No son el feminismo
Los ¡®posmoalternativos¡¯ nunca nos representaron y prueba de ello son todas las veces que el movimiento se?al¨® sus traiciones a la agenda por la igualdad
Se culpa ahora al feminismo del machismo de un pol¨ªtico de la ¡°nueva izquierda¡± como si la lucha por la igualdad solo estuviera en los partidos y fuera patrimonio exclusivo de los posmoalternativos. Pero fueron ellos quienes cometieron el grave error de ir a por lo que bautizaron como ¡°feminismo cl¨¢sico¡±. Porque dec¨ªan que era del PSOE cuando era y es de todas las espa?olas. Atacaron sin complejos a figuras destacadas y activistas y despreciaron a las bases. Primero tild¨¢ndolas de blancas privilegiadas colonizadoras (ser¨¢ que las que est¨¢n en la c¨²pula de estas organizaciones son unas pobres obreras negras, ser¨¢ que no tienen chachas limpiando en casa mientras ellas cambian el mundo). Luego nos intentaron colar el ox¨ªmoron del feminismo isl¨¢mico, como si la misoginia de Mahoma fuera mejor que la de la Curia Vaticana, como si a las moras nos encantara taparnos y convertirnos en trad wifes multicultis. Eso les daba una nota de color que disimulaba su racismo. Un racismo que llev¨® a una de sus m¨¢s destacadas figuras a contarme a m¨ª lo que significa ser mujer, inmigrante, musulmana y trabajadora de una f¨¢brica y a tildarme de reaccionaria por afirmar que quiero igualdad de derechos.
Luego nos vinieron con la regulaci¨®n de la prostituci¨®n. Ada Colau dio subvenciones tanto a islamistas como a entidades que daban cursos de prostituci¨®n. Pablo Iglesias elev¨® a los altares a una actriz porno. A ellos debemos la propagaci¨®n de la idea de que los ni?os pueden decidir sobre su sexualidad sin el amparo de los padres. Nos presentaron lo que antes se consideraban perversiones como pr¨¢cticas subversivas que desaf¨ªan el orden establecido. Nos contaron que no hab¨ªa nada m¨¢s revolucionario que maquillarte y ponerte falda y zapatos de tac¨®n. ¡°Feminismo es cuidar¡±, sentenci¨® Pablo Echenique. Incluso nos expulsaron del ¡°sujeto pol¨ªtico del feminismo¡±. No, nunca nos representaron y prueba de ello son todas las veces que el movimiento se?al¨® sus traiciones a la agenda por la igualdad. Tambi¨¦n intentaron convencernos de que no existen los sexos y no se sabe lo que es una mujer (Errej¨®n parece que lo tiene claro). Ten¨ªamos que aceptar ser tildadas de mujeres cis o progenitoras gestantes o menstruantes. Ninguno de ellos se defini¨® nunca por sus secreciones, ellos estaban por encima y dictaban lo que ten¨ªa que ser y c¨®mo ten¨ªa que ser el feminismo. Fue una apropiaci¨®n indebida, un intento de sustituci¨®n parasitaria. El feminismo est¨¢ donde siempre estuvo: en pie por la igualdad con la agenda en la mano.
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