Refugios secretos para mujeres maltratadas en Irak
La Organizaci¨®n para la Libertad de las Mujeres en el pa¨ªs ¨¢rabe gestiona varios centros clandestinos para v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero ante la falta de protecci¨®n del Gobierno iraqu¨ª y de sus propias familias que las amenazan con cr¨ªmenes de honor
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Llevaba m¨¢s de 20 a?os soportando violaciones, palizas y maltrato psicol¨®gico de su marido. Zeinab (nombre ficticio, por motivos de seguridad) viv¨ªa en Nassiriya, al sur de Irak, con su agresor y sus cuatro hijas, de 25, 18, 13 y siete a?os. Hab¨ªa huido una vez buscando apoyo de su familia, pero tanto padres como hermanos la increparon y la obligaron a volver a casa con su maltratador, algo com¨²n en zonas tribales de este pa¨ªs ¨¢rabe. La l¨ªnea roja que cruz¨® su marido fue abusar sexualmente de sus cuatro hijas. Este fue el punto de inflexi¨®n que dio fuerzas a Zeinab para huir de su hogar con ellas hace 10 meses, dejando atr¨¢s para siempre a su familia, a su ciudad y a su agresor.
Algo desubicada, Zeinab, de 45 a?os, cuenta su historia desde la oficina en Bagdad de la Organizaci¨®n para la Libertad de las Mujeres en Irak (OWFI, por sus siglas en ingl¨¦s). Cuando ni las leyes ni las familias est¨¢n de lado de las maltratadas en Irak, esta ONG que lleva funcionando desde 2003, acoge a muchas de ellas en refugios secretos, e ilegales de cara al Estado, enfrentando amenazas, denuncias y la criminalizaci¨®n tanto por parte de sus parientes como del Gobierno iraqu¨ª.
Lo primero que se ve al entrar en la oficina de OWFI de Bagdad es una escultura de una mujer mirando hacia adelante, donde reposa la palabra que persigue: libertad. Sobre la melena est¨¢n escritas una serie de t¨¦rminos y frases que las v¨ªctimas deben olvidar cuando escapan de sus agresores o de sus tribus, tan conservadoras. ¡°C¨¢llate, verg¨¹enza, no puedes porque eres mujer, prohibido salir¡±, entre otras. Sura Laith, una de las empleadas de OWFI, ense?a orgullosa esta silueta femenina, fabricada por varias de las v¨ªctimas.
¡°Recibimos muchos casos de violencia contra mujeres; nos piden ayuda y que les encontremos un lugar seguro. Actualmente los casos se han disparado por la pandemia y la situaci¨®n econ¨®mica. Muchos de los agresores pasan m¨¢s tiempo en casa o se han quedado sin trabajo y ah¨ª es cuando comienza el problema¡±, subraya Laith. En Irak casi el 50% de las mujeres han sufrido alg¨²n tipo de violencia, ocho de cada 10 han sufrido abusos sexuales y 14.000 fueron asesinadas por violencia de g¨¦nero entre 2003 y 2016, seg¨²n Naciones Unidas. Un estudio del propio pa¨ªs, del Ministerio de Planificaci¨®n, de 2012, el m¨¢s reciente disponible sobre el tema, muestra que el 36% asegura haber sufrido alguna forma de maltrato por parte de sus esposos.
OWFI cuenta con cinco refugios secretos en todo Irak donde ahora acogen a 26 mujeres y a 16 ni?os. Hay tres en Bagdad, uno en Basora, otro en Kirkuk y una habitaci¨®n de seguridad en Samarra. Todos estos lugares est¨¢n gestionados por mujeres que trabajan en la organizaci¨®n. El a?o pasado el Gobierno iraqu¨ª denunci¨® a OWFI por ¡°romper familias, explotaci¨®n de mujeres y secuestro¡±, ya que los ¨²nicos dos refugios legales para ellas en territorio iraqu¨ª, que se encuentran uno en Bagdad y otro en el Kurdist¨¢n, los gestiona el Estado. ¡°Los centros del Gobierno son como prisiones. Las mujeres no pueden salir y adem¨¢s est¨¢n gestionados y vigilados por hombres. Para ingresar a uno, la mujer debe denunciar y esto es un proceso complejo, por eso muchas no se atreven, ya que saben que las leyes no est¨¢n de su parte¡±, explica Laith.
