Llegar a un pa¨ªs y poder sentirte de ah¨ª
En el libro ¡®Mi hogar es cualquier parte¡¯, la periodista Carla Fibla retrata el fen¨®meno migratorio desde las perspectivas que ofrece la sociedad de llegada
Para hablar de integraci¨®n. Para disparar el necesario debate sobre el siguiente paso de la vida de una persona que ha migrado y decide instalarse en un territorio que compartir¨¢ con los que all¨ª nacieron. Es por eso que la periodista Carla Fibla escribi¨® Mi hogar es cualquier parte (Libros.com), que acaba de presentarse en Espa?a. Porque su historia de origen nos concierne, pero tambi¨¦n lo que esta persona esperaba de nosotros, de este otro paisaje que a veces le trunca las expectativas, pero cuyo horizonte siempre puede volver a despejarse, si somos capaces de escuchar.
Uno de cada cuatro solicitantes de asilo ha dormido alguna vez en la calle en Espa?a, nos cuenta Fibla (Valencia, 1973), en la introducci¨®n. Nadie como ella, que ha vivido en Egipto, Marruecos, Jordania y que, actualmente, reside en Sud¨¢frica, para este ejercicio de escucha sobre lo que supone estar lejos de casa, algo que puede no estar re?ido con el sentirse como-en-casa. Porque, por parad¨®jico que parezca, el hogar puede, efectivamente, construirse en cualquier parte.
Seg¨²n narra la ex corresponsal de la Cadena SER, en esta aventura la guiaron, desde el primer momento, dos autores: la soci¨®loga marroqu¨ª F¨¢tima Mernissi, en El hilo de Pen¨¦lope/ Les simbad marocains, y el periodista polaco Ryszard Kapuscinski, a trav¨¦s de su Encuentro con el otro. En este ¨²ltimo se lee: ¡°El encuentro con el otro no es algo sencillo y autom¨¢tico, sino algo que necesita de una voluntad y un esfuerzo que no todo el mundo ¨Cy no siempre¨C est¨¢ dispuesto a afrontar¡±. Para ello, ser¨¢ necesario, dice Fibla, ¡°hacer el esfuerzo de acercarse, comprobar c¨®mo nos sentimos y decidir qu¨¦ implicaci¨®n queremos tener, hasta qu¨¦ punto estamos dispuestos a que lo que le pasa al otro nos afecte¡±.
Mi hogar es cualquier parte, que se financi¨® a trav¨¦s del micromecenazgo, contin¨²a otro trabajo suyo ya publicado, un audiolibro en colaboraci¨®n con Nicol¨¢s Castellano, llamado Mi nombre es nadie. El viaje m¨¢s antiguo del mundo (Icaria, 2008).
Cifras con o sin pulso
La obra pretende ensanchar un camino de acceso a la realidad total de las migraciones, desde los grandes n¨²meros que suelen aturdirnos hasta las voces individuales y sus contextos sociales de origen, tr¨¢nsito y llegada, sin dejar de poner en cuesti¨®n cada uno de los absolutos que suelen abundar en la mayor¨ªa de las cr¨®nicas medi¨¢ticas. Ese camino se estructura a trav¨¦s de la exposici¨®n de las estad¨ªsticas actualizadas, de una conversaci¨®n con Nicol¨¢s Castellano ¨Cexperto en migraciones de la Cadena SER¨C, de los testimonios de unas treinta referencias m¨¢s (activistas, periodistas, trabajadores de ONG, acad¨¦micos, letrados y juristas) que analizan si las personas migrantes est¨¢n construyendo un hogar en Espa?a, del debate sobre la utilidad de las fronteras y la direcci¨®n de seguir por la senda actual.
Con todo, tambi¨¦n hay rutas-hogar, que son las que Fibla intenta construir, junto a asociaciones y personas en movimiento cuyo aporte es valioso y sus iniciativas, imprescindibles, en la sociedad a la que llegan. La propuesta sobre tal red de personas, colectivos y asociaciones se une a una amplia recomendaci¨®n bibliogr¨¢fica y a las infograf¨ªas de El orden mundial que apoyan el relato.
¡°Occidente venera a esos internacionalistas pange¨ªstas que van en busca del coraz¨®n de las tinieblas, pero combate a los que vienen guiados por la luz de la raz¨®n. Son extranjeros. Nada m¨¢s alarmante que el extranjero que llega¡±, anticipa la fot¨®grafa Sof¨ªa Moro en el pr¨®logo, que nombra a Don Quijote, Ulises y Marco Polo, para recrear aquella constataci¨®n del que parte como ciudadano para regresar como extranjero.
