La covid-19 alienta la desigualdad, llama del descontento social en Centroam¨¦rica
Un informe del BID sugiere escuchar y atender las nuevas demandas ciudadanas ante la pandemia con mayor inversi¨®n en salud y educaci¨®n p¨²blicas, transparencia e inclusi¨®n pol¨ªtica para evitar una oleada de protestas en la regi¨®n
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Meses antes de la pandemia, muchos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica se alzaron en protestas. El detonante fue el mismo: la creciente desigualdad. Esta fractura podr¨ªa agravarse en Centroam¨¦rica a ra¨ªz del golpe econ¨®mico de la covid-19 que, seg¨²n c¨¢lculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), har¨¢ caer a m¨¢s de dos millones de personas en la pobreza. M¨¢s pobres, m¨¢s descontentos y m¨¢s inestabilidad es lo que tienen en sus manos sus gobiernos.
¡°La crisis ha sido muy regresiva para la regi¨®n, afectando a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable con el potencial de detonar estallidos sociales¡±, asegura Marta Ruiz-Arranz, asesora econ¨®mica principal del departamento de pa¨ªses de Centroam¨¦rica, Hait¨ª, M¨¦xico, Panam¨¢ y Rep¨²blica Dominicana del BID. Esa es la premisa central del nuevo informe econ¨®mico que coordin¨® la experta, bajo el t¨ªtulo Desigualdad y descontento social, y con el cual este organismo llama ¡°a los gobiernos, sobre todo en los pa¨ªses en ciclo electoral, a atender las demandas sociales¡±.
Seg¨²n estimaciones del BID, la crisis del nuevo coronavirus en Centroam¨¦rica aumentar¨¢ la pobreza un promedio de seis puntos porcentuales. Los pa¨ªses m¨¢s afectados ser¨ªan los que est¨¢n m¨¢s asociados al turismo, comercio y manufactura, sectores que dan trabajo a la clase media vulnerable, es decir, aquella que vive con entre cinco y 12,4 d¨®lares al d¨ªa.
Ese es el caso de Marcela Vard¨², propietaria de un hostal a menos de una hora de la capital de El Salvador. ¡°Ha sido un golpe muy grande, porque todos mis ahorros estaban en el negocio¡±, cuenta quien lo inaugur¨® un a?o antes de la covid-19. En agosto pasado reabri¨® sus puertas y desde entonces no ha recibido m¨¢s de 100 hu¨¦spedes. ¡°Nunca estuvimos del lado privilegiado¡±, asegura. ¡°Nuestros precios siempre fueron muy bajos para que todos pudieran gozar de unas vacaciones, pero ahora quienes no han sentido tanto la crisis no vienen a un lugar como el m¨ªo, sino a hoteles grandes¡±.
Seg¨²n el Latinobar¨®metro, m¨¢s del 70% de centroamericanos como Vard¨² ya sent¨ªa injusta la distribuci¨®n de la riqueza. A medida que la inestabilidad econ¨®mica de sus pa¨ªses se acentu¨® con la pandemia, tambi¨¦n sus insatisfacciones. Estas se reflejan en c¨®mo perciben los servicios p¨²blicos de educaci¨®n y salud. Por ejemplo, en El Salvador, Honduras y Panam¨¢ el 30% de los encuestados por CID Gallup no est¨¢n satisfechos con ning¨²n servicio p¨²blico. Tambi¨¦n muchos perciben m¨¢s corrupci¨®n y, por si fuera poco, sus perspectivas del futuro tras la pandemia no son muy positivas. Vard¨² lo resume as¨ª: ¡°Me siento esc¨¦ptica de que vaya a haber alg¨²n cambio cercano, dan ganas de salir corriendo¡±.
Los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis desencadenada por la pandemia ser¨¢n los que est¨¢n m¨¢s asociados al turismo, comercio y manufactura
A partir de este diagn¨®stico, el BID advierte a la regi¨®n sobre el riesgo del aumento de la polarizaci¨®n entre quienes menos y m¨¢s ingresos tienen. Para la experta Ruiz-Arranz, esta polarizaci¨®n de ingresos ¡°significa mayor estancamiento, es decir, menor movilidad social entre grupos¡±. Con niveles tan altos que ya superan en 50% a la de Europa, dicha polarizaci¨®n podr¨ªa desencadenar una oleada de estallidos sociales y conflictos en Centroam¨¦rica.
