La guerra de las galaxias: una amenaza no tan fantasma
El espacio exterior es cada vez m¨¢s esencial para la vida en la Tierra. Existe la creciente preocupaci¨®n en la comunidad internacional de que, a medida que se vuelve cada vez m¨¢s importante en t¨¦rminos econ¨®micos y estrat¨¦gicos, se convierta en un dominio armado, lo que podr¨ªa tener consecuencias catastr¨®ficas
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Muchas facetas de la vida moderna para miles de millones de personas en la Tierra dependen de la tecnolog¨ªa espacial. Objetos como los sat¨¦lites hacen posible la existencia de servicios como comunicaciones, navegaci¨®n, predicci¨®n meteorol¨®gica, monitoreo ambiental o respuesta a desastres, por nombrar algunos.
Decenas de gobiernos y de entidades comerciales est¨¢n dise?ando, construyendo y lanzando objetos al espacio. Entre ellos se encuentra Espa?a, que es un Estado miembro fundador de la Agencia Espacial Europea y ha tenido un papel esencial en varias de las misiones m¨¢s importantes de Europa, como Galileo, Cop¨¦rnico o Rosetta.
La dependencia de la humanidad del espacio va a seguir aumentando, y no ¨²nicamente para pa¨ªses desarrollados como Espa?a. De hecho, alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible de 2030 depende en gran medida de la tecnolog¨ªa espacial. Por ejemplo, los sat¨¦lites cumplen una funci¨®n transcendental en hacer frente a futuras pandemias, puesto que contribuyen a fortalecer la preparaci¨®n, mejoran la vigilancia y proporcionan una alerta temprana eficaz de brotes de enfermedades. La innovaci¨®n en este campo tambi¨¦n ayudar¨¢ a afrontar el cambio clim¨¢tico, pronosticar desastres naturales y apoyar la gesti¨®n de cat¨¢strofes cuando ocurran. Por tanto, miles de millones de personas en todo el mundo se benefician del uso pac¨ªfico del espacio en t¨¦rminos de salud, riqueza y bienestar.
El panorama, de todos modos, no es del todo rosa. Debido a la importancia cr¨ªtica del espacio, varios pa¨ªses en los ¨²ltimos a?os han formado las llamadas ¡°fuerzas espaciales¡± y est¨¢n desarrollando doctrinas nacionales para combatir. Algunos de ellos incluso han probado capacidades ofensivas de varios tipos.
Los riesgos de armar el espacio
Las preocupaciones sobre seguridad de estos pa¨ªses son hasta cierto punto leg¨ªtimas. El problema es que este patr¨®n de respuestas a las acciones y actividades de sus competidores espaciales est¨¢ impulsando una escalada armament¨ªstica. Si la comunidad internacional no act¨²a para desacelerar esta carrera espacial, la humanidad corre el riesgo de sufrir las devastadoras consecuencias que se derivar¨ªan de un conflicto extraterrestre. Estas consecuencias podr¨ªan ir desde la interrupci¨®n masiva de servicios como el GPS y la denegaci¨®n del acceso a internet hasta los residuos creados a partir de la destrucci¨®n de objetos, que podr¨ªan obstaculizar el uso de algunas ¨®rbitas a todos los usuarios del espacio, posiblemente durante a?os.
Los pa¨ªses llevan muchos a?os intentando garantizar que el espacio exterior se utilice solo para fines pac¨ªficos. Incluso en el apogeo de la Guerra Fr¨ªa se establecieron acuerdos internacionales como el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 que, entre otras cosas, proh¨ªbe la colocaci¨®n de ¡°ning¨²n objeto portador de armas nucleares ni de ning¨²n otro tipo de armas de destrucci¨®n en masa, [el emplazamiento de] tales armas en los cuerpos celestes y [la colocaci¨®n de] tales armas en el espacio ultraterrestre en ninguna otra forma¡±. Estos acuerdos han contribuido a la seguridad en el espacio y en la Tierra, pero a medida que avanza la tecnolog¨ªa, tambi¨¦n lo hace el riesgo de conflicto.
