Lo que pas¨® en la sabana cuando se vaci¨® de turistas

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La mirada triste de un le¨®n es el s¨ªmbolo de la discontinuidad del ciclo virtuoso de la naturaleza. Cuando el felino tiene hambre se trastocan sus h¨¢bitos y peligra el fr¨¢gil equilibrio de su entendimiento con el hombre ¡ªsu depredador¡ª hasta el punto de que el animal se convierte en amenaza y en v¨ªctima. Esta conocida paradoja, que sostiene una paz tensa en espacios privilegiados como la reserva natural nacional de Mas¨¢i Mara, en Kenia, hace saltar las alarmas de tanto en tanto. Y esto fue lo que sucedi¨® el a?o pasado, cuando la temporada de lluvias en ese rinc¨®n de ?frica oriental se transform¨® en el diluvio universal, casi al tiempo en que la actividad humana en la Tierra se deten¨ªa abruptamente por la amenaza de la pandemia, que avanzaba sin atender a nacionalidades.

Hace un a?o, mientras en aquellas planicies sin fin de la sabana se produc¨ªan las mayores inundaciones en medio siglo, en Espa?a se decretaba el excepcional estado de alarma y un equipo de filmaci¨®n de Televisi¨®n Espa?ola se quedaba atrapado en Kenia. El realizador Regis Francisco L¨®pez y su equipo hab¨ªan llegado unos meses antes para rodar una serie documental sobre la relaci¨®n de una manada de leones con el naturalista Jorge Alesanco, quien reside all¨ª desde hace una d¨¦cada. Las fronteras se cerraron y entonces empez¨® otro cap¨ªtulo. Aquel equipo de rodaje quedaba abocado, por supuesto, a documentar lo que suced¨ªa en el reino animal mientras el resto de las personas se confinaban. El resultado de esos casi cuatro meses (m¨¢s lo que continu¨® registrando Alesanco) de documentos audiovisuales se llama Wild covid, pandemia salvaje, y podr¨¢ verse este martes, a las 23.00, en La 2 de Televisi¨®n Espa?ola.

Paciencia felina en el aer¨®dromo

Una de las im¨¢genes ic¨®nicas de aquellas primeras semanas de confinamiento fue la de un le¨®n que apoyaba su cabeza en un banco de espera del aer¨®dromo de Mas¨¢i Mara, bajo el techo de uno de esos chamizos en los que los turistas aguardan sus vuelos. El le¨®n, apoder¨¢ndose de las instalaciones que hasta d¨ªas antes hab¨ªan sido ocupadas por decenas de hombres y mujeres de safari, abr¨ªa los informativos gracias al equipo de Story Producciones. ¡°Nos cancelaron los aviones de regreso a Espa?a y pudimos ir documentando c¨®mo la sabana se iba vaciando de turistas al tiempo que se marchaban tambi¨¦n los equipos de filmaci¨®n de BBC y National Geographic, que suelen estar muy activos en ¨¦pocas normales¡±, comenta el director Regis Francisco L¨®pez, cuyo equipo cuenta con el asesoramiento del Servicio de Vida Salvaje de Kenia en el territorio.

Sin embargo, las im¨¢genes id¨ªlicas de los animales salvajes a sus anchas, en su propio h¨¢bitat, duraron poco. Cuando vinieron las riadas de la primavera, porque el r¨ªo Mara se enfureci¨® tanto como para arrastrar a la muerte a las gigantes cr¨ªas de hipop¨®tamos, a los cocodrilos de temibles fauces y a cuantos animales, ¨¢rboles y coches encontrara a su paso, arreci¨® el hambre para los grandes predadores. Los ungulados (cuadr¨²pedos con pezu?as) que sobrevivieron huyeron como pudieron, el r¨ªo se qued¨® semidesierto de mam¨ªferos, mientras los leones y las leonas deambulaban por doquier, cada vez m¨¢s nerviosos, en busca de presas a plena luz del d¨ªa, algo que, seg¨²n quienes conviven con ellos, resulta bastante infrecuente. Entonces, las leonas ¡ªque son las cazadoras de la manada¡ª empezaron a dar dentelladas a animales que se les escapaban, a pelearse incluso con los cocodrilos por un pedazo de carne, a carro?ar y a lidiar con las rapaces hambreadas; se recogieron im¨¢genes de hasta tres depredadores compitiendo por los huesos de un impala y a las leonas desgarrando, como consuelo, la grasa indigesta de un ant¨ªlope acu¨¢tico. Mientras tanto, los guepardos ¡ªlos m¨¢s r¨¢pidos y fraternales de la sabana¡ª se conformaban con compartir algo de sus haza?as de caza con las hienas. Los b¨²falos sobreviv¨ªan vigorosos.

