El ingenio de las maestras paraguayas
Desde las clases de m¨²sica para invidentes por internet y hasta por radio para los barrios sin recursos, las profesoras se las ingenian para mantener la escolaridad de sus estudiantes en un pa¨ªs que ya contaba con las peores tasas de matriculaci¨®n antes de la pandemia
Techos que caen sobre los alumnos, escuelas inundadas, falta de recursos humanos, de formaci¨®n actualizada para el profesorado y de escuelas cercanas para los estudiantes. Todos estos problemas se han agudizado en Paraguay con la llegada de la covid-19. Si no hubiera sido por el compromiso y la inventiva de profesoras ¨Den su mayor¨ªa son mujeres¨D, directores y familias, toda una generaci¨®n habr¨ªa podido perder el a?o escolar.
Claudia Alonso de Franco es una de las docentes paraguayas que ha estado en la brecha, sin soltar a su alumnado ni a las familias de la Asociaci¨®n Santa Luc¨ªa. Ense?a m¨²sica, percusi¨®n y canto a ni?os y ni?as; y guitarra, flauta, piano y canto a adultos que, como ella, son ciegos o tienen alguna discapacidad visual. Hace todo lo que est¨¢ en sus manos para que no lo dejen.
La deserci¨®n escolar en Paraguay en general es del 59%. En la Educaci¨®n Primaria, alcanza el 40%. Es el pa¨ªs latinoamericano con peor tasa de matriculaci¨®n, y es una verdadera tragedia, pues el 35% de la poblaci¨®n, m¨¢s de 2,4 millones de personas, es menor de edad.
¡°Tuvimos muchos problemas de accesibilidad, nuestros alumnos no ten¨ªan dispositivos, a veces ni tel¨¦fonos, y los que s¨ª contaban con uno, igual sufr¨ªan muchas dificultades porque en Paraguay los contenidos que se suben a las plataformas del sistema educativo no son accesibles para personas con discapacidad visual¡±, cuenta Claudia desde su casa en el centro de Asunci¨®n, la capital de Paraguay.
Por eso comenz¨® a ofrecer clases individuales a sus 39 estudiantes, tambi¨¦n a sus familiares, para que sean estos quienes muestren a los ni?os la postura de la mu?eca sobre el m¨¢stil de la guitarra o la combinaci¨®n de dedos necesaria para empujar las teclas del piano mientras ella les dirige. ¡°Falta el contacto f¨ªsico con las personas y con los instrumentos. Es muy complicado remplazar eso¡±, reconoce.
El sistema educativo paraguayo se encuentra entre los peor valorados de Am¨¦rica y del mundo seg¨²n los informes del Foro Econ¨®mico Mundial. Entre 2015 y 2016 el sistema de Educaci¨®n Primaria estuvo en el ¨²ltimo lugar entre 140 pa¨ªses, mientras que la Educaci¨®n Secundaria y universitaria no est¨¢ tampoco muy lejos, en el puesto 139, compartiendo la cola de la lista con Sud¨¢frica.
De tantas penurias que ya hab¨ªan visto los profesores de Paraguay, ya estaban adiestrados para aplicar otro tipo de marco pedag¨®gico
Como todo el profesorado, Claudia adem¨¢s ha tenido que aprender y al mismo tiempo ense?ar tecnolog¨ªa a los estudiantes, as¨ª como tener mucha paciencia con las plataformas en l¨ªnea del Ministerio de Educaci¨®n. Algo parecido les ocurri¨® a Luz Marina Gim¨¦nez y Fany Raquel Aquino, dos maestras de la humilde escuela Ever Faustino Beaufort de la ciudad de Villa Elisa, aleda?a a Asunci¨®n, de unos 300 alumnos de familias dedicada a la pesca, la limpieza o la venta en el mercado. Hay muchos padres y madres que no saben leer y no pueden ayudar a sus hijos.
