Qu¨¦ aporta Am¨¦rica Latina y Caribe en la Cumbre del Clima para preservar el planeta
La agricultura propicia como ninguna otra la creaci¨®n de oportunidades en ¨¢mbitos como la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, as¨ª que no perdamos de vista a la regi¨®n latinoamericana, que alberga la mitad de la biodiversidad del mundo y cuyo sector agropecuario representa el 5% de su PIB
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Cinco l¨ªderes latinoamericanos participar¨¢n en la Cumbre sobre el Clima que tendr¨¢ lugar el 22 y 23 de abril, invitados por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a otros 35 gobernantes. La esperada presencia de los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y M¨¦xico en la cita global constituye un reconocimiento a la importancia de esas cinco grandes potencias agroalimentarias y a su papel estrat¨¦gico en el combate al cambio clim¨¢tico a trav¨¦s de acciones vinculadas al refuerzo de la seguridad alimentaria junto a un uso racional de los recursos naturales y la preservaci¨®n de la salud de los suelos y la biodiversidad, entre otros desaf¨ªos.
La participaci¨®n activa de nuestros pa¨ªses en la mesa que busca una ambici¨®n clim¨¢tica m¨¢s fuerte ¨Ca la que pronto se sumar¨¢n otras naciones de la regi¨®n con liderazgo clim¨¢tico, impronta innovadora o vulnerabilidad exacerbada, adem¨¢s de l¨ªderes empresariales y de la sociedad civil¨C, abre una enorme oportunidad para dejar de lado estrategias basadas en modelos tradicionales, construyendo una relaci¨®n simbi¨®tica entre agricultura y medio ambiente.
Eso significa, junto a la promoci¨®n de un sector agropecuario sostenible, resiliente al clima y bajo en carbono, la gran posibilidad de promover una industrializaci¨®n inteligente de nuestras sociedades a partir del uso de recursos biol¨®gicos, reduciendo desperdicios de modo eficiente en cada etapa de los ciclos productivos y convirtiendo a los territorios rurales en grandes f¨¢bricas verdes, de alimentos cada vez m¨¢s sanos y nutritivos, bioenerg¨ªas, biomateriales y probi¨®ticos.
La convocatoria del presidente Biden reconoce tambi¨¦n la capacidad de Am¨¦rica Latina y el Caribe para sustentar la seguridad alimentaria global, papel construido a partir de una gran dotaci¨®n de recursos naturales y de capacidades posibles de ser perfeccionadas mediante la incorporaci¨®n plena a la faz productiva de las dimensiones social, ambiental y tecnol¨®gica.
En la regi¨®n que alberga el 46% del agua dulce y el 50% de la biodiversidad del planeta, el sector agropecuario provee 14% de los empleos totales, representa el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), constituyendo al mismo tiempo la regi¨®n exportadora de alimentos m¨¢s importante del mundo. Es, por lo tanto, uno de los que da peso espec¨ªfico a las naciones latinoamericanas en el tablero global, y tambi¨¦n una palanca esencial para el desarrollo dada su interacci¨®n creciente con la nueva frontera del conocimiento.
Esa multiplicidad de funciones, todas ellas vitales para el planeta, est¨¢ amenazada por el cambio clim¨¢tico, dado el nexo de la agricultura con los ecosistemas y los recursos naturales, que enfrentan altos niveles de degradaci¨®n. Ejemplos v¨ªvidos de la exposici¨®n a una mayor frecuencia a los eventos clim¨¢ticos extremos son los casos del Corredor Seco Centroamericano, los pa¨ªses del Caribe Oriental y Hait¨ª.
Visible en los incrementos de las temperaturas, los crecientes desaf¨ªos h¨ªdricos, las sequ¨ªas y las inundaciones, las tormentas y la salinizaci¨®n de suelos, la aceleraci¨®n del cambio clim¨¢tico afecta la producci¨®n y los medios de vida de millones de agricultores y agricultoras de la regi¨®n, que se transforman en migrantes clim¨¢ticos.
En ese escenario, es preciso reconocer que el sector agropecuario ¨Ccomo cualquier actividad generadora de bienes y servicios¨C tiene su grado de responsabilidad en la emisi¨®n de gases de efecto invernadero.
Desde una perspectiva hist¨®rica, sin embargo, la agricultura est¨¢ en proceso de transici¨®n y su responsabilidad en la emisi¨®n de gases de efecto invernadero se ha visto reducida. En esa transici¨®n inciden con fuerza la siembra directa, la integraci¨®n agricultura-cultivo forestal, la recuperaci¨®n de pasturas degradadas y los avances en biotecnolog¨ªa, entre otras acciones que mitigan el impacto clim¨¢tico del sector.
Requerimos para ello dise?os institucionales adecuados, el fortalecimiento de los sistemas nacionales de ciencia y tecnolog¨ªa y su interconexi¨®n con los regionales y hemisf¨¦ricos, una nueva generaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas, una cooperaci¨®n t¨¦cnica moderna y la facilitaci¨®n en el acceso a tecnolog¨ªas digitales, de modo de que nuestros agricultores ¨Cguardianes de la biodiversidad y los que verdaderamente garantizan la seguridad alimentaria y nutricional¨C tengan rendimientos crecientes y mejores ingresos, rompiendo c¨ªrculos viciosos de exclusi¨®n, pobreza y migraci¨®n.
Como actividad estrat¨¦gica y transformadora en la que convergen los temas de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, la agricultura propicia como ninguna otra la creaci¨®n de oportunidades. Y es como siempre, y a¨²n m¨¢s en esta hora dram¨¢tica, parte de la soluci¨®n a los problemas que nos aquejan.
Manuel Otero es director general del Instituto Interamericano de Cooperaci¨®n para la Agricultura (IICA)
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