Captar, trasladar y explotar: las estrategias de la trata de seres humanos que no vemos
Aunque hay instrumentos jur¨ªdicos para combatirla, el trabajo forzoso, la comisi¨®n de delitos mediante coacci¨®n o el matrimonio sin elecci¨®n son infradetectados. La campa?a #Tambi¨¦nesTrata expone los retos pendientes
En el vil asunto de la trata de personas, hay un ¨¢rbol gigante que no deja ver el bosque y ese es el tr¨¢fico de mujeres y ni?as con fines de explotaci¨®n sexual, lo que incluye la prostituci¨®n, por supuesto, pero tambi¨¦n sus derivados de chantaje para la pornograf¨ªa y servicios virtuales para adultos. El grave problema de la explotaci¨®n sexual constituye una abyecta actividad industrial multinacional, tanto o m¨¢s lucrativa que el comercio de armas, pero se ocultan, adem¨¢s, las v¨ªctimas de muchas otras finalidades de la trata de seres humanos. Ese bosque oculto del tr¨¢fico de personas incluye otras finalidades como los trabajos forzosos en la agricultura, la construcci¨®n o el sector de la pesca, as¨ª como la servidumbre dom¨¦stica, cuando no la captaci¨®n de chicas para la comisi¨®n de actividades delictivas, la mendicidad y los matrimonios forzados. Por ¨²ltimo, y en un porcentaje residual, figura el comercio de ¨®rganos, seg¨²n el ¨²ltimo informe global de Tr¨¢fico de Personas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), con estad¨ªsticas de 2018.
La trata no implica necesariamente una actividad a gran escala o a cargo de redes il¨ªcitas. Tambi¨¦n es trata el comercio humillante de seres humanos que ejercen personas no integradas en bandas delictivas, de un modo casi artesanal y para beneficiarse personal o familiarmente, abusando de la situaci¨®n de vulnerabilidad de alguien.
De una vileza de este tipo fue v¨ªctima reciente Pauline, una mujer de 38 a?os, nacida en Gab¨®n y captada en su humilde lugar de trabajo por un ciudadano europeo que le propuso trabajar cuidando a sus ni?os y como empleada dom¨¦stica interna, en su casa, en Espa?a. Pauline, que sosten¨ªa sola a una hija adolescente, acept¨®. En el aeropuerto de Madrid la esperaban la esposa y la suegra del hombre que la hab¨ªa contratado. A poco de llegar, advirti¨® que las condiciones laborales distaban de las prometidas y comenz¨® a sufrir un maltrato permanente de parte de las dos mujeres de la casa, con un horario de trabajo ilimitado, un estricto control de sus comunicaciones telef¨®nicas (Pauline tiene un hermano en Francia, pero le imped¨ªan pedirle ayuda), mientras le impon¨ªan castigos que inclu¨ªan dejarla sin comer.
Sin cobrar ning¨²n salario en dos meses, Pauline intent¨® escapar, pero la familia la encerr¨®, sin tel¨¦fono ni pasaporte, hasta que lleg¨® el momento en que decidieron devolverla a su pa¨ªs. Ya en el aeropuerto, Pauline desconfi¨® del viaje y logr¨® zafarse para pedir socorro a una empleada de la l¨ªnea a¨¦rea. Esta historia sin final tr¨¢gico es una de las tantas que recopilaron durante los ¨²ltimos dos a?os, en Espa?a, las t¨¦cnicas de sensibilizaci¨®n del Proyecto Esperanza (Adoratrices y Sicar Cat), especializadas en el apoyo integral a mujeres que han sido v¨ªctimas de trata para cualquier finalidad de explotaci¨®n, algunas de las cuales se relatan en su documento de an¨¢lisis y recomendaciones, expuesto unas semanas atr¨¢s, tras finalizar la campa?a #Tambi¨¦nesTrata.
