Turqu¨ªa se convierte en el nuevo basurero de Europa
Solo el a?o pasado, este pa¨ªs asi¨¢tico import¨® 770.000 toneladas de pl¨¢sticos de pa¨ªses de Europa y Norteam¨¦rica
Si usted es un ciudadano responsable, tirar¨¢ sus envases al contenedor amarillo. De media, cada espa?ol deposita anualmente 14,3 kilos de pl¨¢stico en estos contenedores y la mayor¨ªa va a plantas de tratamiento dentro del territorio europeo. En cambio, hay una parte que no acaba en el destino correcto y es exportada al extranjero. Lo m¨¢s probable es que termine en Turqu¨ªa: con suerte en una planta de reciclaje, pero tambi¨¦n podr¨ªa estar ardiendo al borde de un camino.
¡°En 2021, Turqu¨ªa import¨® 770.000 toneladas de pl¨¢sticos. Nosotros lo llamamos basura, pero la otra parte los ve como materia prima¡±, explica Selahattin Mentes, presidente de la Asociaci¨®n de M¨¦dicos en la provincia turca de Adana. En t¨¦rminos de importaci¨®n de basuras, Turqu¨ªa es toda una potencia. Cerca del 4% del valor econ¨®mico de todas sus importaciones corresponden a residuos, y eso que, por sus propias caracter¨ªsticas, se trata de productos que se venden barato. Los turcos compran sobre todo chatarra en Europa, Norteam¨¦rica,?incluso en Venezuela. Pero tambi¨¦n papel y cart¨®n usado, barcos para su desguace y, cada vez, m¨¢s pl¨¢sticos.
Los pa¨ªses ricos pueden externalizar los costes sanitarios, ambientales y econ¨®micos de sus econom¨ªas exportando sus residuos, en lugar de invertir en tratamiento de basurasHuman Rights Watch
Desde que China prohibi¨® la importaci¨®n de residuos pl¨¢sticos en 2018, vistos los problemas medioambientales que acarreaban, otros pa¨ªses han ido tomando el relevo: Vietnam, Tailandia o Turqu¨ªa, principal destino en Europa. Seg¨²n cifras de Eurostat, la Uni¨®n Europea export¨® en 2021, 33 millones de toneladas de desechos, casi la mitad a Turqu¨ªa. La mayor¨ªa, 13 millones de toneladas, es chatarra, seguida de papel (433.000 toneladas) y pl¨¢sticos, casi 400.000 toneladas: 300 veces m¨¢s que en 2004. Y eso que las cifras de la agencia estad¨ªstica ya no incluyen a Reino Unido, otra de las grandes potencias en generaci¨®n de basura.
A finales del a?o pasado, periodistas de la agencia?Bloomberg colocaron chips de seguimiento en tres bolsas de pl¨¢stico?depositadas en contenedores de reciclaje de la cadena de supermercados Tesco en Londres. De una se perdi¨® la se?al, pero las otras dos llegaron a una planta de Polonia donde los residuos son clasificados y revendidos. Ah¨ª se perdi¨® el rastro de la segunda bolsa ¨Cse cree que termin¨® como combustible de una cercana cementera¨C; la tercera apareci¨® a los dos meses junto a un almac¨¦n de la provincia de Adana, en Turqu¨ªa.
Los pa¨ªses ricos ¡°pueden externalizar los costes sanitarios, ambientales y econ¨®micos de sus econom¨ªas de alto consumo exportando sus residuos en lugar de reducir el consumo o invertir en tratamiento de basuras¡±, se queja la organizaci¨®n Human Rights Watch (HRW)?en un reciente informe sobre los costes de estas pol¨ªticas en la salud en Turqu¨ªa.
En Turqu¨ªa, el sistema de gesti¨®n de residuos est¨¢ en sus albores. No hay todav¨ªa costumbre de separar la basura en los hogares ¨Caunque se empieza a hacer¨C y quienes lo hacen son los recolectores informales, habitualmente pobres entre los m¨¢s pobres, y en muchos casos menores de edad, que buscan de contenedor en contenedor y luego venden lo que recolectan a empresas de reciclaje. Para las empresas que se dedican a este proceso, la basura que viene de la Uni¨®n Europea es m¨¢s provechosa. Esta suele contener menos suciedad y, en ocasiones, ya ha sido clasificada seg¨²n el tipo de pl¨¢stico. Aun as¨ª, no todo se puede aprovechar.
A Turqu¨ªa, buena parte de los residuos pl¨¢sticos entran por el puerto mediterr¨¢neo de Mersin, donde son llevados en camiones a las zonas industriales de Adana, que concentra una de cada diez empresas de reciclaje con licencia de este pa¨ªs. Las procesadoras son, en general, peque?as plantas poco mecanizadas. El pl¨¢stico es seleccionado, triturado, fundido a temperaturas de hasta 275 ¡ãC, luego enfriado y convertido en bolitas que ser¨¢n vendidas como pl¨¢stico reciclado. Pero si el este material contiene impurezas, o si ya ha sido reciclado anteriormente, resulta m¨¢s dif¨ªcil de tratar. El ingeniero B¨¹lent Sik, que fue condenado por revelar un informe sobre los altos niveles de toxicidad en la tierra y el agua de un ¨¢rea industrial de Turqu¨ªa, describe que solo el 9% del residuo pl¨¢stico se puede aprovechar. El resto se tira.