Las im¨¢genes id¨ªlicas de los animales salvajes a sus anchas, en su propio h¨¢bitat, duraron poco; hasta que llegaron las riadas de la primavera

Frente a estas escenas de la vida natural, es imposible no trazar paralelismo entre las im¨¢genes de un a?o en que la vida humana transcurri¨® entre cuatro paredes, delante de las pantallas, y las de parte del reino animal en este ecosistema del Serengueti enfrentando sus propios avatares alimenticios y meteorol¨®gicos. As¨ª, la postal de los elefantes al borde de la estampida, entre barrancos fluviales o cauces que se estrechan, huyendo de la inundaci¨®n, se parec¨ªa a la de los atascos en las principales avenidas de Par¨ªs aquel viernes de oto?o en que se decret¨® un nuevo confinamiento domiciliario y los parisinos se met¨ªan en sus embudos viales buscando salvarse del encierro. Si fuera posible para los humanos verse en la desesperaci¨®n de los animales, con su instinto de supervivencia intacto, quiz¨¢ habr¨ªa m¨¢s cuidado del medio ambiente y colaboraci¨®n en la mitigaci¨®n de los efectos del cambio clim¨¢tico, probablemente piense el espectador.

¡°Fue algo que no busc¨¢bamos y que la vida nos puso delante¡±, explica el realizador. ¡°De aquellos d¨ªas entre felinos, destacar¨ªa la figura de las leonas, que en momentos adversos son capaces, ellas solas, de sacar adelante a las manadas¡­ El sacrificio que hacen por sus cachorros, porque los leones macho pueden conquistar un territorio, pero a veces las leonas mismas hacen frente a los machos. Adem¨¢s, los guepardos son una coalici¨®n, como estos cinco del documental, a los que los pobladores locales llaman los tano bora (los cinco magn¨ªficos), y ellos tienen aptitudes para sobrevivir en momentos adversos, porque presentan una sociabilidad diferente; se cr¨ªan con su madre y permanecen con ella hasta que se independizan¡±, agrega.

Proteger al le¨®n del hombre e indemnizar al hombre

Tras el diluvio, a todas las especies les cuesta recomponerse mientras esperan la gran migraci¨®n de ?¨²es en busca de pastos verdes, que se produce cada a?o entre agosto y septiembre. En el caso de los leones ¡ªcatalogados como vulnerables en la lista roja de las especies amenazadas de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza¡ª sus garras se vuelven contra el ganado de los pobladores locales, tras padecer largas ¨¦pocas de escasez de alimento. Y cuando una leona roba una vaca o una oveja a un poblador mas¨¢i, se rompe la tregua. A fin de cuentas, el ciclo de amenaza sobre la fauna salvaje siempre termina teniendo consecuencias en el hombre, con pastores heridos y leones muertos. Entretanto, las c¨¢maras documentan este pulso mudo de los leones escondiendo los restos de las vacas y ovejas que han tenido que rapi?ar cuando ya no les quedaban presas silvestres con las que medirse.

Se trata de un problema asentado en la historia y que tiene en jaque a la poblaci¨®n de leones del mundo, que pierden su territorio sin pausa, principalmente a causa de la deforestaci¨®n de sus h¨¢bitats. En este documental, ese enfrentamiento est¨¢ narrado como un relato cercano que permite comprender las razones por las que hay que proteger al le¨®n del hombre, e indemnizar a las personas que ¡ªcomo las que van quedando atr¨¢s en la pandemia¡ª pierden su sustento.

¡°Este conflicto latente entre dos predadores se desata ¨²nicamente en momentos de escasez¡±, narra Regis Francisco. Y a?ade: ¡°Documentamos esas situaciones de mucha tensi¨®n entre los animales y los pobladores que ocurren cuando los habitantes del lugar intentan defender sus vacas o sus ovejas, lo que provoca a los leones, que a veces se lanzan sobre ellos¡±. De ah¨ª la reciente creaci¨®n de un fondo de protecci¨®n de los felinos y para la erradicaci¨®n del conflicto a trav¨¦s de la compensaci¨®n de las p¨¦rdidas que sufren los pastores del Mas¨¢i Mara.

Por ¨²ltimo, adem¨¢s del documental Wild covid, pandemia salvaje, que se ver¨¢ este martes, el equipo de Regis Francisco y Jorge Alesanco rod¨® la serie de ocho episodios El rey de la sabana, que podr¨¢ verse a partir de junio en RTVE.

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