Energ¨ªa de un canto rodado
La vida es un oleaje que arrastra ¨¦xitos y fracasos, amores perdidos o saciados y otros materiales de derribo
![Baile en el Centro Municipal de Mayores Juan Mu?oz de Legan¨¦s.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WTOXVF4YYBAYNJ6JXH2TAGTDQI.jpg?auth=5c328ddc31d52988eff7f65cd881fa4770b8d3a7a96572e4c6472d84ac53b725&width=414)
Paseando una ma?ana por la playa, sin saber qu¨¦ hacer ni qu¨¦ pensar, vi que entre la arena hab¨ªa muchos cantos rodados. Los hab¨ªa de granito que eran blancos, con alguna veta azul; otros eran de basalto, muy oscuros. Solo por entretenerme escog¨ª uno al azar y comenc¨¦ a sobarlo de forma que su textura tan suave me extrajo de las yemas de los dedos un extra?o placer al que no sab¨ªa dar nombre. Hace un mill¨®n de a?os ese canto rodado ser¨ªa una peque?a roca informe, llena de aristas, vomitada desde el fondo de la tierra por alg¨²n volc¨¢n y ha sido el mar con el oleaje y la resaca, pasando sobre ella infinitas veces, el que la ha bru?ido y cargado de una rara energ¨ªa, que ahora desde la mano me sub¨ªa por el brazo hasta un punto indeterminado del cerebro. Tal vez ese canto rodado hab¨ªa estado esperando a que yo lo eligiera desde que en el planeta hab¨ªa dinosaurios alados y los primates no hab¨ªan bajado todav¨ªa de los ¨¢rboles. Por encima de este canto rodado hab¨ªan pasado todos los vientos de la historia. Pens¨¦ si ser¨ªa posible convertir el tacto de este canto rodado en una conquista del esp¨ªritu. Sin duda la vida es un oleaje que arrastra ¨¦xitos y fracasos, sue?os incumplidos, amores perdidos o saciados y otros materiales de derribo. En una terraza de la playa, un autob¨²s hab¨ªa desembarcado una excursi¨®n de viejos jubilados. Estaban tomando el sol con los ojos cerrados. Imagin¨¦ que sobre ellos hab¨ªa pasado la vida hasta convertirlos en cantos rodados como el que yo llevaba en la mano, que despu¨¦s de acariciarlo por ¨²ltima vez como a un ser vivo que conten¨ªa toda la historia de la humanidad, hice con ¨¦l lo que me gustaba hacer de chaval. ¡°A ver si hay suerte y se produce un milagro¡±, me dije. Lo lanc¨¦ al mar de forma que dio dos o tres saltos a flor de agua antes de desaparecer en el fondo y en ese momento en la terraza de la playa comenz¨® a sonar el bolero Reloj no marques las horas y todos los cantos rodados bien agarrados para no hundirse comenzaron a bailar.
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