Macron, tutelado por Le Pen
Si la moci¨®n de censura contra el Gobierno de Francia no prospera, ser¨¢ porque se ha evitado con alg¨²n acuerdo con la extrema derecha, dejando en evidencia la dependencia del presidente franc¨¦s del populismo ultra
Con el inesperado adelanto electoral del pasado julio, Macron esperaba una clarificaci¨®n del escenario pol¨ªtico franc¨¦s que reforzase su posici¨®n en la Asamblea Nacional. Los 247 diputados macronistas eran de largo la primera fuerza, pero no contaban con mayor¨ªa absoluta (289 diputados). Dando por sentado el cord¨®n sanitario a la extrema derecha, la aritm¨¦tica parlamentaria obligaba a la primera ministra, Elisabeth Borne, o bien a llegar a acuerdos con las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas (a su derecha, los 74 diputados de los Republicanos; a su izquierda, los 131 diputados de la coalici¨®n de izquierdas NUPES); o bien a recurrir a una singularidad del sistema parlamentario franc¨¦s: el art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n.
Acogi¨¦ndose a esta disposici¨®n, el Gobierno puede aprobar una ley sin mayor¨ªa parlamentaria, pero a cambio habilita a la oposici¨®n para que pueda presentar una moci¨®n de censura en las siguientes 48 horas. Si la moci¨®n de censura prospera, el Gobierno cesa y el proyecto de ley decae; pero si la moci¨®n de censura no prospera, el Gobierno no solo se mantiene, sino que la ley es aprobada. Es una apuesta de todo o nada.
Pues bien, en lugar de buscar acuerdos con otras fuerzas, Borne opt¨® por usar el rodillo del art¨ªculo 49.3 decenas de veces sabiendo que, al no existir una mayor¨ªa alternativa para hacer prosperar una moci¨®n de censura, el macronismo pod¨ªa permitirse aprobar leyes en minor¨ªa, una tras otra.
El adelanto electoral, lejos de fortalecer la mayor¨ªa presidencial, supuso un duro castigo a esta forma de gobernar. El partido de Macron perdi¨® 82 diputados y fue relegado a segunda fuerza. De entre todas las mayor¨ªas posibles para formar Gobierno, Macron se decant¨® por dejar fuera a la coalici¨®n de izquierdas ganadora de las elecciones ¨Del Nuevo Frente Popular, con 182 diputados¨D y encarg¨® la formaci¨®n de Gobierno a Michel Barnier, del partido conservador de Los Republicanos (con 60 diputados) en una aritm¨¦tica que solo era viable con el apoyo expl¨ªcito del macronismo y el acuerdo impl¨ªcito de la extrema derecha.
Y as¨ª se ha llegado a la primera votaci¨®n verdaderamente relevante del Gobierno Barnier, la que deber¨ªa aprobar los presupuestos para el ejercicio 2025, en un contexto de d¨¦ficit p¨²blico fuera de control (las previsiones apuntan a que estar¨¢ por encima del 6% del PIB a cierre de a?o, cuando el objetivo era reducirlo al 5,1% desde el 5,5% registrado en 2023) y con la primera de riesgo francesa en m¨¢ximos desde la crisis de la eurozona en 2012, por encima de la de Espa?a, Portugal e incluso Grecia.
Sin mayor¨ªa suficiente para sacar adelante los presupuestos, el macronismo se ha acogido nuevamente al art¨ªculo 49.3. Veremos si esta vez es suficiente, porque la disyuntiva es endiablada: dado que Macron no puede volver a convocar elecciones legislativas hasta pasado un a?o de las anteriores, si la moci¨®n de censura prosperase, Francia se quedar¨ªa sin presupuestos para el a?o que viene y Macron deber¨ªa volver a nombrar a un nuevo primer ministro, que a su vez deber¨ªa formar nuevo Gobierno. Y si la moci¨®n no prospera ser¨¢ porque la votaci¨®n ha sido salvada in extremis por alg¨²n acuerdo con la extrema derecha, dejando en evidencia que Macron es un presidente tutelado por Le Pen y echando definitivamente por tierra el frente republicano que impidi¨® la victoria de la extrema derecha en las elecciones presidenciales de 2017 y 2022.
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