Trump y la amenaza populista
La vulnerabilidad de las democracias liberales tiene a la primera gran potencia en el centro de la vitrina
Francis Fukuyama, siempre preciso, agudo y directo, acaba de poner en blanco y negro ¨Den el Financial Times¨D algo muy claro y directo. Lo hizo al calificar, con aguda precisi¨®n, el triunfo electoral de Trump; y lo que se le viene a Estados Unidos y al mundo: una peligrosa amenaza populista y proteccionista, contra el otrora sacrosanto libre mercado.
En esa nota en Fukuyama apuntaba a que el statu quo estaba generando una ¡°nueva era en la pol¨ªtica estadounidense y quiz¨¢s para el mundo en su conjunto¡±. Lo medular, en esencia, apuntaba a la reacci¨®n de los sectores populares y de trabajadores contra las pol¨ªticas neoliberales.
A primera vista, una generalidad que, a primera vista, podr¨ªa parecer insuficiente y no sorprender. De hecho, desde hace tiempo Fukuyama viene apuntando a las tendencias antidemocr¨¢ticas y populistas en el mundo como las principales amenazas a la estabilidad pol¨ªtica y al orden democr¨¢tico. Muy cierto y muy s¨®lido. El hecho es que esta amenaza global puso el tema otra vez sobre el tapete, con un resultado electoral de ese tipo pisando tierra en un espacio nacional particularmente relevante como es los Estados Unidos.
La vulnerabilidad de las democracias liberales tiene pues, a la primera gran potencia, en el centro de la vitrina.
Y, en estos tiempos, la amenaza a las democracias liberales ya no se da por una real o imaginaria ¡°guerra fr¨ªa¡±. Si no, directamente, por la conducta de dirigentes con capacidad de liderazgo, capitalizando el descontento social y ciertas debilidades institucionales. Como Trump de ayer y de hoy, no surgi¨® de la nada.
No es novedad el accionar de Trump como una amenaza viva y constante a las reglas institucionales. Refiri¨¦ndose al deseo de Trump de saltarse las reglas institucionales ya Fukuyama hab¨ªa advertido el 2016 que Estados Unidos se encontraba en ¡°una de las crisis pol¨ªticas m¨¢s graves que he vivido en mi vida¡±. Y ten¨ªa en cuenta la primera victoria electoral presidencial de Trump (2016). Impresi¨®n que confirm¨® Fukuyama con esa derrota del 2020 que Trump se neg¨® a reconocer.
Pero, guste o no guste, el hecho es que la ciudadan¨ªa estadounidense vot¨® otra vez por Trump el 2024, ¡°con pleno conocimiento de qui¨¦n era Trump y lo que representaba¡±. Pese a lo cual ¨D?o gracias a eso?¨D gan¨®.
Crisis y populismo
El populismo, y los respaldos electorales y sociales que recibi¨® el ¡°trumpismo¡± del 5 de noviembre, surgen de retos y dificultades reales en las instituciones, su funcionamiento y su legitimidad. Es esa desconfianza -creciente- en la globalizaci¨®n y las instituciones tradicionales lo que alimenta y est¨¢ en la base de ese populismo. Consistente en el rechazo a las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, y el actuar de las instituciones p¨²blicas.
S¨®lo alguien preciso, agudo y directo como Fukuyama pod¨ªa ser tan claro afrontando y analizando a lo que ¨¦l califica como ¡°declive del liberalismo cl¨¢sico¡±. Si es declive o ca¨ªda libre es algo que el tiempo se encargar¨¢ de precisar. Asimismo, lo que esto puede significar para el mundo y las relaciones de poder en nuestro planeta. Pero que la m¨²sica que hoy marca el ritmo tiende a ser otra; de eso no cabe la menor duda.
?Cu¨¢l ser¨ªa el tel¨®n de fondo a que nos remite Fukuyama en su an¨¢lisis? Destacar¨ªa tres aspectos medulares en su an¨¢lisis.