Marta Gonz¨¢lez Manch¨®n, coordinadora de sensibilizaci¨®n del proyecto Esperanza, define la trata como un delito y una violaci¨®n de derechos humanos que implica una serie de acciones que van desde captar a alguien, trasladar a esa persona, acogerla o recibirla, utilizando cualquier medio il¨ªcito que puede ser el enga?o, el abuso de una situaci¨®n de necesidad o de vulnerabilidad mediante amenazas, coacciones, violencia, rapto, secuestro o fraude. ¡°Se produce con la intenci¨®n de someter a esa persona a una explotaci¨®n sexual o no. Puede imponer un trabajo forzoso en cualquier sector, o un matrimonio e incluso para la comisi¨®n de delitos o la extracci¨®n de ¨®rganos¡±, matiza en di¨¢logo telef¨®nico. Esta definici¨®n, que se utiliza en el ¨¢mbito del Derecho, est¨¢ en consonancia con las premisas del Protocolo de Palermo de Naciones Unidas, del a?o 2000, y la directiva europea 36/2011.
Para que se considere trata no es necesario ¡°un cruce de fronteras internacionales, ni que las personas explotadas sean inmigrantes o est¨¦n en situaci¨®n irregular¡±, aclara Gonz¨¢lez Manch¨®n. No obstante, lo que diferencia la trata de los trabajos forzosos (o el esclavismo) es que se presenten, conjuntamente, los tres elementos: la captaci¨®n, el traslado y la explotaci¨®n, aunque no se genere un lucro econ¨®mico. Esto ¨²ltimo ocurre, a menudo, con la ¡°contrataci¨®n¡± de empleadas dom¨¦sticas adolescentes en zonas rurales, tanto para ser trasladadas a otros pa¨ªses o a ciudades dentro del mismo pa¨ªs, una pr¨¢ctica muy frecuente en el norte de ?frica y en Am¨¦rica Latina. Cada tanto, organizaciones internacionales como UNICEF y algunos medios se hacen eco de lo que, por ejemplo, sucede en los barrios de las grandes ciudades marroqu¨ªes con las peque?as criadas (les petites bonnes).
¡°No todos los casos son extremos y equiparables a la esclavitud¡±, asegura la experta del Proyecto Esperanza. No obstante, desde hace unos a?os, han empezado a emerger much¨ªsimas situaciones con intenciones muy diversas, que constituyen ¡°la punta del iceberg del tr¨¢fico humano¡±.
Robo por amor
Un fen¨®meno que los trabajadores y educadoras de las c¨¢rceles espa?olas conocen bien es el de las mulitas de carga por amor. Se trata de mujeres provenientes de entornos muy desfavorecidos, primordialmente en pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur, que resultan enga?adas y manipuladas por supuestos novios que las convencen de trasladar droga en su cuerpo. Quien haya visitado alguna vez una penitenciar¨ªa, podr¨¢ recabar desoladores testimonios de mujeres que llevan a?os en prisi¨®n sin haber pisado m¨¢s territorio espa?ol que un par de metros de alg¨²n aeropuerto.
El documento del Proyecto Esperanza recoge casos de enga?os sentimentales como el que sufri¨® la joven colombiana Astrid, de 28 a?os, que conoci¨® a Dragos a trav¨¦s de Facebook y, tras varios meses de relaci¨®n virtual, se decidi¨® a aceptar la oferta de este de viajar a Espa?a, donde iban a casarse para regularizar su situaci¨®n. Al llegar, tras varias idas y vueltas de pisos compartidos, Astrid se enter¨® de que su misi¨®n consistir¨ªa en robar ropa en tiendas y centros comerciales, a fin de ser revendida por una banda que empleaba a otras mujeres apremiadas por las deudas del viaje y sin la documentaci¨®n en regla.
