Eduard Sola y el orgullo sin acento abierto

Yo tambi¨¦n escrib¨ªa el apellido de Eduard Sola con acento abierto, como si fuera Sol¨¤, catal¨¢n de pura cepa. Antes de leer el fant¨¢stico perfil que firm¨® el periodista cultural ?lex Vicente en este diario, asum¨ª err¨®neamente que el guionista de moda, responsable en 2024 de la serie Querer y las pel¨ªculas Casa en flames y La virgen roja, era un catal¨¢n como los que vi protagonizar esa pel¨ªcula sobre una familia en ruinas en Cadaqu¨¦s. Cre¨ª que deb¨ªa ser de los que creci¨® con casa en la Costa Brava y que, como dice magistralmente uno de sus personajes de la pel¨ªcula (Toni, interpretado por Jos¨¦ P¨¦rez-Oca?a) era otro de esos pijos que tienen ¡°mucho patrimonio y luego ni un duro en el banco¡±. Qu¨¦ malos son los prejuicios.

Cuando descubr¨ª que Eduard Sola no era Sol¨¤ sino Sola, a secas, aprend¨ª que era un poco como yo: un charnego. Contaba el guionista en esa entrevista reveladora que su familia era ¡°todo lo contrario¡± a la de Casa en flames y que ¨¦l proven¨ªa de ¡°una clase culturalmente baja¡±. Que sus padres (un auxiliar de farmacia y una pastelera), hijos de migrantes andaluces, se criaron en el Vall¨¨s en uno de sus ¡°peque?os guetos, peque?as andaluc¨ªas¡± que hubo en Catalu?a. Aprend¨ª que Sola creci¨® como yo, sin casa en la playa, y que vivi¨® como yo, en otra peque?a andaluc¨ªa y peque?a castilla que fue Can Vidalet, mi barrio en el Baix Llobregat. Sus padres, nacidos aqu¨ª, le hablaron en catal¨¢n para ¡°facilitar el ascenso social y ser un agente cultural v¨¢lido¡±. Los m¨ªos no pudieron porque fueron primera generaci¨®n migrante pero, como a ¨¦l, me insistieron en que lo hablara y dominara para exactamente lo mismo. El s¨¢bado, emocionada con su discurso al recoger el Gaud¨ª al mejor guion en una gala que coron¨® a El 47, una pel¨ªcula sobre c¨®mo otra de esas peque?as andaluc¨ªas pele¨® por la dignidad para el barrio de Torre Bar¨®, sent¨ª que m¨¢s que vengar a la condici¨®n subalterna de la que provenimos, se cocinaba algo mucho mejor: el progreso.

Lo dej¨® claro el propio Sola en un discurso para enmarcar. En un necesario gui?o evolutivo al ¡°escribo para vengar a mi raza¡± que enton¨® Annie Ernaux al recoger su premio Nobel, dijo: ¡°Podr¨ªa entender este premio como una venganza¡± contra ¡°todos los que de una u otra forma han hecho sentir inferior a mis abuelos, a mis padres y a mis t¨ªos. Una venganza por todas estas miradas de superioridad que en tres generaciones hemos tenido que tragar a los que venimos de abajo de todo¡±. Sola reneg¨® del revanchismo in¨²til y dijo que lo suyo era ¡°un ¨¦xito colectivo¡± de la escuela p¨²blica y los servicios p¨²blicos. ¡°Si mi abuelo era analfabeto y yo me dedico a escribir, es porque algo ha pasado y eso se llama progreso¡±. Qu¨¦ maravilla los que hemos podido experimentarlo en una red p¨²blica, plural y rica en acentos.

Qu¨¦ curioso es el viaje al orgullo. La palabra ¡°charnego¡± ¡ªuna ¡°calamidad¡±, como bien escribi¨® Pau Luque¡ª ya no escuece a quienes somos acusados de serlo. S¨ª indigna a los que solo entienden un tipo de catalanidad, inmutable. Hablo de los ansiosos de borrar un legado de discriminaci¨®n como si no hubiese existido, como si pronunciar ¡°charnego¡± quitase puntos en un carnet de caridad con el resto, como si asumir que existen identidades distintas chocase con su ideal de ¨¦xito integrador: ¡°No sois charnegos, sois pobres como nosotros¡±, vinieron a adoctrinar algunos, escondiendo la pata de la xenofobia para sacar una que afecta a m¨¢s sin importar el origen, la del clasismo. Gente que no entiende que esto no es insulto contra ellos, que esto no va de integraci¨®n, sino de transformar la catalanidad a algo nuevo por explorar, algo mejor. Una identidad mutante de ¡°grandes historias catalanas¡± en la que no importe la inclinaci¨®n de tu acento.