Qu¨¦ pas¨® d¨®nde y cu¨¢ndo
Nuestra experiencia personal consiste casi por entero en formar memorias, no en memorizar cosas
Formar una memoria consiste en archivar qu¨¦ pas¨® d¨®nde y cu¨¢ndo. Si a?adi¨¦ramos c¨®mo y por qu¨¦ nos saldr¨ªan las cinco preguntas cl¨¢sicas del periodismo, las que idealmente debe responder un buen art¨ªculo. Pero c¨®mo y por qu¨¦ son dos cuestiones especialmente dif¨ªciles de abordar, tanto en periodismo como en neurolog¨ªa, as¨ª que vamos a conformarnos de momento con examinar las tres primeras, que tampoco resultan nada f¨¢ciles, si te paras a pensarlo.
El concepto de memoria resulta antip¨¢tico porque solemos asociarlo a cosas horribles como grabar en nuestra fatigada mente la lista de los reyes godos, los r¨ªos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica o el cat¨¢logo de art¨ªculos del C¨®digo Penal, pero las cuestiones realmente interesantes no tienen nada que ver con eso. Nuestra experiencia personal consiste casi por entero en formar memorias. No en memorizar cosas, sino en formar memorias de manera inconsciente, desde las m¨¢s ramplonas ¡ªc¨®mo volver a casa¡ª hasta las m¨¢s incorp¨®reas, como la diferencia entre la lealtad y la servidumbre, o la profunda unidad entre el espacio y el tiempo. Aprender a montar en bici o a tocar el piano implican tambi¨¦n formar memorias, pero de un tipo muy distinto que consiste en automatizar secuencias de movimientos y que no nos interesa ahora. Aqu¨ª hablamos de ¡°memorias epis¨®dicas¡±, que se refieren justo a lo que dice el t¨ªtulo: qu¨¦ pas¨® d¨®nde y cu¨¢ndo.
Seguro que sabes que el cerebro muestra una regionalizaci¨®n chocante, y la formaci¨®n de memorias epis¨®dicas no escapa a esa norma general: ocurre un poco por encima de tus orejas (l¨®bulo medial temporal en la jerga, o MTL en sus siglas universales). Esto es en s¨ª mismo una paradoja, porque lo que memorizamos son percepciones sobre el mundo que no est¨¢n ah¨ª en absoluto. Lo que est¨¢ pasando, d¨®nde y cu¨¢ndo nos entra por los sentidos y se procesa en las ¨¢reas sensoriales del cerebro. Por ejemplo, la informaci¨®n visual se gestiona en la parte posterior del c¨®rtex, la zona del cerebro m¨¢s cercana a la nuca. Lo que pasa es que no se memoriza ah¨ª, sino en el ya mencionado MTL, por encima de las orejas.
Entonces, ?c¨®mo viaja esa informaci¨®n desde la nuca donde se percibe hasta el MTL donde se graba? ?Y qu¨¦ es lo que viaja exactamente? No viaja todo lo percibido, desde luego, porque eso es una jungla inmanejable y mayormente in¨²til. Y peor a¨²n, cuando recuperamos una memoria del MTL, es decir, cuando recordamos algo, ?c¨®mo el concepto grabado en el MTL viaja de vuelta a la nuca para excitar los circuitos del color y de la forma, de la luz y el movimiento, que se activaron anta?o durante la experiencia real y que ahora deben reactivarse sin que ocurra nada en el mundo exterior? No son preguntas filos¨®ficas, sino neurol¨®gicas. Si nos parecen filos¨®ficas es solo porque no conocemos a¨²n las respuestas (vale, esa iba con mala leche, pero nunca te cabrees en s¨¢bado).
Para averiguar qu¨¦, d¨®nde y cu¨¢ndo, un periodista debe a menudo dirigirse a tres sitios distintos, o a tres fuentes distintas. En el cerebro, sin embargo, las tres respuestas se encuentran en el mismo sitio, un poco por encima de las orejas. Hay neuronas all¨ª que codifican el d¨®nde, y hay otras que codifican el cu¨¢ndo, y otras que codifican la relaci¨®n entre el d¨®nde y el cu¨¢ndo. Como si estuvieran dando la raz¨®n a Einstein, todas estas neuronas funcionan igual, como sabiendo que el tiempo es la cuarta dimensi¨®n del espacio.
Y m¨¢s chocante a¨²n es la codificaci¨®n neuronal del qu¨¦. Hay neuronas en el MTL que representan conceptos sem¨¢nticos. Una neurona famosa en el mundillo es la ¡°c¨¦lula Jennifer Aniston¡±, que se dispara cuando ves la cara de esa actriz, ya sea de frente, de perfil, de medio escorzo o incluso cuando oyes su nombre. Piensa sobre ello.
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