Lecciones de la dana
La tragedia obliga a extremar la coordinaci¨®n entre las administraciones y a reforzar la confianza en los meteor¨®logos frente a los bulos
La gota fr¨ªa m¨¢s mort¨ªfera de este siglo en Espa?a ir¨¢ disip¨¢ndose poco a poco, pero lo que ha dejado a su paso, la tragedia en vidas, en bienes e incluso en la mente de los ciudadanos, perdurar¨¢ por muchos a?os. Los desgarradores testimonios de los vecinos de los pueblos afectados, las fotograf¨ªas y las im¨¢genes de televisi¨®n han dejado al pa¨ªs entero sobrecogido y en trance de asimilar todav¨ªa que en Espa?a se haya podido producir una cat¨¢strofe de esta magnitud, con m¨¢s de 200 muertos y decenas de desaparecidos. Cinco d¨ªas despu¨¦s a¨²n no sabemos la dimensi¨®n exacta de la tragedia en vidas humanas. La cifra de desaparecidos sigue siendo una inc¨®gnita no despejada a¨²n por la Generalitat valenciana.
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, anunci¨® ayer la mayor movilizaci¨®n de la historia de las fuerzas armadas espa?olas y de seguridad del Estado en tiempos de paz. 7.000 efectivos del Ej¨¦rcito, m¨¢s 10.000 polic¨ªas y guardias civiles se han puesto a disposici¨®n de las autoridades de la Comunidad para acelerar las labores de rescate y de limpieza. S¨¢nchez inst¨® adem¨¢s, a que el presidente valenciano, Carlos Maz¨®n ¡ªque, como m¨¢xima autoridad del Estado en la comunidad, tiene la competencia exclusiva en la gesti¨®n de la tragedia, igual que la ten¨ªa en la gesti¨®n de la alerta¡ª, pida a la Administraci¨®n central todo lo que necesite. Maz¨®n comparec¨ªa horas despu¨¦s sin renunciar al mando de la gesti¨®n de la crisis pero, cinco d¨ªas despu¨¦s, aceptaba gestionarla con la intervenci¨®n de hasta siete ministros. El jueves hab¨ªa solicitado 500 militares de refuerzo sobre los que ya hab¨ªa y ayer pidi¨® 5.000. El Ejecutivo respondi¨® en positivo a esas peticiones. La tarea que queda es ingente y solo la suma coordinada de los efectivos de todas las Administraciones puede hacerle frente.
S¨¢nchez insisti¨® ayer en que ahora hay que enfrentar la urgencia del momento y volvi¨® a emplazar para despu¨¦s el an¨¢lisis de los ¡°graves errores¡± cometidos, sin se?alar culpables. Ser¨¢, efectivamente, imperativo analizarlo porque lo ocurrido esta semana en Espa?a es tan serio que incluirlo como una pieza m¨¢s de la confrontaci¨®n partidista ¡ªcomo hizo el jueves el presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, se?alando sin pruebas a la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa¡ª es, adem¨¢s de un desaire a las v¨ªctimas y a todos los espa?oles, un peligro para extraer las lecciones que debemos sacar de esta hecatombe. Una actitud que, adem¨¢s, da p¨¢bulo a los extremistas reaccionarios que aprovechan la cat¨¢strofe para hacer populismo y atacar, no ya al Gobierno sino al Estado democr¨¢tico y a los cient¨ªficos, que son los primeros aliados de toda la sociedad para anticipar y enfrentar los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos e intentar que sus efectos sean lo menos devastadores posibles.
La Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa obr¨® de forma profesional y avis¨® p¨²blicamente, y horas antes de que ocurriese, de que el fen¨®meno meteorol¨®gico que se avecinaba podr¨ªa tener efectos muy graves. En situaciones de alerta roja como las de esta semana, la propia escala de la Aemet urge a actuar y remite a la ciudadan¨ªa a las autoridades competentes para recibir instrucciones claras sobre qu¨¦ hacer, independientemente de que despu¨¦s el fen¨®meno sea m¨¢s leve o monstruoso como en esta ocasi¨®n. Habr¨¢ que analizar pormenorizadamente, para evitar errores futuros, por qu¨¦ la alerta a toda la poblaci¨®n de la provincia de Valencia por parte de la Generalitat lleg¨® tan tarde.
Los poderes p¨²blicos, especialmente los que tienen responsabilidades de protecci¨®n civil, deben asumir la disrupci¨®n social derivada de una prevenci¨®n contundente ante las alertas de los expertos cient¨ªficos, sean meteorol¨®gicas o de salud p¨²blica. Es una lecci¨®n que tambi¨¦n se aprendi¨® en la pandemia de covid: el derecho a la vida y a la integridad f¨ªsica no es por casualidad el primero en nuestro ordenamiento constitucional. Las personas han de ser la prioridad. Tambi¨¦n para las empresas privadas y para los propios ciudadanos, que han de ser conscientes de que los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos est¨¢n siendo m¨¢s intensos y frecuentes debido al cambio clim¨¢tico.
Los efectos econ¨®micos de la dana son ya gigantescos. No solo porque las aseguradoras consideren que este va a ser el desastre natural m¨¢s costoso de la historia de Espa?a, sino tambi¨¦n porque a¨²n hay localidades sin acceso por carretera, la tercera ¨¢rea metropolitana del pa¨ªs est¨¢ sin red de metro y varias l¨ªneas f¨¦rreas han resultado da?adas, algunas gravemente. Tambi¨¦n la red de carreteras necesita reparaciones urgentes. Todo esto es un perjuicio: tanto ahora para las labores de asistencia como para la recuperaci¨®n econ¨®mica en un futuro.
Preparar las infraestructuras para el cambio clim¨¢tico ser¨¢ tambi¨¦n una prioridad que el desastre ha hecho m¨¢s evidente. Puentes, pasos inferiores, carreteras, autopistas y l¨ªneas f¨¦rreas deben ser revisados para comprobar su capacidad de resistencia a una clase superior de desastres naturales. Tambi¨¦n las viviendas construidas en zonas de avenidas de agua frecuentes, que en algunas ¨¢reas son la residencia de cientos de miles de personas. No deber¨ªa autorizarse ni una m¨¢s mientras se estudia c¨®mo afrontar el futuro de las que ya existe. Todo ello exigir¨¢ una labor colectiva a todos los niveles, millones de euros de inversi¨®n y, sobre todo, unidad para un esfuerzo de pa¨ªs que requiere de la colaboraci¨®n de todos. Frente a la naturaleza desatada, prevenci¨®n, prevenci¨®n y prevenci¨®n. No se acabar¨¢ con los fen¨®menos extremos, pero se conseguir¨¢ reducir sus consecuencias.