En busca de los empleos perdidos en Am¨¦rica Latina y el Caribe
Muchos desaf¨ªos previos a la covid-19 siguen vigentes, pero son ahora urgentes. En un escenario tan complejo, el di¨¢logo social y la construcci¨®n de consensos es m¨¢s relevante que nunca para abordar pol¨ªticas laborales dignas y productivas, extensi¨®n de la protecci¨®n social y respeto a los derechos
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Hace un a?o la covid-19 aterriz¨® en Am¨¦rica Latina y el Caribe provocando una crisis de magnitud sin precedentes en el mundo del trabajo. En los d¨ªas posteriores a la declaraci¨®n de pandemia por parte de la OMS en marzo de 2020, en la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n se decretaron medidas de emergencia sanitaria. Las calles se vaciaron, la actividad econ¨®mica se detuvo. En 12 meses de pandemia se produjo una contracci¨®n sin precedentes del nivel de ocupaci¨®n: m¨¢s de 26 millones de empleos desaparecieron en la regi¨®n de acuerdo con datos preliminares de la OIT para todo el a?o 2020, representando una disminuci¨®n de casi 10% del empleo total.
En general las personas que pierden su empleo siguen en la fuerza laboral buscando otras oportunidades y por eso figuran en las estad¨ªsticas como desocupados. En esta crisis eso no sucedi¨®: alrededor de 80% de los que perdieron sus empleos ¡ªequivalente a m¨¢s de 20 millones de personas¡ª han salido de la fuerza de trabajo por la falta de oportunidades laborales, de acuerdo con los datos recopilados para un nuevo informe regional de OIT que saldr¨¢ a comienzos de abril.
Estas salidas han sido m¨¢s prominentes en el caso de los j¨®venes, activando una bomba de tiempo que podr¨¢ tener un impacto sobre la estabilidad social y pol¨ªtica en la regi¨®n.
El impacto tambi¨¦n ha sido m¨¢s intenso para las mujeres debido a la mayor presencia femenina en sectores econ¨®micos fuertemente afectados por esta crisis y de las crecientes dificultades para conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares durante los confinamientos. En un a?o la regi¨®n ha retrocedido una d¨¦cada en t¨¦rminos de equidad de g¨¦nero.
Es un dato preocupante porque es a trav¨¦s del empleo que las personas se conectan con la econom¨ªa y con sus comunidades: el trabajo decente es causa y consecuencia del crecimiento inclusivo y sostenible. Adem¨¢s, las fuentes laborales generan el 80% de los ingresos de las familias en esta regi¨®n y la fuerte ca¨ªda tiene impactos sobre la pobreza y las desigualdades.
A pesar que la pandemia a¨²n causa estados de emergencia y confinamientos, la econom¨ªa ha comenzado a moverse y los procesos de vacunaci¨®n fueron iniciados en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Ahora toca volver a generar los empleos perdidos por la pandemia.
2021 debe ser el a?o de la vacunaci¨®n y de la recuperaci¨®n econ¨®mica con generaci¨®n de empleo decente. En la b¨²squeda de la recuperaci¨®n y de los empleos perdidos resulta ineludible abordar las condiciones preexistentes en la regi¨®n, que son claves para entender por qu¨¦ el impacto de la pandemia en el empleo fue tan fuerte.
Muchos de los desaf¨ªos que ten¨ªamos antes de la pandemia contin¨²an vigentes, aunque ahora son m¨¢s urgentes. Alta informalidad, reducidos espacios fiscales, persistente desigualdad, baja productividad y escasa cobertura de la protecci¨®n social, entre otros.
2021 debe ser el a?o de la vacunaci¨®n y de la recuperaci¨®n econ¨®mica con generaci¨®n de empleo decente
La covid-19 irrumpi¨® en la regi¨®n en un escenario de crecimiento lento que no permit¨ªa reducir la informalidad que en ese momento lastraba con salarios bajos, inestabilidad laboral, sin seguridad ni derechos las posibilidades de progresar de la mitad de la fuerza laboral ocupada, que a finales de 2019 eran unas 150 millones de personas.
Cuando se declar¨® la emergencia fuimos testigos de lo que pasa cuando las personas necesitan trabajar cada d¨ªa para comer ese d¨ªa, como suele ocurrir en la informalidad, o cuando viven en lugares donde el confinamiento es imposible. Los trabajadores que enfrentan mayores vulnerabilidades en el mundo del trabajo han sido los m¨¢s afectados. Por eso es que la OIT ha alertado sobre la amplificaci¨®n de las desigualdades a causa de esta pandemia.
La baja capacidad fiscal de los pa¨ªses latinoamericanos ha sido persistente estos a?os y amenazaba con agudizarse antes de la pandemia. Los problemas del bajo dinamismo econ¨®mico y de una ineficiente recaudaci¨®n tributaria no contribu¨ªan a mejorar la situaci¨®n.
Los gobiernos utilizaron los recursos disponibles para apoyar a las personas y las empresas. Pero ha sido dif¨ªcil llegar a todos aquellos que necesitaban apoyo, la emergencia se ha alargado mucho m¨¢s de lo que esper¨¢bamos, y la necesidad de m¨¢s recursos amenaza con una pandemia de la deuda.
Cuando se declar¨® la emergencia fuimos testigos de lo que pasa cuando las personas necesitan trabajar cada d¨ªa para comer, como suele ocurrir en la informalidad, o cuando viven en lugares donde el confinamiento es imposible
A las condiciones preexistentes, se suman otros nuevos desaf¨ªos que tambi¨¦n requieren atenci¨®n. Durante la pandemia el futuro del trabajo lleg¨® sin avisar. La crisis ha funcionado como aceleradora de tendencias y coloca frente a frente avances innovadores y problemas estructurales seculares.
El impulso al teletrabajo y la digitalizaci¨®n conviven con el deterioro de las condiciones de trabajo en plataformas digitales y aumento en los riesgos de bioseguridad y psicosociales o la profundizaci¨®n de la brecha digital. La seguridad y salud ocupacionales ahora son m¨¢xima prioridad y adquieren una nueva dimensi¨®n: ser¨¢ all¨ª donde se libre una batalla definitiva contra la covid-19.
Entre los efectos m¨¢s perversos de la pandemia est¨¢ el riesgo de que alrededor 300.000 ni?os y ni?as sean v¨ªctimas del trabajo infantil debido a la combinaci¨®n del cierre de escuelas con la reducci¨®n generalizada del ingreso de las familias. Esto es no solamente un retroceso moral y ¨¦tico, sino que tambi¨¦n se configura como destrucci¨®n de capital humano. Se est¨¢ hipotecando el futuro.
Frente a un escenario tan complejo, el di¨¢logo social y la construcci¨®n de nuevos consensos, pactos o acuerdos es m¨¢s relevante que nunca para abordar pol¨ªticas de promoci¨®n del empleo digno y productivo, extensi¨®n de la protecci¨®n social y respeto a los derechos laborales.
La b¨²squeda de una mejor normalidad requiere acciones ambiciosas para recuperarnos de los retrocesos en el mundo del trabajo y potenciar oportunidades relacionadas con la transici¨®n digital, con el aumento de la formalizaci¨®n y productividad. Debemos estar preparados para sacar al empleo de la terapia intensiva, y as¨ª evitar que el futuro del trabajo nos devuelva al siglo pasado.
Vin¨ªcius Pinheiro es director de OIT para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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