El mal del rey destronado

Es bueno ser rey. La frase se la hizo decir el c¨®mico Mel Brooks a un trasunto de monarca absoluto que, sabi¨¦ndose omnipotente, temido e impune, lo mismo le met¨ªa sin permiso el hocico en el canalillo a una s¨²bdita maciza que practicaba el tiro al pobre con los desharrapados del reino antes de que la plebe se rebelara y le cortara la cabeza en la guillotina. La pel¨ªcula, La loca historia del mundo, de 1981, se ha quedado trasnochada por previsible, chusca y rijosa. Pero el lema pervive, por certero, en monarqu¨ªas y rep¨²blicas. Realmente, es bueno ser rey o reina. De lo que sea. De la casa, de la fiesta, del trabajo, de la tele. Te ponen las mejores piezas a tiro para que te luzcas caz¨¢ndolas mientras los palmeros te cantan a coro lo guapo que eres y el tipo que tienes, sin que nadie se atreva a insinuarte que, bajo toda tu pompa y tu soberbia, se te ven las verg¨¹enzas.

S¨ª. Es fant¨¢stico ser el primero en lo tuyo. Por eso es tan dif¨ªcil asumir que alguien, de repente, se atreva y consiga moverte el trono. Que tus chistes ya no hagan gracia, o ya no tanta. Que los invitados m¨¢s codiciados ya no se mueran de ganas de que les recibas en tus salones cuando lo que quisieran es ir a otros que les resultan m¨¢s rentables o, simplemente, m¨¢s divertidos. Que ya no seas el puto amo. No. Esto no va, o no solo, de Pablo Motos ni de David Broncano. Va de la vieja y, s¨ª, a veces loca historia del mundo. Da igual lo bueno, lo imprescindible y lo poderoso que seas o te hayan hecho creer que eres. Siempre llega alguien m¨¢s fresco y m¨¢s interesante que supera la cresta de tu ola, y ese tsunami se puede surfear con cintura o a codazos que solo revelan tu miedo. Por cierto, Mel Brooks sigue vivo y en forma. Tiene 98 a?os y, en 2023, a los 97, escribi¨® y protagoniz¨® la segunda parte de la comedia de marras, reconvertida en miniserie de batalla en una plataforma. As¨ª es la vida, as¨ª que ojal¨¢ pare esta guerra rid¨ªcula y las sobreactuaciones de unos y otros como si lo suyo fuera la toma de no s¨¦ qu¨¦ Bastilla cat¨®dica. Hay sitio para todos en el reino de las chorradas.