Efectivamente, se puede ser ciudadano y extranjero, en las dos direcciones y en todas sus acepciones
De hecho, hay cifras referidas a porciones de la Tierra, en este caso, a nuestro territorio, que apenas nos dejan aproximarnos al fen¨®meno global, relacionado con la naturaleza del ser humano, como es el deseo o la exigencia de desplazarse. Entre ellas, Fibla menciona que el saldo vegetativo negativo de Espa?a (m¨¢s defunciones que nacimientos) se compens¨®, en 2019, gracias al balance positivo entre inmigraciones y emigraciones, en 451.391 personas, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. O que, por ejemplo, de los 5.235.375 extranjeros que hab¨ªa en Espa?a en 2020, un 6,33% nacieron en Espa?a. Efectivamente, se puede ser ciudadano y extranjero, en las dos direcciones y en todas sus acepciones.
M¨¢s all¨¢ del paterismo
En la reciente presentaci¨®n del libro, en la Casa ?rabe de Madrid, Castellano destac¨® en Fibla su ¡°capacidad por persistir¡± en este asunto, al tiempo que se?alaba una risue?a analog¨ªa: ¡°Todo el mundo cree saber de inmigraci¨®n como cree saber de f¨²tbol y esta realidad no se explica con titulares facilones¡±. He aqu¨ª, seg¨²n ¨¦l, ¡°un trabajo de documentaci¨®n muy importante, que excede la realidad de la migraci¨®n irregular por la v¨ªa mar¨ªtima, que sigue representando un porcentaje peque?¨ªsimo de esas m¨¢s de cinco millones de personas no nacidas en Espa?a que viven con nosotros; con un enfoque que va mucho m¨¢s all¨¢ del paterismo o la frontera sur, que siguen siendo noticia, e incluso va m¨¢s all¨¢ de la ruta canaria, que es la ruta m¨¢s mort¨ªfera del mundo¡±.
Hay, seg¨²n el experto de la Cadena SER, una ¡°valla interna¡±, fronteras dentro de Espa?a, que tiene que ver con las dificultades inmensas que se le presentan a cualquier extranjero ¡°para obtener la documentaci¨®n o para acceder a un permiso de residencia y trabajo o de reagrupaci¨®n familiar¡±.
En el libro de Fibla se lee: ¡°Espa?a no es un pa¨ªs de acogida, cuando se analizan los datos oficiales. No lo es con los demandantes de asilo, que, adem¨¢s de verse obligados a esperar meses o a?os, observan c¨®mo una minor¨ªa de sus solicitudes se soluciona favorablemente. Tampoco lo es en materia de deportaciones: el Ministerio del Interior deport¨®, en 2019, al 30% de personas con una orden de abandonar el territorio (11.153) y la media de la uni¨®n europea es del 29%. En los ¨²ltimos a?os se han firmado 30 acuerdos bilaterales con pa¨ªses que aceptan el retorno de sus nacionales¡±.
Adem¨¢s de esta carrera de obst¨¢culos f¨ªsicos que a veces parecen insalvables, tambi¨¦n est¨¢n las fronteras de la xenofobia y el racismo cotidiano, o los impedimentos pr¨¢cticos ligados a las condiciones generales de una poblaci¨®n acorralada por la crisis econ¨®mica persistente, como es el precio de la vivienda.
Ambos periodistas contaron que se puede tener otra percepci¨®n del fen¨®meno migratorio a trav¨¦s de las comunidades vecinales, aunque parte de las pol¨ªticas de Estado de los ¨²ltimos a?os circulen por senderos demasiado distantes a los de un hogar. De ah¨ª el valor de las conversaciones con esas personas que pueden aportar vivencias y profundidad al concepto de pertenencia, que no tiene que ver con lo institucional. En este sentido, durante el acto de presentaci¨®n se destac¨® un encuentro que Fibla organiz¨® durante seis horas en su propia casa y que ocupa 30 p¨¢ginas del libro, entre tres mujeres j¨®venes con perfiles muy diferentes: una estudiante marroqu¨ª, una refugiada somal¨ª y una espa?ola afrodescendiente. ¡°Les ofrec¨ªa palabras (color de piel, velo, por ejemplo) y ellas me dec¨ªan lo que significaban en esta sociedad cada uno de estos t¨¦rminos¡±, coment¨® la autora.
¡°Las comunidades van ganando espacio p¨²blico, pero tambi¨¦n necesitamos que la sociedad local se implique¡±, sostuvo Fibla, que en la actualidad trabaja en la revista Mundo Negro. Para esta obra, viaj¨® por varias ciudades espa?olas, en un intento por entender de d¨®nde sale la visi¨®n distorsionada sobre las personas en movimiento que permite ¡°la violaci¨®n de sus derechos en Europa¡±, seg¨²n sus propias palabras.
En cuanto al concepto integraci¨®n, la periodista afirm¨® que hay indefensi¨®n: ¡°Necesitan espacios seguros, que est¨¢n creando y dando un salto importante para organizarse, aunque los gobiernos no hayan tenido en cuenta a las comunidades de personas no nacidas en Espa?a¡±. Para aclarar este punto, Castellano a?adi¨®: ¡°No hay una prioridad en derechos sino una mirada securitaria sobre las migraciones¡±. ¡°Llegar a un lugar y poder sentirte de all¨ª es uno de los derechos que todos deber¨ªamos poder tener¡±, concluy¨® Fibla.
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