¡®Jerusalema¡¯: el baile hecho terapia
El hogar de acogida Masaka Kids, en Uganda, es un ejemplo de superaci¨®n gracias a las coreograf¨ªas de los ni?os hu¨¦rfanos, una de ellas se ha hecho ahora viral
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No importa si el abrasador sol de Uganda pega hoy con m¨¢s fuerza que ayer, Namibiru Nabirah y Kigundu Emmanuel siguen bailando. Ajenos a la fama que tienen sus luminosos ritmos y movimientos, sus pies descalzos danzan con energ¨ªa en el patio del orfanato Masaka Kids Africana. Es all¨ª, a pocos kil¨®metros del lago Victoria, donde estos dos ni?os hu¨¦rfanos, de siete y ocho a?os, han aprendido a curar su doloroso pasado con cabriolas sobre el suelo de barro. Para ellos y para los otros 22 j¨®venes que viven en este hogar de acogida, la m¨²sica y el baile se han convertido en su mejor terapia. Una filosof¨ªa de vida que est¨¢ dando la vuelta al mundo gracias al reto #JerusalemaChallenge que viraliz¨® la coreograf¨ªa que Namibiru y Kigundu crearon para esta canci¨®n.
Su contagioso baile parece asentar su ¨¦xito en algo mucho m¨¢s evocador que el capricho de los algoritmos que rigen qu¨¦ se hace viral, o no, en las redes sociales. Sus cuerpos no solo se mueven siguiendo el comp¨¢s de Jerusalema, tambi¨¦n bailan al son de lo que esta canci¨®n inspira en ellos y en millones de personas. Compuesta por los artistas sudafricanos Master KG y Nomcebo Zikode, detr¨¢s de la calidez del groove y la melod¨ªa pegadiza de esta canci¨®n hay un estallido orgulloso de sus ra¨ªces africanas y un mensaje esperanzador. Interpretada en el idioma bant¨² de venda, la lengua materna de Master KG, este canto g¨®spel al que se alimenta de un loop repetitivo, habla sobre la acogida y el refugio de los desamparados. Un desempe?o que, aunque en su letra se materializa con la palabra Jerusalema (Jerusal¨¦n), puede ser interpretado como un himno m¨¢s all¨¢ de la m¨ªstica religiosa que tiene esa ciudad.
As¨ª es como, a finales de marzo, Jerusalema se convirti¨® en varios pa¨ªses africanos en un lema esperanzador contra la covid-19. Sus pasos de baile llegaron a Angola y la danza fue repetida por estudiantes y profesores?en Namibia o militares del Ej¨¦rcito de Ghana que ejecutaban los ritmos con precisi¨®n marcial. Pero su ¨¦xito internacional llegar¨ªa m¨¢s tarde, a finales del pasado mes de septiembre. Coincidiendo con el D¨ªa de la Herencia Cultural en Sud¨¢frica, celebrado el pasado 24 de septiembre, el presidente Cyril Ramaphosa ofreci¨® un mensaje al pa¨ªs en el que reflexionaba sobre el dif¨ªcil viaje que su pa¨ªs atraviesa en la lucha contra el coronavirus y alentaba a la naci¨®n a participar en el #JerusalemaChallenge como una forma para ahuyentar a la desesperanza. ¡°No puede haber mejor celebraci¨®n de nuestra identidad sudafricana que unirse al fen¨®meno global¡±, afirmaba el propio Ramaphosa. Un desaf¨ªo en el que, como comparti¨® m¨¢s tarde en su cuenta de Twitter, acabar¨ªa participando hasta su propio equipo de gobierno.
I did not want to upstage the team at @PresidencyZA with my dance moves, but job well done! Thank you all for participating so enthusiastically in the #JerusalemaChallenge. @MasterKGSA & @NomceboZikode thank you for giving the world such a special & proudly South African moment. pic.twitter.com/MXXqR6HOSH
— Cyril Ramaphosa ?? (@CyrilRamaphosa) September 25, 2020
A partir de ese momento, el reto salt¨® las fronteras a todo el mundo. Monjas de clausura en Espa?a, auxiliares de vuelo en Estados Unidos, bomberos en Francia o incluso el futbolista Cristiano Ronaldo, han inundado las redes sociales con su coreograf¨ªa. Aunque nadie ha conseguido acaparar tantos focos como los ni?os de Masaka Kids. El carisma y la felicidad luminosa que Namibiru y Kigundu han despertado a trav¨¦s de la cuenta de Instagram de este hogar de acogida acaparan ya m¨¢s de un mill¨®n de seguidores. Una popularidad que incluso les ha valido la nominaci¨®n a en los African Entertainment Awards de los EE. UU. como el mejor grupo de danza africana del a?o 2020.
Detr¨¢s hay una dedicaci¨®n a la danza que va mucho m¨¢s all¨¢ del entretenimiento. A trav¨¦s del baile, estos j¨®venes ¡°crean sue?os¡±, como puede leerse en su p¨¢gina web, y avanzan dejando atr¨¢s experiencias dolorosas. La mayor¨ªa de ellos fueron?abandonados cuando eran muy peque?os. Un dato que no sorprende en uno de los pa¨ªses con el mayor n¨²mero de hu¨¦rfanos del mundo (m¨¢s de 2,4 millones de ni?os). Fue el caso de Namubiru, rescatado de un cubo de basura, y de Kigundu Emmanuel al que encontraron deambulando en la ciudad de Kampala cuando solo ten¨ªa dos a?os.
Hoy la vida de estos peque?os es muy diferente gracias al impulso de Masaka Kids, una iniciativa creada por Suuna Hassan, un joven de 29 a?os que dej¨® su trabajo como electricista para volcarse en el cuidado y la protecci¨®n de estos ni?os y ni?as desde su propia casa. Desde esa peque?a regi¨®n de Nyendo, en Uganda, estos ni?os y ni?as han conseguido crear un di¨¢logo con el mundo a trav¨¦s de sus danzas. Namibiru Nabirah y Kigundu Emmanuel siguen bailando.
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