Un solicitante de asilo de clase media
El venezolano F¨¦lix Juvenal Freites dej¨® su pa¨ªs en el ¨²ltimo momento, antes de que la inestabilidad pol¨ªtica le tocase de lleno. En Espa?a, su vida es muy diferente a la que conoci¨® antes
¡°Lo ve¨ªa todo como una pel¨ªcula, no me estaba pasando a m¨ª¡±. As¨ª describe F¨¦lix Juvenal Freites (El Tigre, Venezuela,1954), refugiado en Espa?a, la despedida de su hija y su esposa en el aeropuerto donde dej¨® su vida atr¨¢s para huir de las constantes persecuciones que sufr¨ªa por parte del Gobierno venezolano. El 27 de abril de 2018, Juvenal aterriz¨® en Espa?a para comenzar, tal y como lo define ¨¦l, ¡°su nueva libertad¡±.
F¨¦lix Juvenal trabaj¨® como gerente de recursos humanos de la empresa petrolera Pdvsa y como profesor de la Universidad de Falc¨®n, empleos que describe con un gran orgullo. Una vida acomodada que se vio obligado a abandonar para mudarse a una vida muy modesta y con m¨²ltiples dificultades en Espa?a.
Venezuela vivi¨® el 11 de abril de 2002 un golpe de Estado contra el entonces presidente Hugo Ch¨¢vez, acontecimiento que deriv¨® en el conocido Paro Petrolero, huelga nacional secundada por la oposici¨®n para forzar la renuncia del presidente. La paralizaci¨®n alcanz¨® tal envergadura que el Gobierno tom¨® duras represalias, despidiendo a unos 20.000 empleados de la petrolera Pdvsa (Petr¨®leos de Venezuela S.A.), entre ellos, Juvenal: ¡°Se nos prohibi¨® absolutamente la entrada a nuestras instalaciones, nos sacaron de las casas, a los ni?os de los colegios. A partir de ese momento, comenz¨® a haber acciones en contra de esos 20.000 trabajadores¡±.
Desde este momento, F¨¦lix Juvenal comienza una dura carrera de obst¨¢culos, consecuencia del continuo acoso realizado por el Gobierno venezolano. La lista Tasc¨®n, creada por Ch¨¢vez, conten¨ªa los nombres de las personas se?aladas como opositoras al r¨¦gimen, motivo por el cual deb¨ªan ser castigadas. Y Juvenal estaba en ella. ¡°No consegu¨ªamos trabajo, los servicios p¨²blicos estaban restringidos, hab¨ªa un discurso constante encabezado por el mismo presidente sobre que ¨¦ramos unos traidores, vende patrias, aliados con los Gringo¡¡±, explica Juvenal.
La mayor¨ªa de los empleados despedidos decidieron huir del pa¨ªs para evitar cualquier tipo de represi¨®n. Sin embargo, F¨¦lix Juvenal resiste
La mayor¨ªa de los empleados despedidos de la empresa petrolera decidieron huir del pa¨ªs para evitar cualquier tipo de represi¨®n. Sin embargo, F¨¦lix Juvenal resiste y contin¨²a viviendo en Venezuela junto a su familia, tal y como relata ¨¦l mismo: ¡°A pesar de que no ten¨ªa ninguna posibilidad, yo decid¨ª no salir de mi pa¨ªs¡±. A?os m¨¢s tarde, encuentra la oportunidad de trabajar como profesor de administraci¨®n en la Universidad de Falc¨®n.
Juvenal sufre el golpe m¨¢s duro en el a?o 2012, cuando es declarado culpable de las p¨¦rdidas millonarias provocadas por el Paro Petrolero junto a 184 empleados m¨¢s y condenado a pagar 103 millones de d¨®lares (casi 93.000 euros), sin ning¨²n tipo de justificaci¨®n. ¡°El juicio lo hicieron con criterio masivo en un barrio muy violento, crearon una especie de estadio y nuestros abogados nos recomendaron no ir. Cuando ellos hablaron, recibieron gritos de traidores¡±, declara entre varios silencios. Tras la publicaci¨®n de la sentencia, la persecuci¨®n fue cada vez mayor y le aconsejaron que se deshiciera de los bienes materiales y se resguardara, seg¨²n cuenta Juvenal con gran conmoci¨®n.
¡°Met¨ª mi vida en una maleta y me fui al aeropuerto¡±
Una llamada a su esposa procedente del aeropuerto establece el punto final de su vida en Venezuela. Al caer la noche, esta le advierte de que debe abandonar el pa¨ªs de inmediato o ser¨¢ encarcelado. ¡°Met¨ª mi vida en una maleta y me fui al aeropuerto¡±, comenta con tristeza. Se despide de su hija y su mujer en un infinito mar de l¨¢grimas. ¡°Lo ve¨ªa todo como una pel¨ªcula, no me estaba pasando a m¨ª¡±. Su hija preguntaba constantemente ?por qu¨¦ se tiene que ir pap¨¢? ¡°Ya en el aeropuerto, escuch¨¦ mi nombre por megafon¨ªa. Se me par¨® el coraz¨®n¡±, relata Juvenal con nervios y seriedad. Afortunadamente, solo quer¨ªan revisar su equipaje.
El 3 de mayo de 2018, cinco d¨ªas despu¨¦s de llegar a Espa?a, la polic¨ªa pol¨ªtica irrumpe en su casa y presiona a su mujer para que confiese donde est¨¢ Juvenal. Le env¨ªan varias cartas de citaci¨®n, y las amenazas contin¨²an y su esposa se ve obligada a abandonar la vivienda. A pesar de las diferentes persecuciones que sufre el entrevistado, Espa?a desestim¨® su solicitud de asilo pol¨ªtico y protecci¨®n internacional. ¡°Me dieron la condici¨®n de residencia por razones humanitarias¡±, aclara.
Hace ocho meses, su mujer y su hija consiguieron trasladarse a Espa?a despu¨¦s de un largo a?o y medio separados, seg¨²n cuenta ¨¦l con gran emoci¨®n. Ahora, disfruta al m¨¢ximo de su familia a pesar de las dificultades que a¨²n sigue encontrando. ¡°El otro d¨ªa estuve bastante tiempo fuera de casa y al llegar mi hija me dijo: ¡®Pap¨¢, hoy hemos estado muchas horas sin vernos¡±, cuenta con afecto y alegr¨ªa.
Despu¨¦s de superar un obst¨¢culo tras otro, Juvenal explica con orgullo su historia y sus ganas de seguir cumpliendo objetivos, como conseguir un trabajo, y asegura que solo puede mostrar un ¡°agradecimiento infinito a Espa?a¡±.
Esta entrevista fue realizada en el marco del taller de periodismo humanitario de la Escuela de Periodismo de EL PA?S y gracias a la colaboraci¨®n de la ONG Cesal, que da asistencia a personas migrantes como F¨¦lix Juvenal Freitas.
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