Primero, que a partir de la d¨¦cada del 80, seg¨²n Fukuyama, la econom¨ªa de libre mercado gener¨® prosperidad. Segundo, esa prosperidad, sin embargo, fue sobre todo para los ricos, al tiempo que se fortalec¨ªan potencias industriales de fuera de occidente. Tercero: la izquierda pol¨ªtica, seg¨²n Fukuyama, sustituy¨® la preocupaci¨®n por la ¡°clase trabajadora¡± poniendo el ¨¦nfasis, m¨¢s bien, en un ¡°conjunto m¨¢s reducido de grupos marginados: minor¨ªas raciales, inmigrantes, minor¨ªas sexuales y similares¡±.
La crisis pol¨ªtica y el voto ¡°por un pecador¡±
En tercer lugar, que a lo anterior, se suman interrogantes importantes de dif¨ªcil respuesta. El Trump ¡°triunfador¡± no era un candidato republicano cualquiera. Carga sobre sus espaldas varias condenas judiciales recientes y sonoros cuestionamientos a sus cualidades ¨¦ticas.
Un jurado encontr¨® a Trump responsable de abuso sexual, por el caso de la columnista E. Jean Carroll. Ella lo acus¨® de agredirla sexualmente en 1996 en una tienda de lujo -Bergdorf Goodman de Manhattan-, hubo un proceso judicial y fue encontrado responsable nada menos que del delito de abuso sexual.
Ninguna de esas m¨¢culas ¡°pesaron¡± en su contra. Para Fukuyama el hecho que el pa¨ªs votara por ¨¦l una vez m¨¢s, ¡°con pleno conocimiento de qui¨¦n era Trump y lo que representaba¡±, demostraba que las ¡°mareas de la historia¡± estaban cambiando una vez m¨¢s.
En el art¨ªculo en el FT , Fukuyama suger¨ªa que el statu quo anterior estaba dando paso a una ¡°nueva era en la pol¨ªtica estadounidense y quiz¨¢s para el mundo en su conjunto¡±. Lo atribuy¨® en gran medida a la reacci¨®n de la clase trabajadora contra las pol¨ªticas neoliberales.
Impacto de ¡®larga duraci¨®n¡¯
El debilitamiento/erosi¨®n del liberalismo ya est¨¢ visiblemente impactando en los sentimientos populares y en los dos grandes partidos. Quienes antes estaban en un lado, pasan a otro sin que quede clara cu¨¢l es -o podr¨ªa ser- la consistencia en las opciones pol¨ªticas de la gente.
La dificultad de prever conductas y resultados, con ello, se ha acentuado. Por ejemplo, el voto de los trabajadores, que hist¨®ricamente favorec¨ªan a los dem¨®cratas. Los buenos resultados de Trump entre la clase trabajadora, incluidos los votantes varones no blancos, apuntan a la preferencia por el populismo econ¨®mico y a una clara toma de distancia del llamado ¡°progresismo¡± social.
Nos recuerda Fukuyama, por otro lado, que en los ¨²ltimos meses de la campa?a, tanto Kamala Harris como Joe Biden se distanciaron de cuestiones ¡°sensibles¡± lo de los derechos transg¨¦nero. Los dos partidos, tambi¨¦n, rechazan, cada vez con m¨¢s fuerza, las pol¨ªticas liberales de inmigraci¨®n abriendo tolerancia -y hasta apoyo- al cierre de fronteras y a las inhumanas -y costosas- deportaciones masivas.
A ello se podr¨ªa a?adir el proteccionismo aduanero, tan relevante en Trump que ahora amenaza con aranceles de m¨¢s de 60% a bienes que hayan pasado por puertos como el recientemente inaugurado mega puerto de Chancay en el Per¨², financiado principalmente por capitales chinos.
Mucho de lo que explica, pues, el resultado del 5 de noviembre parece haber llegado para quedarse. Se ha entrado, pues, en una fase de regresi¨®n de la historia, pero que tiene, parad¨®jicamente, un sustento electoral.
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