En Espa?a, la ley garantiza la protecci¨®n de alguien con m¨ªnimas sospechas de que puede ser v¨ªctima de un delito de trataMarta Gonz¨¢lez Manch¨®n, coordinadora de sensibilizaci¨®n del Proyecto Esperanza
?C¨®mo se protege a estas personas acosadas y en situaci¨®n de irregularidad, con miedo a denunciar y quedarse aun m¨¢s desamparadas y expuestas en Europa? ¡°En Espa?a, la ley garantiza la protecci¨®n de alguien si existen m¨ªnimas sospechas de que puede ser v¨ªctima de un delito de trata. Si ha quedado retenida en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), se la saca de all¨ª, por supuesto; no se le puede incoar un expediente de expulsi¨®n o hay que paralizarlo en el caso de que est¨¦ incoado. Hay que amparar con meros indicios, y para eso est¨¢ el apoyo en casas de acogida, sin condicionar la asistencia a que la v¨ªctima denuncie, aunque en caso de colaboraci¨®n con la justicia, estas personas tienen derecho a obtener el permiso de residencia y trabajo¡±, observa la especialista.
Comprender la trata como un negocio muy amplio y din¨¢mico permitir¨¢ mejorar la detecci¨®n de casos impensados y la protecci¨®n de las v¨ªctimas, cualquier sea su regi¨®n de origen o destino
¡°El problema es que no en todos los casos la legislaci¨®n se aplica de manera correcta, ya que hay demasiadas exigencias a la hora de identificar a la persona como v¨ªctima de trata¡±, agrega. Por eso, el objetivo pasa, a su juicio, por ¡°mejorar la detecci¨®n de aquellas finalidades de explotaci¨®n que a¨²n permanecen ocultas e invisibilizadas¡±.
Prometidas en un campo de refugiados
En el documento de s¨ªntesis de la campa?a #Tambi¨¦nesTrata se menciona la necesidad de estimular las pol¨ªticas p¨²blicas y dotar de un mayor presupuesto a los servicios de atenci¨®n a la trata, m¨¢s all¨¢ de la que tiene por finalidad la prostituci¨®n que, seg¨²n la ONU, constituye la mitad del tr¨¢fico de personas que ocurre en el mundo, seguida de la que tiene por objetivo el trabajo forzoso, que representa el 38%, en cifras de 2018.
Las rutas del tr¨¢fico humano atraviesan todas las zonas geogr¨¢ficas del planeta, incluidos los itinerarios que trazan los barcos pesqueros en latitudes endemoniadas, que parecen el Lejano Oeste hecho mar (como bien lo explica el periodista Ian Urbina en su libro Oc¨¦anos sin ley). Los vaivenes sociales, pol¨ªticos y de precariedad econ¨®mica propician unas formas u otras de rentabilizar el mercado de personas; los puntos calientes del mundo se desplazan, pero los inescrupulosos siempre dan con los seres m¨¢s vulnerables para sacar su provecho. Cada regi¨®n tiene su especialidad. Por ejemplo, seg¨²n el informe, en Sudam¨¦rica, la gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas de trata (80%) son de sexo femenino, mujeres y ni?as. Las mujeres adultas constituyen por poco una mayor¨ªa general de las detectadas (51%), mientras que las ni?as representan una proporci¨®n significativa (31%). Estas son halladas con m¨¢s frecuencia que los ni?os. Hay, sin embargo, otras subregiones del continente en las que ellas constituyen la mayor¨ªa.
En esta ¨²ltima d¨¦cada, a la triste realidad de las adolescentes de la minor¨ªa yazid¨ª, secuestradas, vejadas y vendidas por miembros del Estado Isl¨¢mico, se han sumado las situaciones desesperadas de las emigraciones masivas en las que se alienta la compra-venta de personas con m¨²ltiples fines. ¡°En los campos de refugiados, por ejemplo, se incrementan los casos de matrimonios forzados¡±, explica Gonz¨¢lez Manch¨®n.
Comprender la trata como un negocio muy amplio y din¨¢mico, que se diversifica a diferentes escalas, permitir¨¢ mejorar la detecci¨®n de casos impensados y la protecci¨®n de las v¨ªctimas, cualquier sea su regi¨®n de origen o destino, cualquiera sea la finalidad con la que fueron captadas. De ah¨ª la importancia de la formaci¨®n de profesionales del sector p¨²blico y de las ONG en unos protocolos unificados de Derechos Humanos que permitan la mirada sensible y la identificaci¨®n de la mayor cantidad de casos.
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