El bicho (las cosas por su nombre)
Es importante ponerse en guardia siempre que los grandes poderes empiezan a usar eufemismos
Mi padre me ense?¨® a ponerme en guardia frente al uso eufem¨ªstico de las palabras cuando el banco en el que trabajaba se fusion¨® con otras tres entidades, pas¨® de ser ¡°El Central¡± a darse a conocer con un amasijo de iniciales y los jefes acu?aron los consecuentes despidos masivos como ¡°ajustes de plantilla¡±. Aquel uso del idioma se parec¨ªa mucho a lo que Orwell hab¨ªa llamado en 1984 la neolengua ¡ªun c¨®digo deliberadamente ambiguo que permite disminuir el alcance del pensamiento¡ª y, sin embargo, nada pudo impedir que los empleados que consiguieron sobrevivir a la masacre laboral a...
Mi padre me ense?¨® a ponerme en guardia frente al uso eufem¨ªstico de las palabras cuando el banco en el que trabajaba se fusion¨® con otras tres entidades, pas¨® de ser ¡°El Central¡± a darse a conocer con un amasijo de iniciales y los jefes acu?aron los consecuentes despidos masivos como ¡°ajustes de plantilla¡±. Aquel uso del idioma se parec¨ªa mucho a lo que Orwell hab¨ªa llamado en 1984 la neolengua ¡ªun c¨®digo deliberadamente ambiguo que permite disminuir el alcance del pensamiento¡ª y, sin embargo, nada pudo impedir que los empleados que consiguieron sobrevivir a la masacre laboral acabaran llamando a la empresa para la que trabajaban ¡°el bischo¡±, en sentido homenaje al acr¨®nimo BSCH. La siempre fascinante pensadora Naomi Klein explica en Doppleganger que en la era de la posverdad, la t¨¦cnica que los malintencionados usan para generar confusi¨®n es diferente: repiten conceptos de enorme profundidad sem¨¢ntica hasta la saciedad para vaciarlos. Y as¨ª los dejan listos para reapropi¨¢rselos. A esto, citando a Philip Roth, lo llama ¡°pipikismo¡± y es lo que ha pasado en Madrid con la palabra ¡°libertad¡±. Lo ha logrado con su lengua de dos filos una se?ora de cuyo nombre no voy a acordarme, porque lo que no se nombra no existe. Y esto lo sabe muy bien su referente, quien acaba de ordenar que no se le concedan becas federales a papers de investigaci¨®n que contengan las palabras segregaci¨®n, trauma, v¨ªctima, minor¨ªa, desigualdad, exclusi¨®n, g¨¦nero o femenino. En los ¨²ltimos d¨ªas, analistas de prestigio nos dicen que para entender a Donald Trump no debemos escuchar todas sus palabras (por ejemplo esas en las que llama ¡°Riviera de Oriente Pr¨®ximo¡± a parte de Palestina) puesto que es una estrategia de confusi¨®n; muchos de esos analistas le consideran un ¡°genio¡± aunque todo indique que es simplemente un bicho. Disculpen el lenguaje, pero ya lo dijo Rosa Luxemburgo: el primer acto de resistencia es llamar a las cosas por su nombre.