En 2021,?un informe de?Greenpeace levant¨® la ira de muchos turcos. Sus an¨¢lisis de la tierra en varios puntos de la provincia de Adana afectados por los vertidos de basura y quema de pl¨¢sticos que no se llegan a reciclar mostraba la presencia de sustancias carcin¨®genas y peligrosas para la salud ¨Cdioxinas,?bifenilos policlorados y metales pesados, entre otros¨C a niveles mil veces superiores a las muestras tomadas de terreno no contaminado.?A los habitantes de Adana, el informe les confirm¨® sus peores sospechas, conviv¨ªan a diario con el problema: campos, lindes, caminos y arroyos llenos de basura y envases de pl¨¢stico rotulados en ingl¨¦s, espa?ol o alem¨¢n. ¡°Hemos encontrado productos de Reino Unido, Espa?a, Dinamarca, incluso de Israel y Marruecos, aunque no sabemos si viene de all¨ª la basura o a trav¨¦s de la UE¡±, explica Mentes. ¡°La llanura de ?ukurova [la Cilicia hist¨®rica, que comprende las actuales provincias turcas de Mersin, Adana, Osmaniye y Hatay] es una de las m¨¢s f¨¦rtiles del mundo y uno de los principales centros de producci¨®n agr¨ªcola de Turqu¨ªa. Y llevamos cinco a?os envenen¨¢ndola¡±.
A ra¨ªz de las revelaciones, en mayo del a?o pasado, el Gobierno turco prohibi¨® totalmente la importaci¨®n de polietilenos, pero la presi¨®n de las empresas del sector hizo que el Ejecutivo diera marcha atr¨¢s y sustituyese el veto total por una serie de restricciones. Tras dos meses en que la importaci¨®n de residuos pl¨¢sticos cay¨® pr¨¢cticamente a cero, volvi¨® a retomarse y alcanzar niveles cercanos al r¨¦cord.
Los habitantes de Adana conviv¨ªan a diario con campos, lindes, caminos y arroyos llenos de basura y envases de pl¨¢stico rotulados en ingl¨¦s, espa?ol o alem¨¢n
Es cierto que las im¨¢genes de basuras tiradas en los caminos y los campos se han reducido, reconoce Mentes. Sin embargo, explica que ¨¦l y otros activistas han hallado m¨¢s de una veintena de vertederos ilegales en la provincia de Adana: ¡°Incluso basura importada enterrada bajo un campo donde luego se plant¨® trigo¡±. Y cree que tambi¨¦n se est¨¢ depositando en vertederos municipales.
El nuevo informe de HRW, que incluye entrevistas a numerosos empleados y exempleados de estas plantas de reciclaje, resalta que no se les ofrece material de protecci¨®n, pese a estar expuestos a vapores t¨®xicos. Que la mayor¨ªa trabajan sin seguro ni contrato y muchos por menos del salario m¨ªnimo. ¡°Hay un gran caldero donde se funde el material. Se debe a?adir agua continuamente y suelta mucho vapor. Cuando lo inhalaba sent¨ªa que me estrujaban los pulmones. Dej¨¦ el trabajo hace dos meses, pero a¨²n me cuesta respirar¡±, explica Ahmet, un extrabajador.
Europa debe hacerse cargo de su propia basura. No puede ser que mientras barre su patio, nos lance su basuraSelahattin Mentes, onc¨®logo
Peri¨®dicamente, se producen incendios en estas plantas de reciclaje, la mayor¨ªa de las cuales est¨¢n situadas cerca de viviendas o instalaciones p¨²blicas como colegios o parques. Los ecologistas turcos sospechan que esto se debe a que a las empresas queman el pl¨¢stico no reciclable, en lugar de enviarlo a hornos especializados, como indica la ley, algo que resulta econ¨®micamente m¨¢s costoso.
Es un negocio lucrativo, denuncia HRW en su informe, al menos para los due?os, lo que ha atra¨ªdo a nuevos empresarios. ¡°Mi hermano y yo poseemos una tienda desde hace diez a?os y solo recientemente pudimos juntar el dinero suficiente para comprarnos una casa. En cambio, estos propietarios de plantas de reciclaje se pasean en coches caros y tienen mucho dinero. Esto hace que otros quieran unirse al negocio¡±, sostiene otro de los entrevistados.
El doctor Selahattin Mentes, onc¨®logo de profesi¨®n, lamenta que, desde el inicio de la pandemia, el Gobierno turco haya decidido dejar de publicar estad¨ªsticas?demogr¨¢ficas de mortalidad y sobre sus causas, y arguye la necesidad de llevar a cabo un estudio en profundidad sobre c¨®mo el reciclado de la basura importada impacta en la salud de los habitantes de Adana. Adem¨¢s, sobre todo, exige a los ciudadanos europeos replantearse sus pol¨ªticas de reciclaje: ¡°Europa debe hacerse cargo de su propia basura. No puede ser que mientras barre su patio, nos lance su basura¡±.
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