Gloria y chapuza en el plan europeo de rearme
La cifra de una inversi¨®n adicional por 800.000 millones de euros en defensa ser¨¢ el eficaz s¨ªmbolo de que los europeos reaterrizamos en el realismo, pero llega tras una improvisaci¨®n
La irrupci¨®n de Europa en el terremoto geopol¨ªtico causado por el trumpismo est¨¢ siendo gloriosa. Pues es m¨²ltiple, por tierra, mar y aire. Anotemos la contundencia cort¨¦s de la UE y aliados en sus cumbres; su apoyo pol¨ªtico, financiero y armado a la resistencia ucrania; el esbozo de un programa defensivo com¨²n y de rearme militar en la UE; la apuesta del pr¨®ximo canciller alem¨¢n por esa inversi¨®n y en infraestructuras, aguando el freno constitucional a su deuda. Todo eso es la irrupci¨®n.
Es gloriosa porque contrar¨ªa la traici¨®n de Donald Trump al mundo libre. Y es certera. La prueba: el alza de las bolsas europeas tras el cambio de paradigma ¨Dde la austeridad a la inversi¨®n¡ª del PP alem¨¢n (admiraci¨®n y envidia de espa?oles). Y la erosi¨®n de las estadounidenses, harto ?el mercado! por los vaivenes suicidas del number one.
Y porque suscita al Kremlin un desmadejado ataque a los europeos como ¡°enemigos¡± fingiendo que ellos le calificaron as¨ª. Y un bombardeo m¨¢s atroz en Ucrania, abuso oportunista del cambio de bando de su nuevo amiguete. Error de c¨¢lculo. Piensa a sus vecinos como degenerados pacifistas ahora hu¨¦rfanos, igual que imagin¨® una invasi¨®n de Ucrania triunfante en tres semanas: y ya Trump le amenaza (un poquito).
Esos solo son algunos indicios de una s¨²bita recomposici¨®n del mapa geopol¨ªtico. Y de la potencia inmensa (e infrautilizada) de Europa: econ¨®mica, comercial, de alianzas, en ayuda humanitaria y al desarrollo, en poblaci¨®n, en tecnolog¨ªa media y alta, en bandera de bienestar y derechos.
Una Europa cuyo gasto militar iguala al ruso: aunque con agujeros tecnol¨®gicos (ciberespionaje; misiles). As¨ª que la cifra de una inversi¨®n adicional por 800.000 millones de euros en armas, por un cuatrienio, ser¨¢ el eficaz s¨ªmbolo de que los europeos reaterrizamos en el realismo y nos comprometemos a nuestra propia defensa. Pero llega tras una improvisaci¨®n chapucera.
La cuant¨ªa se establece a voleo. Nadie calcul¨® si bastar¨ªa con la mitad o convendr¨ªa el doble, y ser¨ªa lerdo fiarse solo a los profesionales implicados (militares) para fijarla, los interesados siempre piden m¨¢s. Del total, 500.000 colgar¨ªan de los presupuestos nacionales (libres del Pacto de Estabilidad): pero los ciudadanos se rebelar¨¢n si es a costa de recortar hospitales, escuelas, el Estado del bienestar.
Adem¨¢s, ese no es gasto europeo: sin control estricto de la Uni¨®n persistir¨¢n las duplicidades de tanques, aviones, proyectiles incompatibles entre s¨ª. Nada como un Next Generation proyectado desde el conjunto y ejecutado localmente.
Y del resto propiamente europeo poco se sabe. Ni siquiera si habr¨¢ una fuerte condici¨®n de made in Europe: comprar aviones F-35 ser¨ªa de locos, el Pent¨¢gono aborta su despegue si le molesta su objetivo. ?Y los sat¨¦lites Starlink del Elon Musk? Peor. Para ser europeos, de ninguna manera dilapidar inversiones gratis al pozo del c¨®mplice del invasor.
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