En Irak, casi el 50% de las mujeres han sufrido alg¨²n tipo de violencia, ocho de cada 10 han sufrido abusos sexuales, seg¨²n Naciones Unidas
OWFI recibe apoyo de Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales como la americana MADRE. Los refugios que gestiona son casas secretas que renta la organizaci¨®n para que vivan las maltratadas que huyen buscando auxilio. En algunos casos tambi¨¦n alquilan ¡°habitaciones de seguridad temporales¡±, para que algunas de las mujeres que escapan est¨¦n seguras durante un tiempo mientras buscan alguna alternativa. ¡°El Gobierno nos ha desmantelado tres casas de seguridad y algunas de ellas han sido atacadas tras ser descubiertas. Hasta el momento hemos ganado todas las denuncias en nuestra contra¡±, afirma Laith. Las acusaciones llegan por parte del Gobierno iraqu¨ª y las amenazas constantes, en la mayor¨ªa de los casos, por parte de las familias de las v¨ªctimas.
Un camino lleno de trabas
El crimen de honor es algo que planea siempre por las mentes de muchas mujeres maltratadas en Irak y que les hace pensarse dos veces el escapar de sus agresores. Para muchas familias que pertenecen a diferentes clanes, como es el caso de Zeinab, que una mujer abandone a su marido es un motivo de deshonra, por lo que la ¨²nica opci¨®n para preservar el honor familiar es la muerte de la mujer. La ley iraqu¨ª en este punto es laxa, ya que seg¨²n el art¨ªculo 409 del C¨®digo Penal las condenas ser¨¢n reducidas en caso de delito o crimen cometido por haber afectado el honor del presunto asesino, por lo que queda a la interpretaci¨®n del juez qu¨¦ afecta a la honorabilidad de la persona que lo perpetra.
¡±Los cr¨ªmenes de honor son muy peligrosos. Si alguna familia busca a alguien que piensa que los ha deshonrado es porque quieren matar a esa persona. Por eso, como tenemos muchos de estos casos, tenemos que actuar en secreto¡±, argumenta Laith.
Zeinab es ejemplo de lo que sufren en silencio muchas iraqu¨ªes que viven en zonas humildes y tribales del pa¨ªs. El art¨ªculo 41 del C¨®digo Penal iraqu¨ª permite a un marido ¡°castigar disciplinariamente a su esposa¡±, por lo que muchos las golpean aferr¨¢ndose a la interpretaci¨®n abierta de dicho punto de la ley. Ibtisam Al Shamari, abogada que trabaja por los derechos de las mujeres en Irak desde 2003 y fundadora de la organizaci¨®n Women for Supporting Woman, asegura que lleva a?os intentando mejorar las cosas, aunque el camino es lento. ¡°No hay ninguna ley que proteja a las mujeres en Irak. Llevamos mucho tiempo intentando instaurar una ley de violencia dom¨¦stica, intentando derogar el art¨ªculo 41 o tratando de aumentar las penas contra el abuso sexual, que ahora mismo son solo de unos meses de prisi¨®n, pero siempre son rechazadas¡±, asegura.
Todas sentimos mucho miedo de salir ahora. Me pueden matar por haber huidoZeinab, v¨ªctima de violencia de g¨¦nero
Desde 2015 OWFI y otras organizaciones tienen como objetivo principal ante el Parlamento iraqu¨ª crear una ley de violencia dom¨¦stica que proteja a las mujeres, pero hasta el momento siempre ha sido rechazada o se han exigido cambios ¡°inaceptables¡± en los puntos de la propuesta, seg¨²n la ONG. La mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos conservadores y religiosos argumentan que esto aumentar¨ªa la tasa de divorcios y que va en contra de las leyes isl¨¢micas de Irak.
