Pena de banquillo
El ¡®caso SeriesYonkis¡¯ por fin ha terminado. Despu¨¦s de un oc¨¦ano de tiempo de 16 a?os, el Constitucional ha confirmado la absoluci¨®n de los acusados
Quiz¨¢ es porque no me interesa el f¨²tbol, pero acabo de descubrir qu¨¦ es la pena de banquillo: el castigo extra que el sistema judicial impone a los acusados por el hecho de juzgarlos a lo largo de un tiempo que suele ser excesivo, da?¨¢ndolos econ¨®mica, emocional y reputacionalmente. Es tentador usarlo para describir castigos eternos como el alargamiento de la vida laboral debido al retraso de la edad de jubilaci¨®n, pero en esta ocasi¨®n seremos literales. Aprend¨ª el t¨¦rmino leyendo la respuesta al recurso de amparo del caso SeriesYonkis, puede que el m¨¢s importante y largo de la historia de internet en Espa?a. Acaba de terminar despu¨¦s de 16 a?os, con el Tribunal Constitucional confirmando la absoluci¨®n de los acusados.
No es que lea autos ni sentencias antes de dormir, prefiero como todos el terror de Mariana Enr¨ªquez, pero se lo deb¨ªa a la Delia que durante tanto tiempo cubri¨® como periodista noticias sobre derechos de autor. Durante muchos a?os, la defensa de la pirater¨ªa fue sin¨®nimo de defensa de las libertades de internet, y vertebr¨® la cultura digital espa?ola. El fen¨®meno de las p¨¢ginas de enlaces fue el gran dolor de cabeza de los ministros de Cultura, cambi¨® leyes, enfang¨® la divisi¨®n entre el poder administrativo y judicial, y produjo un conflicto diplom¨¢tico entre EE UU y Espa?a. El proceso comenz¨® en 2008, cuando Warner Bros, Paramount, Universal y la sociedad de gesti¨®n de derechos Egeda reclamaron 550 millones de euros y cuatro a?os de c¨¢rcel a Alberto Garc¨ªa Sola y otros tres sucesivos propietarios de SeriesYonkis por enlazar a contenidos albergados, en esos tiempos, en MegaUpload y otros grandes dep¨®sitos de material infractor de copyright. El p2p (un protocolo que distribuye el contenido en peque?as piezas repartidas entre todos los ordenadores conectados a la red) es una idea tecnol¨®gicamente genial que a¨²n existe, mucho tiempo despu¨¦s del gran juicio estadounidense por Napster, el gran programa de descarga de m¨²sica ¡ªinternet no daba para m¨¢s¡ª cuyo juicio protagoniz¨® el cambio de siglo. Quedaban lustros a¨²n para que la t¨¦cnica permitiera un streaming de calidad y la industria proporcionara ofertas realistas. La pirater¨ªa no ha terminado. En la actualidad, el problema lo tiene m¨¢s bien el f¨²tbol con las IPTV. La historia del pirateo es tambi¨¦n la historia de la tecnolog¨ªa, la sociedad y el entretenimiento.
Volviendo a la pena de banquillo, el recurso redactado por los abogados Carlos S¨¢nchez Almeida y Susana L¨®pez Casas es pura literatura. ¡°Durante el tiempo que ha durado este procedimiento, Alberto Garc¨ªa Sola ha cursado estudios de posgrado, ha estado varios a?os impartiendo clases de inform¨¢tica en secundaria y ciclos formativos, se present¨® a las oposiciones del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n de la Administraci¨®n del Estado, accediendo a su puesto actual como funcionario (¡), se ha casado, ha tenido tres hijos, y a uno de ellos casi no lo pudo ver nacer porque lo hizo el mismo d¨ªa que su padre estaba sentado en el banquillo del Juzgado Penal 4 de Murcia¡±. Un ¡°oc¨¦ano inabarcable de tiempo es lo que lleva este caso en la cabeza del acusado, condenado sin sentencia a pensar a?os y a?os en la espada de Damocles que tiene encima¡±. En concreto, de los 24 a los 40 a?os.
A veces parece que solo la vida avanza. Los grandes problemas ¡ªde la pirater¨ªa a la lentitud del sistema judicial, de la avaricia al perseverante poder del dinero¡ª m¨¢s bien cambian de forma y se cronifican.
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