Yemen y c¨®mo mantener viva la esperanza educativa
En un contexto de grave crisis humanitaria y sin un apoyo urgente, el n¨²mero de ni?os sin escolarizar podr¨ªa aumentar a seis millones en el pa¨ªs, seg¨²n Unicef. Su representante en terreno cuenta los efectos en toda una generaci¨®n
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¡°Espero que alg¨²n d¨ªa pueda volver a mi clase. Quiero terminar mi educaci¨®n lo antes posible para poder convertirme en m¨¦dica cuando sea mayor y ayudar a las personas¡±. Esta fue la respuesta de Najwa [nombre ficticio para proteger su identidad] cuando le pregunt¨¦ sobre sus sue?os para el futuro. Najwa es una ni?a yemen¨ª de 14 a?os que perdi¨® una pierna debido al actual conflicto en Yemen. La conoc¨ª durante una de mis visitas al terreno, a un centro de rehabilitaci¨®n y pr¨®tesis apoyado por UNICEF. Ella es como muchos de los ni?os y ni?as que he conocido en Yemen: a pesar de todos los desaf¨ªos a los que se enfrenta, mira hacia adelante y piensa en c¨®mo puede contribuir a reconstruir su vida y su entorno.
Yemen es el hogar de la peor crisis humanitaria del mundo: hay aproximadamente 21 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, incluidos m¨¢s de 11 millones de peque?os. La situaci¨®n es desoladora: el conflicto se ha ido intensificando, la covid-19 ha agravado la situaci¨®n de emergencia y cerca de 2,3 millones de ni?os y ni?as menores de cinco a?os sufren desnutrici¨®n aguda en 2021, entre ellos unos 400.000 cuyas vidas estar¨¢n en riesgo inmediato de muerte si no reciben tratamiento urgente.
Cerca de 2,3 millones de ni?os y ni?as menores de cinco a?os sufren desnutrici¨®n aguda en 2021, entre ellos unos 400.000 cuyas vidas estar¨¢n en riesgo inmediato de muerte
Sin embargo, uno de los elementos de la crisis en Yemen que m¨¢s se pasa por alto y que tiene menos fondos es la educaci¨®n. En la actualidad, hay m¨¢s de dos millones de ni?os y ni?as sin escolarizar en Yemen. Esto es el doble de la cifra de 2015, antes de que se intensificara el conflicto. A principios de julio, UNICEF public¨® un informe titulado Educaci¨®n interrumpida que advierte de que, sin un apoyo urgente, el n¨²mero de menores de edad sin escolarizar podr¨ªa aumentar a seis millones. Se trata de toda una generaci¨®n que corre el riesgo de perder el acceso a la educaci¨®n, un derecho garantizado a toda la infancia en virtud de la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o y un elemento clave de cualquier sociedad funcional.
Hoy en d¨ªa, la educaci¨®n se enfrenta a m¨²ltiples desaf¨ªos. El conflicto est¨¢ limitando el acceso a las escuelas y, debido a los combates, estos no pueden acudir. Los centros educativos tambi¨¦n se utilizan como refugio para las poblaciones desplazadas, que ya superan los cuatro millones internos. Muchos colegios tambi¨¦n han sido destruidos o da?ados por el conflicto o han sido ocupados por fuerzas armadas. Debido a todo ello, m¨¢s de 2.500 escuelas (aproximadamente una de cada seis) est¨¢n en desuso.
Debido al conflicto, m¨¢s de 2.500 escuelas (aproximadamente una de cada seis) est¨¢n en desuso
Otra variable importante que amenaza a todo el sistema educativo es el riesgo de perder maestros. M¨¢s de 170.000 docentes (aproximadamente dos tercios de la fuerza laboral) no han recibido su salario durante al menos cuatro a?os. Estos profesores recurren a fuentes alternativas de ingresos para poder cubrir las necesidades de sus familias. En consecuencia, el sistema est¨¢ perdiendo maestros progresivamente. Es extremadamente urgente asegurarnos de encontrar la forma de que reciban sus salarios o al menos incentivos con regularidad. Desempe?an un papel fundamental en la sociedad y en el futuro de los ni?os y ni?as. Sin ellos, el sistema educativo en Yemen colapsar¨¢ y sacar¨¢ de la escuela a otros cuatro millones de ni?os.
Las consecuencias de quienes no van a la escuela son enormes, ya que est¨¢n m¨¢s expuestos a m¨²ltiples formas de abuso y explotaci¨®n. Las ni?as se ven obligadas a contraer matrimonios precoces, a trav¨¦s de los cuales quedan atrapadas en un c¨ªrculo de pobreza y potencial desaprovechado. Los ni?os que no van al colegio tambi¨¦n son m¨¢s vulnerables al trabajo infantil o a ser reclutados en grupos armados. Desde que el conflicto se intensific¨® en 2015, la ONU ha verificado m¨¢s de 3.600 casos de ellos reclutados por grupos armados en el pa¨ªs.
El riesgo de tener una nueva generaci¨®n sin la educaci¨®n adecuada es significativo. Ellos ser¨¢n los adultos que dirijan y reconstruyan el pa¨ªs ma?ana cuando, con suerte, prevalezca la paz. Una escuela no solo educa y equipa con habilidades importantes, sino que tambi¨¦n proporciona una sensaci¨®n de normalidad en la vida.
Necesitamos movilizar la voluntad pol¨ªtica y los recursos financieros necesarios para que los profesores puedan ganarse el sustento con su profesi¨®n. Para eso, necesitan recibir salarios regulares o al menos incentivos econ¨®micos. Esto es lo que organizaciones como UNICEF, la Alianza Global para la Educaci¨®n (GPE, por sus siglas en ingl¨¦s), el Banco Mundial, la iniciativa La Educaci¨®n no puede Esperar y tantas otras est¨¢n tratando de lograr en estos momentos.
Al final de mi conversaci¨®n con Najwa, le pregunt¨¦ c¨®mo imagina su futuro. Me dijo con una gran sonrisa: ¡°Necesitamos tener esperanza¡±. Como siempre dice mi padre, la esperanza es como una vela que ilumina nuestro camino hacia un futuro mejor. De hecho, es la que necesitamos mantener viva en los ni?os de Yemen hoy. Garantizar su derecho fundamental a la educaci¨®n es una forma de lograrlo.
Philippe Duamelle, Representante de UNICEF en Yemen.
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