El coste de la IA ¡®low cost¡¯ de China

El pasado lunes, 27 de enero, quedar¨¢ fijado como un punto de inflexi¨®n en la historia de la carrera tecnol¨®gica por el dominio de la inteligencia artificial que obliga a replantearse mucho de lo que la industria y los gobiernos han dado por supuesto en los ¨²ltimos a?os. La aparici¨®n de la ¨²ltima versi¨®n de DeepSeek, un modelo de IA disponible gratis en internet y desarrollado en China, sacudi¨® de golpe los mercados y dej¨® en evidencia la valoraci¨®n estratosf¨¦rica de algunas compa?¨ªas tecnol¨®gicas norteamericanas. DeepSeek ofrece al usuario b¨¢sicamente lo mismo que ChatGPT, de la norteamericana OpenAI, pero ha sido construido por un coste m¨ªnimo en comparaci¨®n. No se trata solo de la competencia de un producto bueno y barato. Occidente se enfrenta a una potencial invasi¨®n global de una herramienta que cuestiona la senda de negocio hasta ahora establecida y que aspira a disponer de datos mundiales con una capacidad in¨¦dita para utilizarlos.

El shock se produce menos de una semana despu¨¦s de que el presidente de EE UU, Donald Trump, anunciara la llamada alianza Startgate que supondr¨ªa una inversi¨®n de 500.000 millones de d¨®lares en IA, una cantidad similar a la que Nvidia perdi¨® en Bolsa el pasado lunes. La aparici¨®n de DeepSeek cuestiona la necesidad de gastos tan millonarios al afirmar que su plataforma se ha desarrollado con seis millones de d¨®lares. Se ha entrenado en dos meses con un equipamiento m¨ªnimo. M¨¢s importante a¨²n, la IA china requiere de mucha menos electricidad para funcionar que los modelos norteamericanos, lo que cuestiona las enormes inversiones en fuentes de energ¨ªa que reclama la industria.

El ¨®rdago no es solo econ¨®mico. DeepSeek es de c¨®digo abierto, lo que supone que su programaci¨®n es accesible a cualquiera para usarlo, corregirlo o mejorarlo. Esta decisi¨®n asegura transparencia y facilita que el programa sea mejorado por un ej¨¦rcito multitudinario de programadores en todo el mundo a coste cero, lo que deja tambi¨¦n en el aire la viabilidad del modelo de pago por suscripci¨®n premium implantado por las tecnol¨®gicas de EE UU.

Con una herramienta buena, barata y de acceso libre y gratuito, China ha sacudido el mercado tecnol¨®gico y cuestionado sus cimientos financieros. A cambio busca datos, el alimento de la inteligencia artificial. Millones de usuarios se han lanzado a d¨¢rselos de forma gratuita al comenzar a usarlo. Las plataformas occidentales tambi¨¦n absorben datos, pero con cierta regulaci¨®n. Las dudas est¨¢n ah¨ª: los servidores de DeepSeek est¨¢n en China, donde la pol¨ªtica de protecci¨®n de la privacidad es insignificante.

La IA va a revolucionar la econom¨ªa occidental y tendr¨¢ un papel clave en la lucha por la hegemon¨ªa geoecon¨®mica global entre Estados Unidos y China, con la UE de momento casi completamente desaparecida por ese flanco. DeepSeek supone de primeras una democratizaci¨®n inesperada del acceso a un desarrollo disruptivo. Pero junto con su capacidad transformadora, la IA tiene tambi¨¦n un enorme potencial de causar da?os. Las reglas con las que va a operar son una de las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Ese debate se aceler¨® el lunes hasta convertirse en urgente.