Puigdemont renace en Madrid
Tras casi una d¨¦cada de est¨¦ril confrontaci¨®n independentista, Junts se est¨¢ redefiniendo como un partido nacionalista de derechas. De las agresivas derechas actuales
El martes, Carles Puigdemont fue entrevistado en TV3 a solicitud de Junts. Se trata de una prerrogativa del l¨ªder de la oposici¨®n, como cont¨® Marc Rovira, pero Puigdemont se ha negado a ejercer ese papel. La emisi¨®n se justificaba, seg¨²n su partido, por el inter¨¦s informativo: la valoraci¨®n de la petici¨®n para que el presidente S¨¢nchez se someta a una cuesti¨®n de confianza, la relaci¨®n de Junts con el Gobierno central. A los telespectadores la conversaci¨®n con el ¡°l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n¡± les interes¨® menos. De las que ha concedido a la televisi¨®n p¨²blica, esta ha obtenido la peor audiencia desde 2017 (12% de cuota de pantalla). Nada que sorprenda. En las elecciones generales de 2023, este espacio pol¨ªtico obtuvo el peor resultado de su historia (395.429 votos); en las auton¨®micas de 2024, con el l¨ªder de candidato, el segundo peor (681.470). La circunstancia es parad¨®jica. Junts, con cuotas de poder precarias, atraviesa una situaci¨®n cr¨ªtica que no se percibe como tal por el protagonismo que le otorga la aritm¨¦tica parlamentaria. La influencia de sus siete diputados es la palanca a trav¨¦s de la cual el movimiento que pivota en torno a Puigdemont se redefine y subsiste.
Cuando el president se refugi¨® en B¨¦lgica para huir de la justicia (la que evita que se le aplique la ley de amnist¨ªa, activismo pol¨ªtico del Tribunal Supremo de manual), tuvo el apoyo de empresarios y se cre¨® una infraestructura que deb¨ªa mantenerse a trav¨¦s de los inscritos en el fantasmal gobierno paralelo del Consell de la Rep¨²blica. Luego fue elegido eurodiputado. Ahora no lo es y el Consell se est¨¢ desintegrando por inoperante y por el uso fraudulento del presupuesto del eurodiputado Toni Com¨ªn. Las aportaciones tampoco no son las que fueron. Cuando en 2018 se le detuvo en Alemania se recaudaron m¨¢s de dos millones, explicaron Saura y Orovio en La Vanguardia; tras la aparici¨®n y fuga de este verano en Barcelona, solo 24.000. La v¨ªa b¨¢sica de ingresos es el grupo parlamentario de Madrid, constituido no por los votos sino gracias a la cesi¨®n de diputados socialistas. Adem¨¢s, como revelaban Orriols y Serra en Ara, el jueves se aprob¨® una modificaci¨®n de la ley org¨¢nica de r¨¦gimen electoral, camuflada en el proyecto de ley de medidas en materia de eficiencia de la justicia, en virtud de la cual Junts cobrar¨¢ 1.200.000 euros de una subvenci¨®n por las elecciones del 23-J gracias a ser grupo parlamentario.
A trav¨¦s de su influencia en Madrid, tras casi una d¨¦cada de est¨¦ril confrontaci¨®n independentista, Junts se est¨¢ redefiniendo como un partido nacionalista de derechas. De las agresivas derechas actuales m¨¢s que del viejo moderantismo convergente. No tiene alternativa. En la patronal se sabe que se puede contar con sus votos para retrasar la agenda progresista del Gobierno y una diputada de ERC les llam¨® por pasiva ¡°lacayos de Repsol¡± durante la negociaci¨®n para aprobar la reforma fiscal y mantener el gravamen a las energ¨¦ticas. A la vez la cuesti¨®n de la inmigraci¨®n va ganando centralidad en su discurso, como qued¨® claro por los minutos que Puigdemont le dedic¨® en la entrevista con Ariadna Oltra. Seg¨²n el acuerdo de investidura, en la clandestina mesa de Ginebra, el PSOE negocia con Junts la anticonstitucional cesi¨®n plena de competencias en esta materia. En la pr¨¢ctica, Puigdemont quiere otorgarse el m¨¦rito que sea la Generalitat quien gestione los permisos de residencia y que los Mossos d¡¯Esquadra sean quienes ejecuten la orden de expulsi¨®n de los irregulares de Catalu?a. En este tema, adem¨¢s de la preservaci¨®n de su mito, cree que est¨¢ la clave de la viabilidad de su espacio: dar con la f¨®rmula para taponar su consolidada fuga de votos hacia la xenofobia de Alian?a Catalana.
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