Invertir mejor no es invertir m¨¢s: la importancia de una buena gesti¨®n

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Es ampliamente conocido que acelerar la inversi¨®n en infraestructuras es fundamental para impulsar el crecimiento econ¨®mico de un pa¨ªs, generar empleo y mejorar la productividad. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, sin duda, necesidades no faltan. Nuestra hist¨®rica baja inversi¨®n, desafortunadamente, nos ha terminado saliendo muy cara. Como se menciona en nuestra publicaci¨®n insignia sobre infraestructura, los latinoamericanos y caribe?os pagan por servicios b¨¢sicos como el agua, la electricidad o el transporte mucho m¨¢s que en otras econom¨ªas emergentes. Y, como es de esperar, ese alto precio afecta desproporcionadamente a los m¨¢s pobres. Un ejemplo claro es el acceso a internet: mientras el 75% de los hogares latinoamericanos de altos recursos tiene acceso estable a la red, esa cifra baja al 36% entre las familias de ingresos inferiores.

La inversi¨®n p¨²blica ser¨¢ clave para reactivar las econom¨ªas latinoamericanas en la pospandemia y empezar a corregir las enormes brechas que separan a los latinoamericanos ricos de los pobres. No podemos seguir aceptando que entre un 10% y un 30% de la inversi¨®n p¨²blica se siga perdiendo debido a mala gesti¨®n y corrupci¨®n.

Am¨¦rica Latina y el Caribe necesita construir m¨¢s y mejor. Si bien la crisis econ¨®mica desatada por la covid-19 va a limitar las cuentas fiscales de los a?os venideros, la inversi¨®n p¨²blica no solo se financia con dinero p¨²blico. Por ejemplo, hay mucho espacio para promover la participaci¨®n de los inversionistas institucionales de la regi¨®n, que gestionan 2,7 billones de d¨®lares en activos (cerca del 50% del PIB regional) pero asignan menos del 1% al desarrollo de infraestructura. La otra parte de la ecuaci¨®n est¨¢ del lado de los gobiernos y tiene tres elementos: gesti¨®n, gesti¨®n¡­ y m¨¢s gesti¨®n.

• Gesti¨®n para ser m¨¢s estrat¨¦gicos en d¨®nde y c¨®mo invertir. Diversos estudios confirman que planificar la inversi¨®n p¨²blica permite generar mejores sinergias entre la inversi¨®n p¨²blica y la privada, reducir el impacto de los ciclos pol¨ªticos, y fortalecer la coordinaci¨®n de los distintos sectores y niveles de gobierno. Algunos pa¨ªses como Chile han venido experimentado con m¨¦todos para mejorar la planificaci¨®n de la inversi¨®n, desde mecanismos de gobernanza colaborativa y en redes para promover la participaci¨®n de gobiernos, sector privado, academia y sociedad civil, hasta el uso de metodolog¨ªas de an¨¢lisis prospectivas para estimar los impactos de retos tan variados como la migraci¨®n o el cambio clim¨¢tico. Asimismo, hay cada vez m¨¢s un impulso por adoptar una visi¨®n integral del desarrollo que permita complementar proyectos de infraestructura para atender objetivos diversos ¨Cdesde crecimiento econ¨®mico hasta metas medioambientales.
• Gesti¨®n para basar las decisiones en datos. M¨¢s all¨¢ de la digitalizaci¨®n de los procesos administrativos, las nuevas tecnolog¨ªas han abierto un mundo de posibilidades para optimizar la gesti¨®n de proyectos y minimizar las ineficiencias y el uso inadecuado de recursos. Hemos comprobado, por ejemplo, que las auditor¨ªas concurrentes y de desempe?o permiten identificar y resolver potenciales riesgos en la gesti¨®n de proyectos. ?C¨®mo se plasma eso en la pr¨¢ctica? Desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hemos impulsado el desarrollo de MapaInversiones, una plataforma de georreferenciaci¨®n que permite el an¨¢lisis instant¨¢neo de los datos de ejecuci¨®n de obras p¨²blicas y la retroalimentaci¨®n ciudadana. Los n¨²meros avalan el logro: en?Costa Rica, las obras publicadas en MapaInversiones aceleraron un 7,6% su progreso f¨ªsico y un 18,5% su ejecuci¨®n financiera. Tambi¨¦n existen prometedoras herramientas de gesti¨®n de riesgos que da a los gerentes p¨²blicos una visi¨®n m¨¢s hol¨ªstica de las posibles interferencias que puede llegar a enfrentar un proyecto.
• Gesti¨®n para formar y retener al talento adecuado. Una buena gesti¨®n de la infraestructura p¨²blica solo es posible si est¨¢ liderada por un cuerpo de funcionarios p¨²blicos con habilidades y conocimiento acordes con las necesidades de la nueva era digital ¨Cdesde el uso de modelos prospectivos hasta anal¨ªtica de datos para examinar la operaci¨®n de los mercados y buscar alternativas de financiamiento y/o provisi¨®n de servicios. Las habilidades blandas tambi¨¦n han pasado a ser esenciales: nuestros funcionarios tienen que saber negociar contratos complejos, promover la colaboraci¨®n entre actores p¨²blicos y privados, e involucrar de manera oportuna a las comunidades que pueden verse impactadas por una obra determinada.

Los retos de expandir el crecimiento y la productividad, reducir la desigualdad y enfrentar el cambio clim¨¢tico requieren de m¨¢s, mejores e inclusivos servicios p¨²blicos. Sabemos que nuestra regi¨®n va a necesitar invertir el equivalente al 5% del PIB en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas para cerrar esas brechas. Pero no nos confundamos: construir m¨¢s y mejor no es solo cuesti¨®n de dinero. Podemos hacer mucho m¨¢s con lo que ya tenemos si transformamos la gesti¨®n de la administraci¨®n p¨²blica. El bienestar de nuestros ciudadanos est¨¢ en juego. Una mala gesti¨®n no es una opci¨®n.

Lea Gim¨¦nez es jefa?de la?Divisi¨®n de Innovaci¨®n para Servir al Ciudadano y Edgardo Mosqueira es el coordinador del grupo de Gesti¨®n P¨²blica, ambos del Banco Interamericano de Desarrollo.

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