¡°lluvias de intensidad torrencial¡± en la zona afectada. Recibi¨® los ya habituales comentarios conspiranoicos en redes. Hasta las ocho de la tarde, 12 horas despu¨¦s, no se lanz¨® una alerta v¨ªa m¨®viles a la ciudadan¨ªa.
El primer organismo p¨²blico suprimido por Carlos Maz¨®n tras llegar a presidente de la Generalitat fue la Unidad Valenciana de Emergencias, a finales de noviembre de 2023. Toda agenda tiene unas consecuencias y la neoliberal, adem¨¢s de obsoleta, amenaza a la poblaci¨®n. Tanto como determinadas actitudes empresariales que no tuvieron en cuenta el art¨ªculo 21 de la ley de prevenci¨®n de riesgos laborales, que permite abandonar el puesto de trabajo ante casos de inseguridad grave.
Es cierto que ante la magnitud y extensi¨®n de las precipitaciones poco se puede hacer, m¨¢s all¨¢ de observar reglas en el urbanismo y contar con infraestructuras de protecci¨®n. Pero tambi¨¦n es cierto que se pod¨ªan haber evitado miles de desplazamientos innecesarios de aquellos trabajadores no esenciales. ¡°Nos jugamos el pellejo por vender cuatro cosas¡± relataba al canal 24H una empleada atrapada en un centro comercial. Anteponer los beneficios a la vida no es admisible, pero explica los principios que rigen en nuestra sociedad.
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