Cuando las palabras salvan: de periodista migrante a redactora creativa del mundo
La de esta venezolana es una historia de vida inspiradora para que las mujeres migrantes sepan que s¨ª existen alternativas para empezar de nuevo y lograr el ¨¦xito
Nunca se borrar¨¢ de mi memoria el d¨ªa que mi marido y yo decidimos emigrar de Venezuela. La muerte de ?scar P¨¦rez, un funcionario de la polic¨ªa disidente, a manos del Gobierno y transmitida en vivo a trav¨¦s de Periscope, fue el detonante de nuestra partida. No estaba dispuesta a permitir que mi hija, de apenas meses, creciera en un pa¨ªs donde las autoridades ajusticiaban en vivo a quien se atreviera a estar en desacuerdo con sus pol¨ªticas.
Decidimos venir a Espa?a porque era, en parte, nuestro destino natural. Mi marido es un espa?ol nacido fuera de Espa?a porque sus padres fueron, a su vez, emigrantes espa?oles que escogieron Venezuela para vivir. Esto nos daba una ventaja, por lo que el tema de la legalidad no iba a ser ning¨²n problema para nosotros. Por otra parte, estaba el clima. Partir del Caribe a cualquier otro lugar es muy fuerte. Tener el mar cerca, sentir un poco del calor del sol a la orilla de la playa y el olor a brisa marina era una manera de no irme del todo. Por eso escogimos Valencia.
Yo soy periodista y, aunque he trabajado en medios y en marketing muchos a?os, haciendo gran parte de lo que hago hoy, no cre¨ªa que me sirviera de nada en ese momento. Al contrario, pensaba que jam¨¢s ejercer¨ªa mi profesi¨®n en otro pa¨ªs que no fuera el m¨ªo. Sin t¨ªtulo homologado, ni contactos, ni tiempo, la ¨²nica alternativa que ve¨ªa posible era invertir en un negocio en el que, al menos, pudiera trabajar con mi familia.
As¨ª que no se me ocurri¨® una mejor idea que abrir un restaurante de hamburguesas en Valencia, al mejor estilo de las calles de Caracas, sin experiencia en hosteler¨ªa y sin un an¨¢lisis previo del mercado al que me enfrentaba: ?A qui¨¦n pod¨ªa no gustarle las hamburguesas con aguacate, patatas fritas crujientes, huevo frito, tomate, cebolla y todo tipo de salsas exquisitas? Todo lo que imagines, mi querido lector, lo tiene una hamburguesa caraque?a. Por lo tanto, en mi cabeza, nada pod¨ªa salir mal...
As¨ª aprend¨ª mi primera lecci¨®n de marketing: nunca crees un servicio o un producto sin hacer una investigaci¨®n del mercado al que pretendes venderle, tampoco sin un proyecto ni una planificaci¨®n. El negocio se fue al traste tan solo un a?o m¨¢s tarde y con ¨¦l la ilusi¨®n de traer al resto de mi familia a Espa?a. Mi hermano, que emigr¨® unos meses despu¨¦s que yo, tambi¨¦n se qued¨® sin trabajo y, junto con nuestro esfuerzo, se fueron todos mis ahorros. El ¨²nico que no sali¨® perdiendo fue mi marido, pues encontr¨® un empleo como desarrollador de aplicaciones: una actividad mucho m¨¢s demandada que la de periodista o cocinero.
Cuando emigras o emprendes huyendo no existe un plan B. Solo hay plan A
Estaba devastada y entr¨¦ en una espiral de tristeza y desesperanza, porque yo solo ten¨ªa plan A. Yo estaba huyendo, emigr¨¦ huyendo y, al no creerme capaz de calar en un sistema desconocido, tambi¨¦n emprend¨ª huyendo. Cuando emigras o emprendes huyendo no existe un plan B. Solo hay plan A y consiste en trabajar las horas que sea en lo que sea.
