El destrozo de Podemos y Sumar a la izquierda
El ¡®caso Errej¨®n¡¯ no da la puntilla, sino que es un s¨ªmbolo del profundo desgaste que ven¨ªa atravesando este espacio pol¨ªtico
El feminismo exist¨ªa antes de Podemos y Sumar, y existir¨¢ despu¨¦s del caso Errej¨®n porque no es un movimiento que inventaran ellos. En Espa?a, hab¨ªa izquierda antes del 15-M, y sobrevivir¨¢, dado que tampoco fue una creaci¨®n suya. Sin embargo, el da?o que ambas formaciones dejan en el espacio contiguo al PSOE resulta m¨¢s evidente hoy que nunca. Haberse apropiado de todas las causas de su generaci¨®n, y de las precedentes, ha dejado por el camino un erial de liderazgos e ideas que durar¨¢ al menos una d¨¦cada, tras caer sus caras visibles en un preocupante descr¨¦dito.
Basta observar el efecto disolvente que la nueva izquierda aplic¨® desde su salto a las instituciones en 2014, frente a una generaci¨®n entera de j¨®venes indignados, con el objetivo de desprestigiar a cualquiera que hubiera defendido antes esos mismos postulados. La tradici¨®n sindical, dec¨ªan, se hab¨ªa vuelto acomodaticia con la patronal y en adelante ser¨ªa Podemos el interlocutor verdadero frente a ¡°los poderes¡±. Izquierda Unida, aseguraban, ven¨ªan de ¡°cocerse en su salsa de estrellas rojas¡± cosechando hitos m¨¢s simb¨®licos que tangibles, por lo que ya llegaban a salvarnos los aut¨¦nticos transformadores del sistema. Los pol¨ªticos, as¨ª fueran del PSOE, supon¨ªan una ¡°casta¡± alejada del pueblo, y los nuevos l¨ªderes demostrar¨ªan su humanidad colgando v¨ªdeos en que celebraban cumplea?os desde los ministerios. Las feministas cl¨¢sicas eran unas ¡°carcas¡±, y hab¨ªa que convertir a Irene Montero o a ?ngela Rodr¨ªguez Pam en los nuevos referentes del movimiento. En definitiva, la nueva izquierda no pivot¨® tanto sobre ideas, sino sobre la autoproclamada virtud moral de quien las bland¨ªa, de modo que, hundidos estos en las urnas una d¨¦cada despu¨¦s, su legado tambi¨¦n pasa por no creer que de las cenizas pueda salir otro proyecto competente.
De hecho, el caso Errej¨®n no da la puntilla, sino que es un s¨ªmbolo del profundo desgaste que ven¨ªa atravesando la izquierda a la izquierda del PSOE. No por casualidad hace semanas que se oyen rumores de que Pablo Iglesias regresar¨¢ a la arena pol¨ªtica. De un lado, parece surrealista pensar que pueda volver a su modesto piso de Vallecas, como gesto para canalizar la indignaci¨®n callejera de quienes hoy no tienen un techo. Del otro, Sumar est¨¢ amortizado ¡ªsolo fue un artefacto para presentarse a las elecciones, nunca un proyecto ideol¨®gico en s¨ª mismo¡ª y es evidente que Yolanda D¨ªaz no ha resultado mejor l¨ªder pol¨ªtica que ministra. Con todo, tampoco parece casual que afines al partido de Ione Belarra lleven d¨ªas abriendo debates sobre el 15-M; Podemos da se?ales de que quiere volver a la palestra.
Sin embargo, el diagn¨®stico a la izquierda del PSOE sigue siendo tan err¨®neo como lo era hace una d¨¦cada: creen que esto va de nombres, los suyos, no de haber traicionado ideol¨®gicamente mucho de lo que una vez propugnaron ¡ª¡±lo personal es pol¨ªtico¡±, dec¨ªan¡ª. V¨¦ase la batalla que mantienen a cuenta de las denuncias a Errej¨®n, cuando en verdad nadie est¨¢ para dar lecciones. Podemos todav¨ªa no se ha retractado del fiasco punitivo de la ley del s¨ª es s¨ª, sino que siguen culpando a los jueces de las rebajas de penas que ya anticipaban muchos juristas. En Sumar-M¨¢s Madrid nadie asume responsabilidades efectivas sobre por qu¨¦ hasta ahora no se hab¨ªan tomado cartas respecto a su exportavoz. Pretenden que la gente se conforme con un ¡°perdonen la omisi¨®n¡± hasta que la justicia dirima el asunto.
As¨ª pues, la izquierda alternativa necesita nuevos referentes, savia nueva; el problema es que no pueden aparecer de un d¨ªa para otro por dos motivos. El primero es contextual: esos partidos ya han pasado por las instituciones ¡ªIglesias fue vicepresidente¡ª de modo que muchos ciudadanos de su generaci¨®n est¨¢n desazonados porque saben c¨®mo les arrincon¨® el PSOE en el Gobierno, y tambi¨¦n, tras haber comprobado que eso de asaltar los cielos es un maximalismo que luego acarrea frustraci¨®n. Es m¨¢s, el momentum de 2014 nada tiene que ver con el de 2024: la crisis de inflaci¨®n no se ha saldado con recortes como s¨ª ocurri¨® en los tiempos de austeridad, puesto que la Uni¨®n Europea aprendi¨® de los errores y ha preferido esta vez abrir el grifo del gasto. El segundo factor es de capital humano: tras el 15-M, se produjo la entrada en las instituciones de gran cantidad de referentes de las mareas de profesores, m¨¦dicos¡ descapitaliz¨¢ndolas. Por ejemplo, Ada Colau sali¨® de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) en Catalu?a, y deja ahora su cargo como concejal en Barcelona. La propia ministra M¨®nica Garc¨ªa particip¨® de las mareas blancas por la sanidad en Madrid.
En consecuencia, el debate hoy en la izquierda no puede pivotar sobre hacer un refrito de lo existente, de perfiles e ideas ya conocidos. Haber instaurado la sensaci¨®n de que nada existe m¨¢s all¨¢ de ellos, y sus fracasos, es tambi¨¦n parte del destrozo que dejan Sumar y Podemos. Igual muchos j¨®venes no son conscientes de que antes de los partidos hubo movimientos sociales, causas conjuntas o militancia de base. Si uno mira a los nuevos indignados por la vivienda, es m¨¢s probable que est¨¦ ah¨ª el capital que le falta a la nueva izquierda, y no ya en la amortizada generaci¨®n del 15-M.
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