Una de las formas de mitigarla es, precisamente, redistribuir la riqueza a trav¨¦s de la salud y educaci¨®n p¨²blicas. De acuerdo con el estudio del BID, gracias a estos servicios, alrededor del 60% de la poblaci¨®n de la regi¨®n es beneficiaria neta del Estado, por lo que ser¨ªa favorable trabajar en su ampliaci¨®n y calidad.
Para conseguir esto, el organismo apunta que todos deben pagar sus impuestos y que los gobiernos realicen un gasto social m¨¢s eficiente. Suena l¨®gico, pero en Centroam¨¦rica m¨¢s del 60% de los trabajadores son informales, de los cuales un 30% est¨¢ en el estrato alto de ingresos. ¡°Hay una carga desproporcionada sobre el sector formal, mientras una proporci¨®n importante de hogares en la econom¨ªa informal no vulnerable no est¨¢ contribuyendo a la redistribuci¨®n¡±, explica Arnoldo L¨®pez Marmolejo, especialista l¨ªder del mismo departamento del BID y tambi¨¦n coordinador del informe. Por ejemplo, si en El Salvador se lograra cobrar impuestos de los trabajadores informales de ingresos m¨¢s altos, la recaudaci¨®n ser¨ªa 35% superior a la actual.
A pesar de esto, podr¨ªa suceder que a estos informales no les interese tributar si no ven los beneficios de ello. ¡°Existe una falta de confianza en el Estado, asociado a la corrupci¨®n, a la inequidad y a que la fiscalizaci¨®n en estos pa¨ªses es muy d¨¦bil, entonces no hay ning¨²n costo por no pagar impuestos¡±, indica Ruiz-Arranz. ¡°El esp¨ªritu de una pol¨ªtica fiscal redistributiva es que las personas de ingresos m¨¢s altos contribuyan a financiar a las de ingresos m¨¢s bajos. Eso no significa que no tengan beneficios indirectos, ya que la poblaci¨®n en su total se beneficia con la paz social y la estabilidad econ¨®mica¡±.
No somos un pa¨ªs unido, nos separaron desde siempre, por eso necesitamos leyes m¨¢s inclusivas y menos clasistasMarcela Vard¨², peque?a empresaria salvadorena
La redistribuci¨®n va de la mano con un mayor gasto social y m¨¢s eficiencia desde los gobiernos. Seg¨²n L¨®pez Marmolejo, ¡°hay espacio para aumentar la inversi¨®n y tambi¨¦n hay margen por el lado de las ineficiencias¡±, como son las filtraciones en los programas sociales de personas de estratos no vulnerables. Se estima que, en promedio, estas filtraciones alcanzan el 1,5% del PIB de la regi¨®n.
Por supuesto, paliar la polarizaci¨®n tambi¨¦n pasa por una mayor inclusi¨®n pol¨ªtica de los grupos hist¨®ricamente excluidos, como las mujeres y los pueblos ind¨ªgenas. ¡°Aqu¨ª no se toma en cuenta a las personas que siempre han sido olvidadas¡±, lamenta Vard¨², la empresaria salvadore?a. ¡°No somos un pa¨ªs unido, nos separaron desde siempre, por eso necesitamos leyes m¨¢s inclusivas y menos clasistas¡±.
En su an¨¢lisis, el BID coincide con la percepci¨®n de Vard¨². En efecto, las minor¨ªas ¨¦tnicas est¨¢n subrepresentadas en los Congresos de la regi¨®n, debajo del 66% de lo que representan en la poblaci¨®n. En tanto, las mujeres?ocupan menos del 30% de los esca?os. ¡°Estamos en un punto en el que a¨²n se pueden hacer esfuerzos para evitar el riesgo de conflictos¡±, refuerza L¨®pez Marmolejo. ¡°La gente est¨¢ dando m¨¢s atenci¨®n a ser incluida en las pol¨ªticas sociales y eso deber¨ªa trasladarse a la agenda pol¨ªtica con partidos m¨¢s independientes, m¨¢s institucionalizados y que no restrinjan la participaci¨®n¡±.
Para Ruiz-Arranz el desaf¨ªo es que ¡°hay un proceso de escucha ciudadana que no se est¨¢ haciendo¡±. ¡°La poblaci¨®n cada vez tiene m¨¢s voz y m¨¢s medios para mostrar su descontento. Los gobiernos tienen que escuchar y atender esas demandas de forma transparente¡±.
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