?Qu¨¦ pasa si ese plan te falla? Pues te cargas los ahorros de la familia, sientes que los has decepcionado a todos y el mundo se te viene abajo. En Venezuela decimos que si hay algo positivo en ¡°tocar fondo¡± es que la ¨²nica opci¨®n que tienes es impulsarte para subir a la superficie, despu¨¦s de todo, no puedes traspasar el suelo. Cuando decidimos cerrar el negocio porque los gastos se hab¨ªan devorado todos nuestros ahorros, encontr¨¦ la oferta de un curso del SEPE para aut¨®nomos: un programa de t¨¦cnicas de mercado digital que iba a suponer el principio del cambio de rumbo en mi carrera.
Un sencillo curso bast¨® para que me diera cuenta de que lo que necesitaba era encontrar una alternativa digital a lo que ya sab¨ªa hacer: escribir. As¨ª, en una vuelta del destino, la fortuna me sonri¨® y una devoluci¨®n de Hacienda me permiti¨® invertir en un par de m¨¢steres que catapultaron mi carrera: uno en copywriting, o redacci¨®n publicitaria, y otro en mercadotecnia digital. Por fin ten¨ªa la oportunidad de volver a empezar en algo que no era del todo nuevo para m¨ª.
Entonces lleg¨® el cisne negro que nadie se imagin¨®: la pandemia de la covid-19 en marzo de 2020. Pero, como dicen por ah¨ª, ¡°toda crisis lleva en s¨ª misma el germen de la oportunidad¡± y en mi caso no ten¨ªa por qu¨¦ ser la excepci¨®n. De esa forma, aquello que para la mayor¨ªa de las personas en el mundo ha significado una cat¨¢strofe, signific¨® para m¨ª la posibilidad de volver a trabajar.
Cientos de empresas comenzaron a necesitar presencia digital porque los h¨¢bitos de consumo estaban cambiando a la velocidad de la luz y deb¨ªan adaptarse a la nueva situaci¨®n o desaparecer del mercado. Todas a la vez necesitando actualizar sus webs, haciendo promociones en redes sociales, tirando del correo electr¨®nico publicitario para no ver caer sus ventas en picado o, directamente, vendiendo a trav¨¦s del comercio virtual. Y yo all¨ª. Con mis m¨¢steres de copywriting y marketing reci¨¦n salidos del horno. Lista para empezar a hacer lo que ya sab¨ªa, aunque con conocimientos potenciados.
Hay un dicho que dice que ¡°vale m¨¢s llegar a tiempo que ser invitado¡± y eso fue exactamente lo que me pas¨®. Llegu¨¦ a tiempo al torbellino digital. Empec¨¦ a encontrar clientes que necesitaban con urgencia transmitir a su p¨²blico el valor de sus productos o servicios y diferenciarse de sus competidores en el oc¨¦ano de marcas e informaci¨®n que es internet.
He descubierto que lo que me separaba del ¨¦xito profesional era el miedo que me hizo huir de Venezuela, pero que, despu¨¦s de darme cuenta de lo que soy capaz, ya no existe
Un cliente me llev¨® a otro y este a otro. Y el boca a boca digital fue haciendo el resto. Mi agenda se fue llenando hasta quedar copada de trabajo. Mis estrategias les funcionaban a mis clientes, as¨ª como mis textos les generaban m¨¢s ventas.
Hoy, un a?o m¨¢s tarde, lo siguen haciendo: He trabajado con clientes como Engels & Volkers; La Escuela de Copywriting y la Sociedad Espa?ola de Esclerosis M¨²ltiple, y he descubierto que lo que me separaba del ¨¦xito profesional era el miedo. Ese mismo miedo que en 2017 me hizo huir de Venezuela buscando un lugar m¨¢s seguro para mi familia, pero que, despu¨¦s de darme cuenta de lo que soy capaz, ya no existe. Hoy s¨¦ que puedo hacer lo que s¨¦ hacer desde el lugar del mundo que prefiera.
Ya no soy m¨¢s una inmigrante porque aunque ahora estoy en Espa?a, en seis meses podr¨ªa estar en otro sitio. Soy, gracias a internet, una ciudadana de la rep¨²blica de mi hogar y estar¨¦ siempre donde vayan mis afectos.
Marja Morante es periodista venezolana y experta en marketing digital.
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