La revoluci¨®n de la comida empieza en las islas del Pac¨ªfico
Durante 24 horas, expertos en comida de todo el mundo discutieron sobre c¨®mo transformar los sistemas alimentarios en la pr¨®xima d¨¦cada
Durante 24 horas, en el d¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n, expertos en comida, desde famosos chefs hasta ind¨ªgenas y agricultores de todo el mundo, se reunieron en una conversaci¨®n global desde Fiji para analizar c¨®mo se podr¨ªan transformar los sistemas alimentarios en los pr¨®ximos 10 a?os. ¡°Tenemos que darnos cuenta de que nuestros h¨¢bitos alimenticios est¨¢n en mal estado¡±, empez¨® diciendo la doctora Agnes Kalibata en el discurso de inauguraci¨®n del acto.
Este evento virtual ha sido la antesala de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU, que se llevar¨¢ a cabo el pr¨®ximo a?o, y est¨¢ buscando nuevas estrategias para lograr avances en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cada uno de los cuales se basa en sistemas alimentarios m¨¢s saludables, sostenibles y equitativos. ¡°El pr¨®ximo a?o ser¨¢ un punto de inflexi¨®n en el camino del mundo hacia el logro de los ODS. Al acelerar nuestras soluciones m¨¢s ambiciosas, la Cumbre nos acercar¨¢ a hacer realidad la visi¨®n de un futuro equitativo y saludable que respete nuestros l¨ªmites planetarios¡±, afirm¨® Kalibata.
Desde el a?o 1979, cada 16 de octubre se conmemora el D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n. Esta celebraci¨®n, promovida por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), tiene el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo, prop¨®sito que tambi¨¦n busca la Agenda 2030 que incluye la meta de acabar con la malnutrici¨®n en todas sus formas.
En esta ocasi¨®n, el invitado de honor fue Jioji Konrote, presidente de Fiji. Este lanz¨® un mensaje sobre la importancia de volver a cultivar para que la comida que se consume sea fresca y de calidad. ¡°La revoluci¨®n de la comida empieza en nuestro patio trasero, cultivando y yendo a los mercados locales¡±, afirm¨® Konrote. No se trata de palabras vac¨ªas, pues el mismo presidente acept¨® que ¨¦l cultiva coco y calabaza en su casa con la esperanza de que sus nietos aprendan a hacer lo mismo y transiten el camino hacia una producci¨®n de alimentos m¨¢s natural y aut¨®noma.
La revoluci¨®n de la comida empieza en nuestro patio trasero, cultivando y yendo a los mercados localesJioji Konrote, presidente de Fiji
Todo ello, con un segundo objetivo claro: mirar m¨¢s hacia la huerta y menos hacia los alimentos ultra-procesados, la comida r¨¢pida, las frituras y la comida industrial. Seg¨²n encuestas de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), al menos en diez pa¨ªses insulares del Pac¨ªfico m¨¢s del 50% de la poblaci¨®n tiene sobrepeso, una cifra que en algunas regiones se dispara alarmantemente hasta el 90%. Adem¨¢s, alrededor del 40% de los 9,7 millones de habitantes de la regi¨®n de las islas del Pac¨ªfico padece enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensi¨®n, lo que hace que finalmente estas dolencias sean las responsables de casi la mitad de las muertes en la zona, seg¨²n datos aportados por el mismo Konrote.
La consecuencia es que, como en otras muchas partes del mundo, los gobiernos de las islas del Pac¨ªfico luchan por cambiar la conducta de la poblaci¨®n. ¡°Nuestro objetivo es inspirar a la gente para que cambie la forma en la que cocina y su relaci¨®n con su alimentaci¨®n¡±, explic¨® al respecto Jone Hawea, experto en alimentaci¨®n de las islas Fiji. Para aterrizar la idea, acaba de lanzar junto con un importante grupo de expertos el programa Revoluci¨®n de la comida en las islas del Pac¨ªfico, que busca combatir los malos h¨¢bitos de alimentaci¨®n. En la misma l¨ªnea, la FAO ha invitado a reflexionar y revivir el aprecio por algo que muchos ¡°dan por sentado y que otros no tienen¡±, la comida, esencia de la vida y base de culturas y comunidades.
Para el Secretario general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, la concesi¨®n del Premio Nobel de la Paz de este a?o al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas reconoce el derecho de todas las personas a la alimentaci¨®n y la lucha para lograr erradicar el hambre. ¡°En un mundo de abundancia, es una afrenta grave que cientos de millones se acuesten con hambre cada noche¡±, expres¨® el Secretario General de la ONU en un mensaje en video para el D¨ªa Mundial. Guterres agreg¨® que la pandemia de covid-19 ha intensificado a¨²n m¨¢s la inseguridad alimentaria, que ha alcanzado un nivel no visto en d¨¦cadas.
