La madre valiente de un hombre valiente

A veces el pasado llega de sopet¨®n, sin avisar, y te deja con los pies colgando, da igual donde est¨¦s, dando un paseo o a punto de terminar el texto que iba a colocar aqu¨ª y que acabo de borrar. El tuit dice as¨ª:

¡ªHa muerto Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua.

El tuit se convierte en una trampilla que me conduce al s¨®tano de la Casa del Pueblo del Partido Socialista de Euskadi (PSE) en Andoain, a 16 kil¨®metros de San Sebasti¨¢n. Estamos a principios de julio de 2003, y he quedado all¨ª con Estanis Amustxastegi, uno de los concejales socialistas del pueblo, gente brava, valiente, trabajadora, acostumbrada a levantarse de madrugada porque su coche o su balc¨®n han sido atacados o est¨¢n ardiendo; gente acostumbrada a ir a los entierros de sus compa?eros asesinados por la banda terrorista ETA, conscientes ¡ªy por eso doblemente valientes¡ª de que un d¨ªa el ata¨²d puede llevar su nombre. Hemos quedado all¨ª para hablar de Joseba.

Joseba ten¨ªa 44 a?os, estaba casado, era padre de dos hijos y jefe de la polic¨ªa local de Andoain, aunque de baja laboral por culpa del acoso sistem¨¢tico al que lo ten¨ªa sometido el entorno de ETA. Un ejemplo de aquel acoso se produjo la tarde del 8 de agosto de 2002, a eso de las ocho y media. Unos 30 o 40 simpatizantes de Batasuna se acercaron a la sede socialista armados con escobas y cubos de pegamento para empapelar el local con unos carteles en los que se le¨ªa ¡°precintado¡±.

En el interior se encontraban el concejal del PSE, sus dos escoltas y Pagazaurtundua. ¡°O¨ªmos ruido y salimos enseguida¡±, me cont¨® aquel d¨ªa Amustxastegi, ¡°empezaron a insultarnos. Lo de siempre: ¡®asesinos¡¯, ¡®fascistas¡¯, ¡®hijos de puta¡¯, ¡®espa?oles¡¯. Mis escoltas no pod¨ªan ayudarnos porque su cometido no era meterse en trifulcas, as¨ª que solo ¨¦ramos dos contra tantos, pero ni Joseba ni yo nos quer¨ªamos ir. Quiz¨¢ esto no se entienda fuera de aqu¨ª, pero la Casa del Pueblo es nuestro ¨²nico espacio de libertad. Aquella tarde le pegaron fuerte a Joseba, y uno de ellos, antes de marcharse, le dijo alto y claro: ¡®?Ya te pillaremos!¡±. Unos meses m¨¢s tarde, el 8 de febrero de 2003, un pistolero de ETA entr¨® en el bar de Andoain donde desayunaba Joseba y le descerraj¨® tres tiros.

En aquel s¨®tano, Joseba pas¨® muchas horas. A veces, abr¨ªa una libreta de hojas cuadriculadas y le escrib¨ªa a su madre cartas que nunca le lleg¨® a enviar: ¡°El alma se me escapa cuando veo un nuevo asesinato. Ay, madre, qu¨¦ miedo tengo, he de salir a la calle, afuera esperan ellos. Ay, madre, me han de matar, y no puedo evitarlo. Que mi grito de libertad lo acojan los ciudadanos¡±.

La Fundaci¨®n Fernando Buesa ¡ªotro socialista asesinado por ETA¡ª public¨® este martes un tuit que incluye una entrevista a Pilar Ruiz en la que habla del asesinato de su hijo: ¡°Estuve casi un mes sin poder llorar. No me sal¨ªan las l¨¢grimas. Me dec¨ªan ¡®qu¨¦ tranquila est¨¢s¡¯, y yo les dec¨ªa ¡®si supierais c¨®mo estoy¡¯. Llor¨¦ cuando en un peri¨®dico le¨ª un poema que me dedicaba Joseba y que terminaba diciendo que su grito de libertad llegara al mundo. Y me jur¨¦ que el grito de mi hijo iba a llegar al mundo¡±. En una carta que le escribi¨® al ex lehendakari Patxi L¨®pez para quejarse por los contactos entre el PSOE y ETA, Pilar resum¨ªa su vida: ¡°Fui una refugiada de guerra miserablemente pobre, crec¨ª como la hija de un rojo represaliado, no pude votar hasta los cuarenta y cuatro a?os. Y despu¨¦s vino el calvario de nueve a?os de ver sufrir a mi hijo, que ve¨ªa llegar su propio asesinato¡±.

Ha muerto la madre valiente de un hombre valiente. Ella y ¨¦l formaron parte de aquella generaci¨®n de socialistas vascos que se convirtieron en los h¨¦roes de la libertad, aunque nunca se les haya reconocido como es debido, ni por los suyos ni por los dem¨¢s. Las luces encendidas de las Casas del Pueblo, tantas veces incendiadas, fueron durante a?os el ¨²nico contrapunto al paisaje ultranacionalista que la mafia etarra quer¨ªa imponer. Es justo recordarlo.