Me sigue dando cosa
Los lectores escriben sobre la inseguridad que muchas mujeres sienten en la calle, el Estado de bienestar, la dificultad de encontrar un empleo y la conciliaci¨®n laboral

Tengo unos 27 a?os. Hoy he cambiado el itinerario habitual de vuelta a casa despu¨¦s del trabajo por hacer la vuelta menos mon¨®tona. Es una zona muy poco transitada. De pronto, un hombre con un pasamonta?as me asalta, las manos en los bolsillos, me exige que le d¨¦ todo el dinero. Se lo doy y echo a correr. Cuando creo que est¨¢ muy lejos, me paro para comprobar que no me ha seguido. Noto muy fr¨ªos mis vaqueros, me he orinado encima. ¡°Pero ?por qu¨¦ te metiste por ah¨ª?¡±, me preguntan mis allegados. Me siento responsable y culpable de lo ocurrido. Tengo 48 a?os. Paseo por un camino muy pr¨®ximo a mi casa. ¡°Hija, ?no te da cosa ir t¨² sola por aqu¨ª?¡±, es el comentario bienintencionado de un vecino que pasea cada d¨ªa por all¨ª con su perro. ¡°?Qu¨¦ me va a pasar?¡±, le digo (voy acompa?ada de mi perra, pienso; me siento est¨²pida). S¨ª, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s, me sigue dando cosa.
Cristina L¨®pez Fern¨¢ndez. Salamanca
Estado de bienestar
?Por qu¨¦ parece que hemos reducido nuestro Estado de bienestar a la educaci¨®n y la sanidad? ?Por qu¨¦ ha dejado de ser visto ese otro pilar importante como son los servicios sociales, que hacen la sociedad m¨¢s igualitaria y digna, y que ayudan a recomponer fracturas y desigualdades sociales? ?Por qu¨¦ lo social no llena tiempo de tertulias, ni discursos ni opini¨®n p¨²blica o grandes conversaciones, cuando contiene todo un mundo de precariedad? Creo que este olvido plantea una amenaza seria para una democracia sana, lo que hace un flaco servicio a la sociedad del bienestar y nos lleva a perpetuar desigualdades, a construir un imaginario de prejuicios, y al final y lo peor, a la negaci¨®n y al olvido de los m¨¢s vulnerables.
Javier Gallego Llorente. Hospitalet de Llobregat (Barcelona)
Dos m¨¢steres, un MBA y desempleada
Tengo 31 a?os, m¨¢s de ocho a?os de experiencia en mi gremio, dos m¨¢steres, un MBA, tres idiomas, resolutiva, responsable, creativa y desempleada. En menos de 30 minutos, mi paso por el que era mi trabajo de dos a?os termin¨® con un ¡°estamos muy agradecidos por tu dedicaci¨®n, esfuerzo y actitud, pero buscamos un perfil distinto¡±. En un mes he hecho dos entrevistas y mi mejor perspectiva ahora es volver a casa de mis padres y me planteo seriamente opositar para tener un trabajo que me ofrezca estabilidad, aunque no me apasione. Aun as¨ª, la moraleja es: al menos tengo un sitio al que volver. Esta es la realidad de la sociedad espa?ola.
Adoraci¨®n Ba?o. Barcelona
Valorar la infancia
Que tu hijo te necesite un d¨ªa laborable es un problema, pero que te necesite dos la misma semana, directamente no puede ser. Parece una realidad dist¨®pica y, sin embargo, es la realidad de una sociedad desarrollada. Sentir culpa, ansiedad, o dolor de tripa por desatender ¡°tus obligaciones¡± para tener que cuidar est¨¢ normalizado. Son secuelas de una sociedad profundamente desconectada que no valora ni los cuidados ni a la infancia y que, a la vez, carga contra las personas ¡°rotas¡± sin la m¨ªnima empat¨ªa¡ Sin crianza, no hay vida, ni humanidad; aun as¨ª, lo importante es que la rueda no pare.
Lorena Garc¨ªa Izquierdo. Valencia
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