Educaci¨®n, la mejor arma contra el trabajo infantil antes, durante y despu¨¦s de la pandemia

"No soy solo Felipe, soy los 152 millones de ni?os en todo el mundo que est¨¢n en trabajo infantil". Con esta frase, un adolescente brasile?o abri¨® su discurso en la reuni¨®n del Consejo Ejecutivo de Unicef, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, en septiembre de 2019. Se llama Felipe Caetano y, a los 17 a?os, demostr¨® lo cruel que es el trabajo infantil, pero tambi¨¦n c¨®mo superarlo.

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En este momento de pandemia, cuando enfrentamos el riesgo de aumentar la pobreza y el trabajo infantil en Brasil y en el mundo, la historia de Felipe Caetano nos trae esperanza y nos muestra caminos. Un residente de Arquiraz, en el noreste de Brasil, comenz¨® a trabajar a la edad de 8 a?os, recolectando latas y botellas para ayudar a mantener a su familia. A los 12 a?os ya era mesero en la playa. Fue entonces cuando conoci¨® el Centro de Ciudadan¨ªa para Adolescentes, una iniciativa de Unicef para garantizar el derecho a la participaci¨®n de ni?as y ni?os en los municipios donde viven. All¨ª, se enter¨® de que ten¨ªa derechos. ?l entendi¨® que los ni?os tienen que estar en la escuela, no tienen que trabajar. ?l entendi¨® que hay leyes que lo protegen, que el trabajo est¨¢ prohibido en Brasil para ni?os menores de 16 a?os, excepto como aprendiz. Y cambi¨® su historia.

?Pero cu¨¢ntos otros Felipes todav¨ªa existen en Brasil? En las ¨²ltimas d¨¦cadas, el pa¨ªs ha logrado reducir significativamente las tasas de trabajo infantil. Entre 1992 y 2015, 5,7 millones de ni?os y adolescentes de cinco a 17 a?os fueron sacados de esta condici¨®n, lo que representa una reducci¨®n del 68%, seg¨²n el Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE) de 2015.

Sin embargo, 2,4 millones de ni?os y adolescentes de cinco a 17 a?os todav¨ªa continuaban en estado de trabajo infantil en Brasil en 2016, seg¨²n el IBGE (¨²ltimo dato disponible). El problema afecta particularmente a las ni?as y ni?os negros. Del trabajo infantil total en el pa¨ªs, el 64.1% eran de color. En general, tambi¨¦n son los m¨¢s expuestos a otras privaciones de derechos, ya que viven en la pobreza, a menudo fuera de la escuela o atrasados en sus estudios.

La pandemia aumenta el riesgo en Brasil

Como efecto secundario, la nueva pandemia de coronavirus puede ampliar a¨²n m¨¢s estas desigualdades. Esto nos trae una se?al de advertencia: existe un riesgo inminente de aumentar el trabajo infantil en el pa¨ªs. Con las escuelas cerradas para evitar la transmisi¨®n del virus y el aumento de la miseria, el trabajo puede parecer, por error, una forma de que ni?as y ni?os puedan ayudar a sus familias. Esta alternativa no puede ser aceptada. El trabajo infantil es una violaci¨®n de sus derechos. Impacta el desarrollo f¨ªsico y emocional, adem¨¢s de impedir a menudo la continuidad de la educaci¨®n, reproduciendo ciclos de pobreza en las familias. El trabajo infantil tambi¨¦n puede ser una puerta de entrada a otras violaciones de los derechos del ni?o, como la violencia sexual.

?l entendi¨® que los ni?os tienen que estar en la escuela. ?l entendi¨® que hay leyes que lo protegen, que el trabajo est¨¢ prohibido en Brasil para ni?os menores de 16 a?os. Y cambi¨® su historia

En este momento, es a¨²n m¨¢s necesario promover los esfuerzos para garantizar que los ni?os y adolescentes vulnerables regresen a la escuela despu¨¦s de la pandemia, y que sus familias tengan apoyo para superar las situaciones de precariedad. Al mismo tiempo, es esencial mirar a los adolescentes de 14 a?os o m¨¢s, brind¨¢ndoles oportunidades de aprendizaje y trabajo protegido.

La Constituci¨®n Federal proh¨ªbe el trabajo de ni?os menores de 16 a?os en Brasil, excepto como aprendiz, a partir de los 14 a?os. La Ley de Aprendizaje (10.097 / 2000) determina que cada empresa mediana o grande tiene entre un 5% y un 15% de aprendices, entre 14 y 24 a?os, considerando las funciones que requieren capacitaci¨®n profesional.

Sin embargo, en 2018, solo hab¨ªa 435.956 j¨®venes registrados como aprendices en el pa¨ªs. Al mismo tiempo, m¨¢s de 1,7 millones de ni?os y adolescentes de 4 a 17 a?os no asist¨ªan a la escuela, incluidos 1,15 millones de adolescentes entre 15 y 17 a?os.

Por esta raz¨®n, Unicef hace un llamamiento a las empresas p¨²blicas y privadas para reforzar su compromiso con cada adolescente brasile?o. Al ofrecer un puesto de aprendiz, la empresa puede cumplir su funci¨®n social y contribuir para que ni?as y ni?os puedan asistir a la escuela regular en la escuela secundaria y tengan la oportunidad de recibir capacitaci¨®n t¨¦cnica y profesional remunerada.

En este D¨ªa mundial de lucha contra el trabajo infantil, en el que avanzamos hacia una realidad post-pand¨¦mica, la opci¨®n de aprendizaje es a¨²n m¨¢s importante para mantener a los adolescentes en la escuela, con ingresos y protegidos del trabajo infantil y otros tipos de violencia. Igualmente importante ser¨¢ el regreso seguro de ni?os, ni?as y adolescentes, particularmente los m¨¢s vulnerables, a la escuela una vez que el impacto de la epidemia haya disminuido.

Garantizar el acceso a las opciones de educaci¨®n y aprendizaje es la mejor protecci¨®n contra el trabajo infantil, que contin¨²a manteniendo a ni?as y ni?os en un c¨ªrculo vicioso de pobreza y exclusi¨®n.

Florence Bauer es representante de Unicef en Brasil.

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