Pasmados ante el fantasma de la extrema derecha
Paola Ramos analiza por qu¨¦ tantos latinos se sienten atra¨ªdos por el trumpismo, un movimiento que los desprecia
Andamos algunos dem¨®cratas un poco obsesionados con el fantasma de la extrema derecha que o¨ªmos ulular por tantos pa¨ªses. Como en el cuento de Julio Cort¨¢zar, Casa tomada, hablamos de esa fuerza como una amenaza sin nombre, forma ni rostro que va apoder¨¢ndose de las habitaciones, elecci¨®n tras elecci¨®n. Pasmados, reaccionamos entre la soberbia y el catastrofismo, y se?alamos monstruos donde solo hay sombras caprichosas, y nos aliamos con males menores, y transigimos con pasotes d¨¦spotas de la izquierda que, en otras circunstancias, deplorar¨ªamos con virulencia.
Me reconozco en la caricatura que la bilis facha dibuja del progre cariacontecido que no sabe en qu¨¦ armarios viv¨ªan tantos racistas y energ¨²menos y por qu¨¦ se expresan ahora tan sin complejos. Me alucina, por ejemplo, que la inmigraci¨®n sea un problema en Espa?a, donde nunca lo ha sido y en cuyo paisaje no ha cambiado sustancialmente nada (salvo que ahora gritan los que antes callaban con verg¨¹enza) para que de pronto lo sea. Y mientras alucino y alucinamos, el fantasma r¨ªe y sigue tomando la casa.
Una de las pocas cosas que pueden sacarnos de la catatonia es poner cara y cuerpo a la fuerza que toma la casa, un ejercicio de ponerse en la piel ajena al que pocos est¨¢n dispuestos en estos tiempos de solipsismo hist¨¦rico. Es lo que ha hecho en Estados Unidos Paola Ramos, hija del celeb¨¦rrimo periodista de Univisi¨®n Jorge Ramos (celeb¨¦rrimo no en Espa?a, pero casi un h¨¦roe c¨ªvico entre los hispanohablantes norteamericanos), en un ensayo audaz y algo pol¨¦mico titulado Desertores: el auge de la extrema derecha latina y su repercusi¨®n en Estados Unidos.
Periodista como su padre ¡ªllev¨® la campa?a de prensa en espa?ol de Hillary Clinton¡ª, Ramos se adentra en el submundo del trumpismo para comprender por qu¨¦ tantos latinos se sienten atra¨ªdos por un movimiento que, en su esencia, los desprecia. Resume las causas en tres palabras: tribalismo, tradicionalismo y trauma. Tambi¨¦n podr¨ªa haberlas dejado en soledad e incomprensi¨®n. Como en tantos otros movimientos radicales, el fanatismo est¨¢ hecho de abandono, una emoci¨®n subjetiva que no siempre se justifica en los datos. Uno puede sentirse abandonado y a la intemperie sin que realmente lo est¨¦, pero cuando se convence de que lo est¨¢, nada puede hacerle cambiar de opini¨®n.
Necesitamos m¨¢s Paolas Ramos en Espa?a y en todos los pa¨ªses: gente dispuesta a sobreponerse a sus propios prejuicios, mirar a los ojos a los dem¨¢s, interesarse por sus vidas y preguntarles sin soberbia sus porqu¨¦s. Esto no detendr¨¢ su avance ni desactivar¨¢ nada, pero es un comienzo indispensable para dejar de vivir como rid¨ªculos personajes de Cort¨¢zar.
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