M¨¢s de 19 millones de personas, incluidos 10 millones de ni?os y ni?as, est¨¢n en riesgo de hambruna en 12 de los pa¨ªses m¨¢s fr¨¢giles del mundo
Los datos son elocuentes al respecto. Seg¨²n la organizaci¨®n World Vision, m¨¢s de 19 millones de personas, incluidos 10 millones de ni?os y ni?as, est¨¢n en riesgo de hambruna en 12 de los pa¨ªses m¨¢s fr¨¢giles del mundo debido a una combinaci¨®n mortal de conflictos que este a?o adem¨¢s se han sumado al impacto econ¨®mico ocasionado por la crisis sanitaria de la covid-19. A ello hay que sumar adem¨¢s los desastres naturales relacionados con el clima: una tormenta perfecta.
Como respuesta, la FAO explic¨® que preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es una parte esencial de la estrategia para afrontar la situaci¨®n posterior a la pandemia de covid-19, en particular en las comunidades pobres y vulnerables, que son las m¨¢s afectadas por las crisis econ¨®micas sobrevenidas. Seg¨²n la organizaci¨®n, por otra parte, en las ¨²ltimas d¨¦cadas el mundo ha logrado avances significativos en la mejora de la productividad agr¨ªcola. Hay esperanza.
Sin embargo, aunque ahora se produce comida m¨¢s que suficiente para alimentar a todo el mundo, los sistemas alimentarios, recuerdan los expertos, est¨¢n desequilibrados. El hambre, la obesidad, la degradaci¨®n ambiental, la p¨¦rdida de la diversidad biol¨®gica, la p¨¦rdida y el desperdicio de alimentos y la falta de seguridad para los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que subrayan este desequilibrio, afirm¨® la FAO. As¨ª, los planes de recuperaci¨®n de la covid-19 son una oportunidad para adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencias cient¨ªficas para que los pa¨ªses puedan mejorar los sistemas alimentarios y hacerlos m¨¢s resistentes a este tipo de impactos, afirma la agencia.
No desperdiciar los desperdicios
La jornada sirvi¨® adem¨¢s para abordar algunos de los problemas m¨¢s urgentes del mundo: salvar la ¨²ltima colonia original de abejas en una isla remota; cultivar alimentos en medio del desierto; reintroducir alimentos antiguos en las cocinas modernas; promover movimientos no violentos para generar cambios; o escuchar a los refugiados sobre la p¨¦rdida de su cultura alimentaria, entre otras muchas cuestiones que no siempre ocupan en las agendas de gobiernos y entidades internacionales un espacio destacado.
El 45% de las frutas y verduras se descartan por su color, forma y aspecto, no por su sabor o su p¨¦rdida de valores nutritivos
Sucede lo mismo con la basura, un tema que los expertos juzgan esencial para entender las negativas din¨¢micas de la industria alimentaria. Tal y como explica la ONU, aunque actualmente la humanidad produce alimentos m¨¢s que suficientes para nutrir a todos, hay m¨¢s desequilibrio en todo el planeta. Supermercados, restaurantes y comercios de todo el mundo se deshacen cada d¨ªa de alimentos porque presentan faltas en el envoltorio, est¨¢n a punto de caducarse, no han podido venderse al final del d¨ªa o incluso por razones est¨¦ticas, ya que el 45% de las frutas y verduras se descartan por su color, forma y aspecto, no por su sabor o su p¨¦rdida de valores nutritivos.
En los pa¨ªses ricos se malgasta pr¨¢cticamente la misma cantidad de comida (222 millones de toneladas) que la producci¨®n neta de alimentos del ?frica Subsahariana (230 millones de toneladas). Solo en Espa?a, por poner un ejemplo, se desperdician 7,7 millones de toneladas al a?o, a pesar de que aproximadamente, 1,2 millones son aptas para el consumo, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentaci¨®n y Medioambiente. En t¨¦rminos econ¨®micos, esto se traduce en una p¨¦rdida de 3.000 millones de euros anualmente.
El desperdicio de alimentos supone adem¨¢s un importante gasto de agua, tierra, trabajo y capital que inevitablemente favorece el efecto invernadero y, por tanto, el calentamiento global y el cambio clim¨¢tico.
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