Cuando internet no es una barrera (por muy lejos que vivas)
En Colombia acceder a la red es un servicio p¨²blico esencial desde julio, pero la brecha digital en las zonas rurales de Medell¨ªn sigue siendo del 60%. Una iniciativa del Ayuntamiento est¨¢ llevando routers a un corregimiento alejado como prueba piloto para hacer realidad ese derecho


La pandemia pill¨® a Sof¨ªa R¨ªos, de ocho a?os, con m¨¢s dificultades que muchos ni?os de Medell¨ªn para seguir aprendiendo. Vive en el corregimiento de San Sebasti¨¢n de Palmitas, un precioso pueblo rural a escasos 40 minutos de Medell¨ªn, aunque nada se parece a la vida en la ciudad. Aqu¨ª no llegan las prisas ni el cemento. Pero tampoco internet. ?La soluci¨®n para no perderse las clases que se impartieron a trav¨¦s de plataformas virtuales? Una especie de locutorio improvisado hecho de madera y telas impermeables con una silla de pl¨¢stico dentro, ubicado en un extremo de la finca; el ¨²nico rinc¨®n de la casa al que llegaban los datos del m¨®vil de su mam¨¢, Luz An¨¢lida R¨ªos Ospina, de 39 a?os.
¡°Pag¨¢bamos 30.000 pesos (ocho euros) por semana y no siempre nos alcanzaba. Hab¨ªa meses que perd¨ªa varios d¨ªas¡±, recuerda la madre. La familia ingresa cerca de 900.000 al mes. Unos 200 euros. Un proyecto del ayuntamiento para acercar la conexi¨®n a los alrededores del municipio colombiano convirti¨® este ranchito que hac¨ªa de sala de estudios en un trastero. ¡°Ahora no lo necesita; se puede unir desde dentro de la casa¡±, narra.
Conectarse a internet es una obligaci¨®n a cargo del Gobierno. La Ley 2108 de 29 de julio de 2021 establece de forma expresa el acceso como un servicio p¨²blico de car¨¢cter esencial en Colombia. Pero hasta ahora es un derecho que no sale del papel. La brecha digital en los cinco corregimientos de Medell¨ªn es casi del 60%, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la administraci¨®n. Apenas cuatro de cada diez casas cuentan con conexi¨®n al mundo virtual. Una cifra que se invierte en la capital. Para cerrar este abismo entre ciudadanos del mismo municipio, el ayuntamiento lanza un proyecto piloto en el que se instalaron 20 routers con 30 megabytes por segundo que hacen del trabajo, los estudios y el ocio, algo m¨¢s f¨¢cil.

Esta iniciativa surge en el laboratorio de innovaci¨®n Mede-inn. El equipo encargado mape¨® 238 retos para mejorar la ciudad desde convocatorias abiertas. De todas ellas, tres fueron seleccionadas como prioritarias. ¡°Llevar conectividad a los corregimientos fue una de ellas¡±, explica Jennifer Atehortua L¨®pez, subsecretaria de Ciudad Inteligente de la Secretar¨ªa de Innovaci¨®n Digital de Medell¨ªn. ¡°La topograf¨ªa ac¨¢ es muy dif¨ªcil, estamos entre monta?as¡±. Pero el runr¨²n era el mismo: ¡°Tiene que haber una forma de que llegue¡±.
¡°Las propuestas que se presentaron fueron evaluadas por ciudadanos de la cu¨¢druple h¨¦lice (Estado, universidad, empresa y emprendedores). Algunos eran ingenieros especialistas otros ten¨ªan experiencia en telecomunicaciones¡±, explica Gabriel Osorio, del equipo de Ciudad Inteligente, ¡°tuvieron en cuenta par¨¢metros como la mayor cantidad de hogares conectados, mayor ancho de banda en la conectividad entregado a cada hogar, mayor cantidad de veredas con cobertura, estabilidad de la soluci¨®n, tiempo de entrega...¡±.
La empresa TIC Line fue la elegida para afrontar el reto. ¡°Adem¨¢s de darnos una soluci¨®n muy buena, y nos iban a regalar 20 tablets para los beneficiarios¡±, cuenta Atehortua. Y es que, dado que nunca antes hab¨ªan tenido acceso a internet, el ¨²nico dispositivo inteligente de las familias eran los tel¨¦fonos m¨®viles. Muchas veces, solo uno por grupo. El proyecto aspira tambi¨¦n a proporcionar cursos b¨¢sicos para que las familias (en su mayor¨ªa, de campesinos) sientan la tecnolog¨ªa como un ¡°aliado¡± y no algo lejano y complicado. El proyecto durar¨¢ un a?o y una vez acabada la prueba piloto, aseguran, se buscar¨¢ la forma de darle continuidad al modelo gratuito. Adem¨¢s de los 20 beneficiarios directos, se instal¨® una zona wifi p¨²blica en una de las veredas del corregimiento, que ser¨¢ alimentada de energ¨ªa proveniente de paneles solares.
En la repisa de la casa de Do?a Luz R¨ªos descansa un florero hecho con una botella de alcohol, unas margaritas a base de envoltorios de detergentes y un artefacto para sostener el m¨®vil con tapas de botellas derretidas. Youtube ha abierto un mundo de oportunidades en la casa de estos campesinos dedicados a la siembra de pl¨¢tano y caf¨¦ y al reciclaje. ¡°Tambi¨¦n estoy aprovechando para aprender t¨¦cnicas de cultivo m¨¢s sostenible¡±, cuenta. ¡°He aprendido nuevos injertos, venenos naturales¡ Lo hemos tenido poquito tiempo, pero lo hemos aprovechado¡±, se r¨ªe. Sof¨ªa le sac¨® provecho tambi¨¦n: desde hace unas semanas, se sienta casi todos los d¨ªas delante de la pantalla a aprender ingl¨¦s.

La familia fue escogida por una de las maestras de la escuela rural de la zona, encargada de identificar los hogares en los que m¨¢s falta hac¨ªan. Una semana despu¨¦s de informarse, ya ten¨ªan a los t¨¦cnicos en la casa instalando el equipo. Hasta ahora, dicen, les funciona bien. Esta semana entrante se repartir¨¢n las ansiadas tablets que, asegura, facilitar¨¢ la conexi¨®n: ¡°Hasta ahorita somos tres que nos conectamos desde el mismo celular¡±.
En la casa de C¨¦sar Correa Sucerquia, de nueve a?os, internet lleg¨® como agua de mayo. Aunque a Magal¨ª, la madre, le hubiera gustado que se aplicara m¨¢s con los estudios, para el peque?o t¨ªmido es una enorme fuente de diversi¨®n: ¡°Ac¨¢ escucho m¨²sica y juego¡±, expresa sin apartar los ojos de la pantalla. Esta peque?a casa de madera presume de dos enormes ventanales sin cristal con vistas a un hermoso barranco que esconde todas las tonalidades de verde. Antes de la pandemia ten¨ªan cierta estabilidad econ¨®mica, pero la covid-19 lo puso todo patas arriba. ¡°En ese tiempo ni celular ten¨ªa. As¨ª que los estudios de C¨¦sar iban a estar bien dif¨ªciles. ?l no me estudiaba nada¡±, narra. Se gastaron la mitad de su salario mensual en un tel¨¦fono para que pudiera conectarse con datos. Ahora, con un tel¨¦fono y conexi¨®n gratuita, se r¨ªe, no tiene excusa para no estudiar. C¨¦sar, sin embargo, sigue con la mirada clavada en los dibujos como si la cosa no fuera con ¨¦l.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.