?C¨®mo salvar la biodiversidad que custodian los pueblos ind¨ªgenas?
La FAO publica un estudio sobre los sistemas alimentarios atesorados por las comunidades originarias desde la Amazon¨ªa hasta el ?rtico, el valor que representan para el mundo y los retos que enfrentan
Cuenta una de las leyendas de la comunidad ind¨ªgena tikuna-cocama-yagua (localizados en la Amazon¨ªa colombiana) que, hace muchos a?os, alguien fue a pescar y los peces que atrap¨® se convirtieron en los humanos que luego poblaron el resto del mundo. A su vez, sigue el cuento, esos animales crecieron de unos gusanos que brotaban de los ¨¢rboles de la aldea y que cayeron al agua. As¨ª es como entiende la humanidad esta poblaci¨®n de casi 10.000 personas: como una parte inseparable de la naturaleza.
Ese sentimiento de pertenencia les ha llevado a cuidar la tremenda biodiversidad del territorio, con una experiencia inigualable en la pesca. Esta comunidad, que produce el 75% de todo lo que consume, lleva a?os adapt¨¢ndose al ascenso de aguas que suceden entre noviembre y febrero. Cuando llega la ¨¦poca, el nivel de los r¨ªos aumenta hasta 14 metros y la pesca se convierte en una pieza clave de la alimentaci¨®n de estas familias, que consumen el triple de esta prote¨ªna que la media nacional. A partir de agosto, estos niveles vuelven a descender, y es entonces cuando los habitantes vuelven a priorizar los cultivos agr¨ªcolas. ¡°Esta poblaci¨®n tiene una capacidad incre¨ªble de adaptarse¡±, explica Liseth Escobar Aucu, de la Fundaci¨®n Omacha, ¡°son el ejemplo vivo de que el trabajo en colectivo y la resiliencia permiten encontrar soluciones a los problemas que se presentan¡±.
Porque problemas hay. Y muchos. La contaminaci¨®n de sus r¨ªos, la introducci¨®n de nuevas semillas y cultivos externos, as¨ª como la ambigua demarcaci¨®n del territorio con otras comunidades, provoca que el legado de los tikuna-cocama-yagua sea cada vez m¨¢s dif¨ªcil de continuar. Precisamente para evitar que el conocimiento y la sabidur¨ªa ancestral se extinga, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), junto con la Alianza Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) publicaron este viernes un nuevo estudio que identifica cientos de diversas especies de plantas y animales en todo el mundo bajo la custodia de los pueblos originarios.
El libro, Los sistemas alimentarios de los pueblos ind¨ªgenas: perspectivas sobre la sostenibilidad y la resiliencia desde la primera l¨ªnea del cambio clim¨¢tico, es uno de los estudios m¨¢s detallados y completos hasta ahora en los que convergen datos de ocho comunidades aut¨®ctonas desde el ?rtico al Sahel y de la Amazon¨ªa a las islas del Pac¨ªfico.
Yon Fern¨¢ndez-de-Larrinoa, jefe de la Unidad de Pueblos Ind¨ªgenas de la FAO, se?al¨® que el liderazgo y la toma de decisiones de las comunidades es indispensable: ¡°Ellos son los que custodian la biodiversidad, pero no siempre se les reconoce. Tenemos que colocarlos en el asiento del conductor y dise?ar pol¨ªticas que incluyan la sabidur¨ªa que conservan. Si no, estamos perdiendo una enorme oportunidad¡±. Dividido en ocho cap¨ªtulos, que incluye desde la caza y la pesca hasta la supervivencia en el desierto y la agricultura migratoria, el informe se publica ¡°en un momento clave¡±; a las puertas de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, que tendr¨¢ lugar en septiembre de 2021 en Roma. ¡°Nuestra sociedad comparte un prejuicio sobre estos pobladores, de que est¨¢n muy anclados al pasado. Y es err¨®neo. Solo ellos est¨¢n en continua adaptaci¨®n¡±, a?adi¨® Fern¨¢ndez.
Las lenguas ind¨ªgenas son especialmente ricas en citar plantas, animales, el medio ambiente y los ecosistemas. Cada vez que una lengua se muere, se apaga una forma de nombrar el mundo; y de entenderlo
La publicaci¨®n identifica los principales factores internos y externos que afectan los sistemas alimentarios, sus perspectivas futuras y continuidad como administradores de ecosistemas intactos y territorios que atesoran el 80% de la biodiversidad que queda y sugieren al menos cinco medidas para que ese porcentaje no siga disminuyendo:
-El derecho a la tierra. El respeto y el reconocimiento a las poblaciones originarias var¨ªa de pa¨ªs a pa¨ªs. Y aunque conste en el papel, la realidad de estas y de los activistas medioambientales es a veces una amenaza continua. En los ocho pueblos estudiados por la FAO ¨Clos baka, en Camer¨²n; los inari s¨¢mi, en Finlandia; los khasi, bhotia y anwal. en la India; los melanesios. en las Islas Salom¨®n; la comunidad kel tamasheq, en Mal¨ª; los tikuna, cocama y yagua, en Colombia; y los maya ch¡¯orti¡¯, en Guatemala¨C apenas hay unas pocas pol¨ªticas que apoyen el acceso a los recursos naturales.
-Promoci¨®n de las pr¨¢cticas tradicionales. Para Anne Nuorgam, presidenta del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Ind¨ªgenas el traslado de una generaci¨®n a otra de los saberes populares es vital para ¡°garantizar la protecci¨®n de la biodiversidad¡±: ¡°Los pueblos ind¨ªgenas adaptan su producci¨®n y consumo de alimentos a las estaciones y los ciclos naturales observados en los ecosistemas circundantes, no al rev¨¦s como lo hacen la mayor¨ªa de las otras sociedades [...] Nuestros sistemas alimentarios son ¨²nicos, se necesitan imperativos para asegurar nuestra forma de vida¡±.
-Gobernanza inclusiva. Los gobiernos han de crear junto a estas poblaciones las medidas que rijan los espacios protegidos. Como insisti¨® Qu Dongyu, director general de la FAO: ¡°No podemos olvidar nuestra historia, ni nuestras civilizaciones pasadas. Aprendamos de ellos, que son quienes protegen la cultura y los sistemas agroalimentarios; hag¨¢moslos part¨ªcipes¡±.
-Comercio justo. Los melanesios cosechan la nuez de ngali para venderlo en el mercado internacional, los ch¡¯orti¡¯ confeccionan sus artesan¨ªas con hoja de palmeras, los khasi venden las cestas de bamb¨² y los s¨¢mi sus animales. Las ocho poblaciones estudiadas venden sus cosechas y productos para pagar el transporte, la educaci¨®n y las medicinas. ¡°Pero, los ingresos no suelen ser siempre adecuados¡±, dicta el estudio.
-Programas de educaci¨®n de las lenguas locales e interculturalidad. Cerca de 4.000 lenguas de las 6.700 de todo el globo, son ind¨ªgenas. Y, aunque pueda parecer que no tienen relaci¨®n con los sistemas alimentarios, est¨¢n estrechamente relacionados. Estos idiomas son especialmente ricos en citar plantas, animales; describen el medio ambiente y los ecosistemas. La migraci¨®n de j¨®venes les desvincula de su cultura y de su sabidur¨ªa ancestral. Cada vez que una lengua se muere, se apaga una forma de nombrar el mundo; y de entenderlo.
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