Francia, sin Gobierno
La ceguera de Macron sume al pa¨ªs en una crisis pol¨ªtica in¨¦dita cuando necesita medidas urgentes para estabilizar su econom¨ªa
Tan solo tres meses despu¨¦s de ser nombrado por el presidente Emmanuel Macron, el Gobierno de Michel Barnier ha ca¨ªdo este mi¨¦rcoles, como hab¨ªan anunciado sus opositores, por una moci¨®n de censura presentada en la Asamblea Nacional por la coalici¨®n de izquierdas y respaldada por la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. El Gobierno de Barnier, nombrado por Macron tras fracasar en las elecciones legislativas, se convierte as¨ª en el m¨¢s ef¨ªmero de la V Rep¨²blica y el primero en caer por una moci¨®n de censura desde 1962. Seguramente estaba condenado hace semanas sin remedio, y la votaci¨®n de ayer es el colof¨®n de la crisis pol¨ªtica en la que se encuentra sumida Francia desde la equivocada decisi¨®n de Macron de disolver el Parlamento el pasado junio.
Entre la marea de especulaci¨®n con los diversos escenarios posibles ¡ªun Gobierno t¨¦cnico, un primer ministro cercano a Macron o una figura de la izquierda¡ª, lo inmediato es que Francia termina el a?o con un Gobierno dimisionario, en funciones y sin presupuestos. Barnier tuvo que recurrir al decreto para aprobar unos presupuestos sin mayor¨ªa, que ahora decaen, algo totalmente in¨¦dito y en un momento muy delicado de las finanzas p¨²blicas. La Francia que ofrec¨ªa solvencia y credibilidad a los mercados a trav¨¦s de la estabilidad pol¨ªtica, apuntalada en un sistema presidencial s¨®lido y un Parlamento con mayor¨ªas estables, parece haberse derrumbado.
Barnier fracasa adem¨¢s tras someterse al chantaje de Le Pen, a quien ha otorgado una larga lista de concesiones, en vez de apoyarse en el Nuevo Frente Popular, la coalici¨®n de izquierdas que gan¨® las legislativas y en la que Macron se apoy¨® para frenar a la l¨ªder ultra. El verdadero responsable de la debacle es Macron, por ignorar el resultado de las urnas y nombrar a un primer ministro conservador proveniente de un partido minoritario y moribundo, pensando que as¨ª ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil aprobar medidas necesariamente impopulares que contemplan 60.000 millones de euros de ahorro ¡ªel 2% del PIB franc¨¦s¡ª para frenar un d¨¦ficit que en 2024 fue del 5,6%.
Macron no parece estar dispuesto a hacer autocr¨ªtica. La ceguera del presidente es injustificable a estas alturas, dada la crisis institucional en la que han derivado sus decisiones. Tambi¨¦n es peligrosa en un nivel sist¨¦mico para Francia por la dif¨ªcil ¡ªpor no decir imposible¡ª ecuaci¨®n presupuestaria a la que se tendr¨¢ que enfrentar el futuro Gobierno, sea del signo que sea. Como record¨® este mi¨¦rcoles el propio Barnier en su discurso en la Asamblea, la realidad de las finanzas p¨²blicas ¡°no desaparecer¨¢ por la magia de una moci¨®n de censura¡±.
Marine Le Pen, quien espera que esta situaci¨®n la acerque a la presidencia de Francia, comenz¨® esa carrera este mismo mi¨¦rcoles durante el debate, con un c¨ªnico discurso contra unos presupuestos austeros que ¡°toman como rehenes a los franceses m¨¢s vulnerables¡±, seg¨²n afirm¨® en la tribuna. En su t¨¢ctica pesa su situaci¨®n procesal. Amenazada de quedarse fuera de la carrera electoral de 2027 si es condenada en el proceso por desv¨ªo de fondos europeos de su formaci¨®n, la l¨ªder ultraderechista es consciente de que solo la dimisi¨®n del presidente y la convocatoria de unas elecciones anticipadas podr¨ªan salvarla, ya que el Parlamento no podr¨¢ ser disuelto antes del pr¨®ximo junio. Algo que tambi¨¦n pide el l¨ªder de La Francia Insumisa, Jean-Luc M¨¦lenchon, y a lo que se niega, por el momento rotundamente, Emmanuel Macron. Francia no tiene Gobierno y el presidente tiene en sus manos, otra vez, el destino del pa¨ªs.
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