Luz Marina comenz¨® a usar nuevas tecnolog¨ªas con la llegada de la pandemia. Se compr¨® una computadora y un celular inteligente. Trabaj¨® por primera vez en 20 a?os de carrera desde casa, con las clases virtuales e hizo llamadas grupales por WhatsApp para conocer mejor a sus estudiantes. ¡°Con muchos ni?os no pude contactarme porque no ten¨ªan posibilidades, entonces imprim¨ªa las tareas y me comunicaba con los padres para que retirasen las copias de la escuela. Si no pod¨ªan hacerlo, yo les llevaba a sus casas y ellos devolv¨ªan despu¨¦s de una semana¡±, explica la docente, de 41 a?os. De esta forma pudo llegar a todos. Fue un cambio total para ella. ¡°Lo que m¨¢s extra?o es ver a los ni?os, el abrazo de ellos, sentir su cari?o¡±, expres¨®.
A Fany le pas¨® lo mismo. Tuvo que aprender a usar Teams, Jitsi meet, el correo electr¨®nico y las plataformas de aprendizaje en l¨ªnea; tambi¨¦n a grabarse con un tel¨¦fono. ¡°Recibo numerosas preguntas por parte de los alumnos, que debo responder de manera individual a trav¨¦s de WhatsApp. Pero me siento feliz porque a pesar de la distancia puedo ayudar a mis ni?os¡±, afirma.
Ondas sonoras para todos los p¨²blicos
En otra zona cercana al r¨ªo Paraguay, donde vive un cuarto de su poblaci¨®n, en los barrios conocidos en Asunci¨®n como ¡°ba?ados¡± porque se inundan cada a?o, las maestras de la escuela Caacupem¨ª de Fe y Alegr¨ªa han ideado una forma de mantener a sus estudiantes conectados, aunque no tengan forma de llegar a la escuela ni internet.
Debido a tantas inundaciones sufridas, o el problema cotidiano de falta de agua corriente, luz o internet, la directora de la escuela Selva Miranda aprovech¨® la pandemia para continuar con un programa que ya hab¨ªan lanzado en 2019 para romper la brecha de exclusi¨®n de sus estudiantes: educaci¨®n a distancia a trav¨¦s de la radio.
Recibo numerosas preguntas por parte de los alumnos, que debo responder de manera individual a trav¨¦s de WhatsApp. Pero me siento feliz porque a pesar de la distancia puedo ayudar a mis ni?osFany Raquel Aquino, maestra
Mientras los estudiantes asuncenos de clase media y alta que acuden a centros privados tienen wifi, varias computadoras en casa o juegan en internet a los mismos videojuegos que europeos y estadounidenses, a unos pocos pasos, gracias a la las ondas de Fe y Alegr¨ªa de la congregaci¨®n jesuita, hay unas 8.000 personas de 7.000 familias diferentes conectadas con 570 docentes y educadores de la misma ciudad.
¡°De tantas penurias, los profesores ya estaban adiestrados para aplicar otro tipo de marco pedag¨®gico, por decirlo de alguna manera¡±, cuenta Selva. Desde entonces, cada semana se entregan cuadernillos con tareas y preguntas a las familias y se crean grupos con profesores. La pandemia evidenci¨® muchas cosas, dice Selva. Por ejemplo, que en las familias hay mucha gente que ni lee ni escribe.
¡°Sigue fuerte el analfabetismo, gente que no lee m¨ªnimamente, entonces adaptamos todo a este formato de audios y cuadernillos¡±, explica. A eso les sumaron una tercera pata vital: el acompa?amiento a uno de los familiares, una vez a la semana para ense?ar al adulto a ense?ar, a su vez, al ni?o. Y que aprendan juntos, al fin y al cabo. Selva destaca que desde que lleg¨® la pandemia hay menos presupuesto, menos docentes y, sin embargo, m¨¢s estudiantes. Pero aplaudi¨® la labor de sus maestros, que ¡°en ning¨²n momento retrocedieron¡±.
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