Para asegurar la contribuci¨®n continua del espacio al bienestar de la humanidad, los pa¨ªses usuarios del mismo deben actuar para detener el uso de tecnolog¨ªa armament¨ªstica espacial
Las tecnolog¨ªas contraespaciales tienen la capacidad de interferir, incapacitar o destruir los objetos espaciales de adversarios, y algunas de ellas son utilizadas con frecuencia hoy en d¨ªa. Ejemplo de ello son los ciberataques y la interferencia electr¨®nica con sat¨¦lites. Otros, como la utilizaci¨®n de misiles interceptores lanzados desde la Tierra para atacar objetos espaciales, podr¨ªan usarse durante un conflicto y tendr¨ªan efectos catastr¨®ficos que tanto el sector militar como el civil sufrir¨ªan.
Incluso si ciertas tecnolog¨ªas espaciales no se han desarrollado con el objetivo de ser usadas como armas, sus caracter¨ªsticas, no obstante, podr¨ªan convertirlas en una amenaza a los ojos de los dem¨¢s. Un ejemplo de esto es el llamado arp¨®n espacial, un proyectil con p¨²as disparado desde un sat¨¦lite para recolectar basura espacial, que podr¨ªa utilizarse con fines hostiles. Ante tal imprevisibilidad estrat¨¦gica, el d¨¦ficit de confianza crece y las tensiones aumentan con mayor facilidad.
C¨®mo evitar la continuaci¨®n de una carrera armament¨ªstica espacial
Durante d¨¦cadas, los gobiernos han discutido sobre c¨®mo ¡°prevenir una carrera armament¨ªstica en el espacio ultraterrestre¡± en foros multilaterales como la Conferencia de Desarme en Ginebra. Ahora que la carrera armament¨ªstica espacial est¨¢ aqu¨ª, y dado lo que est¨¢ en juego, los pa¨ªses deben centrarse de nuevo en establecer pasos pr¨¢cticos para informarse mutuamente acerca de las capacidades de su tecnolog¨ªa espacial y asegurar que las intenciones con las que esta es usada no son hostiles.
Actualmente existen diversas propuestas en esta l¨ªnea. China y Rusia han sugerido un tratado para evitar que se coloquen armas en el espacio o que amenacen a los objetos. Otros gobiernos, predominantemente occidentales, han propuesto la ¡°reducci¨®n de las amenazas relacionadas con el espacio mediante normas, reglas y principios de conductas responsables¡±. Estos enfoques no son mutuamente excluyentes. La historia del control de armas sugiere que las medidas legalmente vinculantes y aquellas que no lo son pueden combinarse y secuenciarse de manera que se refuercen mutuamente.
Aun as¨ª, es poco probable que estas medidas sean suficientes para garantizar el uso seguro del espacio en el futuro. Tambi¨¦n se requieren medidas para aumentar la transparencia y la confianza en las actividades relacionadas con el espacio a fin de minimizar posibles malentendidos. Esto podr¨ªa conseguirse con la publicaci¨®n de pol¨ªticas nacionales sobre capacidades contraespaciales y el fomento del di¨¢logo entre los usuarios del espacio ¡ªincluyendo las compa?¨ªas comerciales¡ª sobre los impactos y los riesgos introducidos por nuevas tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas. Una mayor comprensi¨®n de estos problemas podr¨ªa ayudar a evitar el aumento de tensiones geopol¨ªticas.
El espacio es fundamental para sustentar y mejorar la vida en la Tierra. Contribuye activamente al desarrollo sostenible de muchas formas. Para asegurar la contribuci¨®n continua del espacio al bienestar de la humanidad, los pa¨ªses usuarios del mismo deben actuar para detener el uso de tecnolog¨ªa armament¨ªstica espacial y desarrollar mecanismos para evitar convertir las tensiones actuales en un conflicto en toda regla, con el objetivo de as¨ª mantener la Guerra de las Galaxias firmemente en el ¨¢mbito de la ciencia ficci¨®n.
Almudena Azc¨¢rate Ortega es investigadora asociada, John Borrie es investigador principal y James Revill es el l¨ªder del Programa de Armas de Destrucci¨®n Masiva y Otras Armas Estrat¨¦gicas del Instituto de las Naciones Unidas para la Investigaci¨®n del Desarme.
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