El presidente de la Comisi¨®n de Derecho de Irak, Mohamed Al Ghazy, miembro del partido conservador Sairoon ¨Del que m¨¢s asientos tiene en el Congreso¨D, asegura v¨ªa telef¨®nica que ellos no est¨¢n en contra de la ley, aunque no tiene esperanzas de que salga adelante pronto. ¡°Siendo honesto, hay muchos partidos que ven esto como atentar contra las leyes isl¨¢micas y las costumbres de nuestra tierra. Desde nuestro partido no estamos en contra, solo cambiar¨ªamos algunos puntos, pero sinceramente yo no creo que vaya a salir adelante esta propuesta¡±, explica.
Los esfuerzos de OWFI y otras oeneg¨¦s dieron sus frutos en 2017. Ese a?o consiguieron que se rechazara el proyecto de la Ley Jaafari, que permit¨ªa a los hombres casarse con ni?as de menos de 10 a?os, consent¨ªa la violaci¨®n dentro del matrimonio, ya que expresaba que el hombre pod¨ªa tener relaciones con su mujer aunque ella no diera su consentimiento y otorgaba la custodia de los hijos de dos a?os en adelante al marido en caso de divorcio. Laith explica que esto solo fue el comienzo, ya que todav¨ªa el camino que queda es largo. Al preguntarle por una futura ley de violencia de g¨¦nero, Laith suspira y explica que las cosas en Irak no van tan r¨¢pido. ¡°Tenemos muchas cosas que hacer. De momento hay que derogar el art¨ªculo 41 y conseguir la ley de violencia dom¨¦stica para que las mujeres est¨¦n seguras en sus propias casas. Luego veremos. Paso a paso¡±, concluye.
Una vida diferente
Era una noche de septiembre del a?o pasado cuando Zeinab decidi¨® escapar con sus cuatro hijas. Aprovech¨® que su marido estaba de viaje en Basora, al sur del pa¨ªs. Aterrada, vendi¨® su anillo de casada y consigui¨® algo de dinero para llegar en taxi a Bagdad, a unas tres horas, donde varias personas de OWFI la esperaban para trasladarla a una de las casas seguras. Se enter¨® de la existencia de refugios secretos por varias amigas que estaban pasando por lo mismo y gracias a la redes sociales de la organizaci¨®n. Ahora vive amenazada, pero m¨¢s segura que antes, seg¨²n explica. ¡°?D¨®nde iba a ir? La ley est¨¢ en mi contra, me daba miedo que me obligaran a volver a casa. Ya no era solo yo la que lo sufr¨ªa. Comenz¨® a abusar de mis hijas, incluso de la m¨¢s peque?a¡±.
La vida de Zeinab ha cambiado por completo desde que lleg¨® al refugio. Habla en voz baja, como con miedo a que la escuchen. Su cara transmite dolor y angustia, pero cambia r¨¢pido cuando habla de la m¨¢quina de coser que le ha regalado la organizaci¨®n. ¡°Estamos felices y sobre todo seguras. Me entretengo con una m¨¢quina de coser que me han dado y fabrico ropa, se me da bien. Nunca he trabajado o estudiado despu¨¦s del colegio. Siempre me he dedicado a cuidar de la casa. Mis hijas se entretienen con actividades de pintura o arte que ofrece la organizaci¨®n. A m¨ª nunca me hab¨ªan tratado as¨ª, nadie me hab¨ªa apoyado y nadie se hab¨ªa preocupado por mi situaci¨®n como lo hacen aqu¨ª. Ni siquiera mi familia¡±, afirma.
El d¨ªa a d¨ªa de Zeinab sigue siendo dif¨ªcil. Puede salir a la calle, pero pocas veces lo hace ya que tiene una amenaza real por dejar atr¨¢s a su marido y a sus parientes. Cuando pisa la calle se cubre con un niqab por temor a encontrarse con alguien que la pueda reconocer. ¡°Todas sentimos mucho miedo de salir ahora. Me pueden matar por haber huido¡±, afirma. Zeinab desea irse de Irak y comenzar otra vida lejos con sus hijas. La amenaza siempre va a continuar y, aunque ahora se sienta m¨¢s segura, no quiere seguir viviendo con miedo el resto de su vida. ¡°Ojal¨¢ alg¨²n d¨ªa las leyes protejan a las mujeres en Irak. No deseo a nadie que pase por lo que muchas estamos pasando. Ojal¨¢ todo cambie¡±, zanja.
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